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Una visión futurista

México debe considerar que el mundo vive un periodo en el que se gestan importantes modificaciones
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Son múltiples los cambios que se observan en la economía mundial, muchos de los cuales son dirigidos por las fuerzas que empujan hacia la globalización. Pero también se advierte la presencia de otras fuerzas que podrían contribuir a darle un nuevo matiz a ese proceso. Evidentemente, no es posible prever con exactitud cuáles serán las características que tendrán las transacciones internacionales en unos años, pero ya se han dejado entrever algunos aspectos que podrían estar presentes en las nuevas relaciones de intercambio.

- La crisis que afectó recientemente a los países asiáticos motivó diversas lecturas y posturas en torno a las perspectivas de la economía mundial.

- El punto de vista predominante atribuye los problemas de esos países a una mala aplicación de los principios del libre mercado y, por consiguiente, insiste en la necesidad de profundizar la liberalización y apertura de los sectores restantes, entre los que destacan las actividades financieras.

- En esa línea también se encuentra la discusión que se lleva a cabo en el seno de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), donde participa México, para alcanzar un Acuerdo Multilateral de Inversiones. Cabe señalar que algunos de los elementos que se están analizando ya los aceptó México en la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) –trato nacional a la inversión extranjera, garantías contra expropiaciones, libre flujo de capitales y no imponer condiciones al desempeño de las empresas–, y ahora se pretende que se apliquen a todos los países de la OCDE.

- Todas esas medidas son consecuentes con el discurso del presidente Ernesto Zedillo, quien, igual que otros líderes latinoamericanos, fue a Suiza a ratificar el compromiso de su gobierno con el libre mercado. Ese discurso es comprensible en un contexto en que el “mercado” castiga severamente a quien se atreve a contrariarlo. Sin embargo, no debe ser motivo para ignorar los graves problemas que está generando la globalización y tampoco debe impedir la búsqueda de opciones más racionales o, en su caso, el diseño de políticas que permitan aprovechar las nuevas circunstancias mundiales y el mercado para evitar daños mayores.

- Más allá de los beneficios de la globalización, son innegables sus efectos nocivos sobre el empleo, además de que propicia el deterioro de las relaciones sociales. En tales condiciones, los países adoptan medidas para reducir su vulnerabilidad.

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- En ese contexto se explica el proceso iniciado por los europeos para alcanzar la unidad económica. Por eso mismo es importante no perder de vista la probabilidad de que, con la puesta en circulación del euro –la moneda única europea– a principios de 1999, la economía mundial sufra un importante reacomodo, que podría rebasar la simple modificación del sistema monetario mundial basado en el dólar. Si a pesar de sus diferencias los europeos logran consolidar la Unión, serán un factor de competencia y referencia inevitable en el intercambio económico.

- Aunque en Asia no se ha iniciado un proceso semejante, no sería imposible que con su pragmatismo característico esas naciones adoptaran medidas, primero, para aprovechar la existencia del euro y el dólar, y segundo, para impulsar su propia divisa. Vale recordar que a raíz de la crisis el premier malayo realizó consultas con sus homólogos de la región para adoptar una moneda que les permitiera superar la dependencia con respecto al dólar. No tuvo muy buenos resultados, pero quizá con el tiempo las cosas cambien.

- No se puede prever con exactitud si continuará ese proceso que podría dar lugar a regiones o si se generarán fuerzas que lo impidan; sin embargo, su concreción está dentro de las probabilidades a que ha dado lugar la globalización. Si ese proceso se concreta, el escenario económico para los próximos años estará determinado por las esferas de influencia de las divisas únicas y será muy difícil que México escape a la fuerza del dólar. Por el momento no se advierten factores que pudieran impedir un escenario semejante.

- Pero se presente o no en el corto o en el mediano plazo, se advierte que la mejor opción con que cuentan los mexicanos para superar las desventajas respecto de Estados Unidos es la educación, una mejor preparación profesional y calificación técnica de la población.

- No es un reto fácil de superar y menos con el tiempo encima, pero un paso para lograrlo es la consolidación de la democracia que permita generar los consensos para la solución de los problemas internos y las propuestas para la negociación con el exterior.

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