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Una izquierda con adjetivos <BR>José Wo

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

El principal funcionario del Instituto Federal Electoral (IFE), José -Woldenberg, publicó recientemente el libro Memoria de la izquierda, en -el cual hace un intento por recuperar acontecimientos y motivaciones que dieron -vida a la izquierda de los 70.

- Desde su historia personal, Woldenberg, quien ahora se identifica como un “reformador -y socialdemócrata”, da cuenta en su libro del surgimiento del sindicalismo -universitario, de las amistades tan perdurables que ahí se forjaron, de los -excesos que se cometieron, de la experiencia política adquirida, de la -revolución que nunca llegó, de una izquierda con sus códigos, sus héroes y -sus textos sagrados. En fin, de una parte de la izquierda, pues, tal como lo -dice el consejero presidente del IFE, “la izquierda es las izquierdas, un -singular que empaña una pluralidad colorida y encontrada; es un mundo -diferenciado y multifacético”.

- -Hacer un libro de este tipo tiene sus riesgos, uno de ellos es la -autocomplacencia...
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Eso lo tendrá que decidir el lector. Creo que hay una distancia de los -acontecimientos. El solo transcurrir del tiempo obliga a que la visión sobre -diferentes sucesos se perciba de otra manera. Es muy fácil decir, por ejemplo, -que la desembocadura del sindicalismo universitario no fue la que muchos -desearon. Lo que intenta el libro es recrear el sindicalismo universitario, -cuáles eran sus afanes, sus horizontes, con qué medios trabajaba, de qué -manera se imaginaba la universidad; eso es a lo que yo aspiro. ¿Para qué? Para -que al leerlo en los 90 se pueda entender lo que ahí sucedió, y cada quien -tendrá su opinión de aquel momento.

- -¿Por qué perder la oportunidad, como académico e intelectual, de hacer un -análisis más profundo?
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Creo que la historia política reciente del país es muy mal conocida. Vale -la pena circular versiones de lo que hemos vivido en los últimos años. Si -somos capaces de contar lo que se ha vivido en el mundo de la empresa, en las -universidades, en los partidos, en los sindicatos, pues tendremos una -información de la que hoy carecemos. Curiosamente tenemos muchos estudios de -interpretación, y quizá lo que nos haga falta son testimonios de lo que se ha -vivido en las diversas esferas de la vida social y política de México. Este -libro es un relato que intenta narrar esa sucesión de acontecimientos, pero no -deja de tener una cierta perspectiva crítica, incluso, a veces, irónica.

- Son momentos que se vivieron con pasión y tal dramatismo que con el paso del -tiempo van desapareciendo. Cosas que nos parecían absolutamente centrales, -estratégicas, únicas e irrepetibles, con el tiempo resultan de otra estatura.

- -Al inicio de su libro consigna que se trata de un “México que se ha ido”, -y que existe un océano entre el país de los 70 y el actual. Es cierto, tenemos -instituciones electorales sólidas, mayor crítica y análisis en los medios de -comunicación, un poder legislativo cada vez más independiente –aunque en -ocasiones inmaduro–, instancias gubernamentales eficientes; pero al mismo -tiempo hemos vivido, en los últimos cuatro años, una concentración de -impunidad, corrupción, violencia política, crímenes, traiciones e inseguridad -nacional.
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La vida social y política no puede reducirse a un esquema, pero si -viéramos la vida política de los 70 y la de los 90, creo que México ha vivido -un proceso de democratización muy evidente. ¿A qué me refiero? Hay que -recordar lo que eran nuestros partidos: un gran partido y partidos marginales. -Hoy tenemos un sistema de partidos más equilibrado; teníamos elecciones sin -competencia, y ahora ya la hay; un aparato estatal monocolor, hoy tenemos -municipios que gobiernan hasta tres o cuatro partidos distintos; un Congreso -donde no hay mayoría; los medios de comunicación tienen otro comportamiento.

