El director de la unidad de empresas, empleo y sociedades locales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, explica cómo las medianas y pequeñas empresas también pueden ser líderes en la globalización.
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¿Cómo impulsar el desarrollo de la micro y pequeña empresa?
Que la productividad de la pequeña y mediana empresa sea una política de Estado, una prioridad de la política pública. En el pasado, no sólo en México, la prioridad de la política pública fue la construcción de campeones industriales nacionales. La idea era que en la globalización sólo las grandes empresas podían competir; eso es una locura, también una mediana puede ser líder mundial y crear riqueza en todo el país.
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¿Cuáles son los retos que tiene que enfrentar?
Tiene que favorecer la asociación. Yo vi en Jalisco 26 empresas de calzado que se unieron para abrir una oficina en Los Angeles, California, ya que ellas en lo individual no podían. Compraron un espacio para vender juntas a Estados Unidos, están marchando muy bien dentro del mercado americano. Esas firmas abarataron sus costos mediante la asociación. Este ejemplo se puede repetir en muchos otros sectores; pueden ganar en la competencia mundial si encuentran medidas y fórmulas para trabajar conjuntamente. Se recomienda la innovación tecnológica, organizacional y social.
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¿Está preparada para esa tarea?
Las empresas mexicanas tienen una gran ventaja que es el TLC, y lo han aprovechado con el aumento de las exportaciones. Precisamente este es el punto, que la internacionalización de la pequeña empresa no es sólo la exportación; se tienen que construir nuevas formas de relaciones entre pequeñas empresas en diferentes países, nuevas formas de alianzas entre pequeñas y medianas para conquistar algunos sectores, como por ejemplo ser líder en la comercialización de botones.