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- Ahora bien, esta construcción de la democracia no resuelve por sí misma -todos los problemas y la agenda nacional. Los problemas de corrupción e -inseguridad que aparecen y reaparecen, reclaman operaciones igualmente -reformadoras e innovadoras para ser atacadas, que no se derivan de manera -mecánica de la simple contienda entre los partidos, del hecho de que existan -gobiernos de diferente signo. Cada conflicto requiere de sus propias soluciones, -pero el hecho de que existan problemas de seguridad muy agudos no invalida que -en la esfera de la política se haya dado un proceso de transición hacia la -democracia que resulta venturoso.

- -En su libro caracteriza a la izquierda de los 70, por momentos de manera -romántica y nostálgica, pero finalmente una izquierda con identidad. ¿En la -actualidad todavía es válido hablar de una izquierda? ¿Cómo se representa?
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Uno de los problemas de la izquierda en el mundo es precisamente su -identidad política. Muchos de los esfuerzos que se dan en este sentido intentan -resituar a la izquierda en un nuevo contexto internacional, tanto por el -desplome del comunismo de matriz soviética como por el avance en el mundo -occidental de la idea de la democracia. Un avance también en la idea de que -cualquier intento por abolir el mercado por decreto no puede llevar sino a -sociedades estancadas.

- Son elementos en donde la propia izquierda en México, en Latinoamérica y en -el mundo está resituándose; creo que la novedad en el bagaje de la izquierda -es su compromiso con los métodos, las fórmulas y las instituciones -democráticas. Una izquierda que no asumiera con cabalidad ese compromiso -estaría condenada a la marginalidad. En los 70, en cambio, ensoñaba una -revolución que estaba por venir y que iba a refundar no sólo el Estado sino la -propia sociedad. A estas alturas, las franjas más importantes de la izquierda -saben que la mejor fórmula para la transformación política y social es la que -corre por cauces democráticos.

- -¿Y es suficiente que un partido se autocalifique de izquierda para serlo?
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En principio sí.... Si una gente se autocalifica como de izquierda se le -puede dar el beneficio de la duda, pues lo hace de buena fe y está tratando de -asumir un espacio dentro del espectro político. Sin embargo, a estas alturas -del siglo autodefinirse como izquierda no es suficiente. No se puede hablar de -una izquierda sino de varias izquierdas. Las referencias de cada una son -variadas, unas se apoyaron en la Unión Soviética, otras en China y Cuba, y -están las nacionalistas con raíces fuertes en Latinoamérica, antagónicas a -Estados Unidos; o la de matriz socialdemócrata, con avances en países como los -de Europa Occidental.

- Son corrientes de izquierda que, a través del tiempo, se han expresado en -movimiento y partidos, con esfuerzos de diferente índole. De cualquier manera, -siempre ha sido un exceso, y de eso me responsabilizo, hablar de la izquierda en -singular. Es en esa pluralidad donde está su riqueza, y es la que obliga a -sumar a la denominación de izquierda algo más. Así se puede llamar izquierda -democrática, revolucionaria, nacionalista. El solo término parece insuficiente -como fórmula para dotarse de una identidad específica.

- - Esto quiere decir que no toda la izquierda está tomando una vía partidista, -se ha optado por otro tipo de organización…
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Bueno, la izquierda, al igual que otras manifestaciones de la política, -aparece en los medios, en las organizaciones sociales, sindicales, agrarias y en -los institutos de educación superior. México tiene una pluralidad tan -arraigada que requiere de un marco institucional y normativo para que esa -pluralidad se exprese y se recree, conviva y compita de manera institucional, -pacífica y legal. Creo que la izquierda ha logrado abrirse espacios importantes -a través de la vías legales.

- -Entonces, si este tránsito a la democracia puede conseguirse por la vía -electoral, ¿por qué en 1994 mucha de esta izquierda se plegó y simpatizó -abiertamente con el movimiento zapatista?
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Estos siempre son procesos inacabados. Yo sí creo que cada vez hay una -reflexión y un compromiso con la democracia, pero en algunas franjas de la -izquierda todavía existe esta pulsión revolucionaria. Creo que la izquierda, -por otro lado, se ha concentrado en buscar una solución negociada a ese -conflicto. Además, basta ver el desarrollo que ha tenido para concluir que por -la vía armada no se puede ir muy lejos.

- -En estos días se cumplen 10 años de la muerte de Carlos Pereyra. A la luz -de la obra de este hombre de izquierda, ¿cree realmente que la conversión de -la izquierda al credo democrático es de fondo?
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Carlos Pereyra fue quien, desde la izquierda, contribuyó a una conversión -conceptual de la izquierda al compromiso democrático. Puso a discusión y -desmontó buena parte de las falacias que rodeaban la idea revolucionaria y -ponderó las virtudes del quehacer democrático por vías igualmente legales y -democráticas. Él sintetizó que la democracia tendría que ser formal, -pluralista y representativa. Asumió que una democracia pasa por las elecciones, -los parlamentos y la legalidad; que no intenta el aniquilamiento del contrario; -que hay mecánicas de mayorías y minorías; que éstas no son estáticas sino -están en un constante cambio. Entendió y explicó que para la izquierda la -democracia no podía ser una coartada, sino un compromiso profundísimo, tanto -como medio para la transformación social como con la democracia en sí misma. -Creo que sus ideas han ido socializándose y son compartidas por una buena parte -de la izquierda mexicana.

- - ¿Y José Woldenberg qué ha desechado de esa izquierda a la que perteneció -y con qué se ha quedado?
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Eso es casi un psicoanálisis… Ahora valoro más la legalidad que -entonces; mi compromiso democrático es más profundo… Quizá hoy sea más -tolerante. Me doy cuenta de los excesos que se cometieron y quizá también de -una serie de prácticas que los sindicatos fueron incorporando, que acabaron por -atraparlos en posiciones gremialistas. No es una pregunta fácil de responder, -pero creo que lo más importante es que ahora valoro más lo que significa la -institucionalidad democrática, la legalidad, la lucha política institucional, -pacífica, y sobre todo la coexistencia de la pluralidad. Un valor que hay que -cuidar, abonar, respetar y ofrecerle cauce para su expresión y reproducción.

- -Esa experiencia política, ¿cómo le ha servido en el IFE? Supongo que ahí -también existe el riesgo de cometer excesos.
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Me ha servido para saber que los órganos colegiados son espacios donde -existen diferentes voces y puntos de vista. Y hay que conjugarlos de una manera -productiva. El sindicato universitario, por ejemplo, siempre estuvo cruzado por -corrientes ideológicas. Mis inicios en la vida política siempre estuvieron -marcados por el reconocimiento de que en una organización existen distintas -opiniones y que no hay que permitir que esta se desgarre por esa diversidad. Un -aprendizaje que me nutre hasta ahora. El IFE tiene como máxima autoridad un -Consejo General donde es natural que se recreen puntos de vista, voces e -iniciativas diferentes.

- -Es indudable que ante la ciudadanía el IFE ha ido ganando credibilidad, sin -embargo, entre algunos especialistas y periodistas que siguen más de cerca las -actividades del instituto hay inquietud y preocupación porque en los últimos -seis meses se han dado renuncias muy importantes que han provocado un clima de -tensión. Incluso, Alberto Begné (ex director de Capacitación Electoral del -IFE), el último renunciante, ha declarado que al interior del IFE existen dos -posiciones: una que piensa que éste debe cumplir su papel de árbitro de la -contienda electoral de manera discreta y eficiente; y otra, que cree que debe -tener un rol más protagónico en la transición democrática. ¿Qué piensa de -estas declaraciones?
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Respeto la opinión de Alberto, fue un colaborador excelente. Creo que lo -que hay en el IFE son puntos de vista diversos sobre asuntos específicos que -tenemos que ir desahogando en la agenda. Evidentemente, estamos obligados a ser -un árbitro, y un árbitro imparcial, apegado a la legalidad, discreto y -eficiente. Espero que eso nadie lo ponga a discusión ni afuera ni adentro. El -IFE no es parte de la contienda, sino el encargado de organizar las elecciones, -y quien gane o pierda no debe afectar su funcionamiento. Estoy convencido de que -en el IFE no puede ni debe haber un conflicto permanente porque todos -perderíamos. Está organizado para que irradie confianza hacia todo el espectro -político nacional, y si los problemas son recurrentes esto no se conseguiría. -Debemos multiplicar la cohesión y el intercambio de tal suerte que los -conflictos cada vez sean menores y las convergencias mayores.

- -Pero seis renuncias consecutivas en un tiempo tan corto, muchas de ellas de -puestos clave, son motivo de reflexión...
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No le resto ni un gramo de importancia a las renuncias. En efecto, deben ser -motivo de reflexión. Algunas se han debido a decisiones estrictamente -personales y otras sí han sido producto de diferentes tensiones que se han -vivido dentro del IFE. Por eso, tanto los consejeros electorales como yo hemos -hecho un esfuerzo para volver a fortalecer los puentes de entendimiento dentro -de la institución, y en eso estamos.

- -Lo que cuesta entender es cómo ese tipo de tensiones derivan en renuncias de -gente que ha demostrado eficiencia en el servicio electoral.
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Quizá tenga que entrevistar a los que han renunciado, no a los que nos -hemos quedado.

- -Bueno, pues Begné también ha denunciado que el PRD aplica un “macartismo” -en el IFE; pareciera que existe un ánimo revanchista hacia todo lo que venga -del PRI o del gobierno. ¿En ese ánimo purista no se cometen injusticias?
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A la fecha nosotros hemos logrado una colaboración franca y abierta con -todos los partidos políticos. Una de las enormes virtudes del instituto es que -en la conformación de los nueve consejeros electorales –incluido yo– -estuvieron de acuerdo todos los partidos. En nosotros votaron por la -imparcialidad, y nuestra responsabilidad es refrendar en cada momento esa -confianza.

- Los partidos han sido muy respetuosos, y si a veces no están de acuerdo con -nuestros puntos de vista, por lo menos han comprendido nuestras razones. En el -caso de Begné, pues sí hubo una opinión que mucho lamento, pero eso ya es un -capítulo cerrado.

- -Disculpe, pero la impresión que se tiene es que en el IFE el único -ciudadano que queda es usted...
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Creo que hay un abuso de este término. Yo le diría que en el IFE trabajan -puros ciudadanos. Se ha utilizado la noción de ciudadano para contraponer a -aquellos que militan en partidos, creo que es una mala contraposición porque -quienes militan también son ciudadanos. Pero si lo que quiere preguntarme es si -el instituto es apartidista yo le digo que sí. Está al margen del litigio de -partidos y así debe ser. Y eso no sólo le conviene al IFE sino al país. La -competitividad política va ir a la alza, cada vez serán más reñidas, cada -vez más los partidos van a estar colocados en el cuarto de máquinas del poder -estatal. No nos conviene un árbitro que esté siempre vociferando y peleándose -con los partidos, con los candidatos, con la prensa. El mejor árbitro es el que -no se ve.

- -Qué bueno que toca eso de no verse pues algunos consejeros ciudadanos más -bien han tenido un papel protagónico, con declaraciones y actitudes más bien -excesivas.
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Creo que los consejeros electorales han asumido con responsabilidad su -labor. Cuando han hecho declaraciones a la prensa han sido, la mayoría de las -veces, pertinentes. Pocas son las que han sido controvertibles.

- - Y usted se asume como un hombre de izquierda...
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Hoy me veo como un hombre de izquierda… digamos reformista y -socialdemócrata, que intenta conjugar los temas de la justicia y de la -democracia en un afán de construir sociedades más equitativas. Me gustaría -subrayar que el hecho de que uno tenga una determinada identidad política no -significa que estas preferencias graviten e interfieran en mi función dentro -del IFE. Creo profundamente que la causa de asentar las elecciones en México -como un expediente incontrovertible es una causa superior a la que encarna -cualquier fracción o partido político. Conviene a todos, izquierdas o -derechas, que las elecciones den certeza de imparcialidad a todas las -expresiones de la política nacional.

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