Está claro que no vivimos en un campo verde, corriendo al viento, libres del mundo. Existen varias estructuras que se traslapan y, mientras se hacen dependientes las unas de las otras, también rigen nuestros días. Las retículas dentro de las que nos desarrollamos no son lineales y tampoco todas visibles, como, por ejemplo, el mundo de las telecomunicaciones, que sobrepasa ahora a la red de la ciudad y desfigura la geografía de nuestra ubicación para formarla de fragmentos de muchas urbes. Desde una calle de México mis relaciones se limitan a unos cuantos conciudadanos y otros tantos extranjeros que hacen de mi entorno un mosaico de distintas ciudades. Gracias a la promesa de inmediatez de la tecnología, mi ciudad es otra y a la vez única. Y así, en nuestro día, vamos traslapando distintas redes, desde el radio en el coche y las avenidas, hasta revisar el correo electrónico por la noche.
-
La última exposición que se presenta el New Museum, en Nueva York, llamada Living inside the grid, es una muestra internacional sobre este tema. El curador, Dan Cameron, retoma las retículas que durante un tiempo eran exclusivamente pensadas dentro del movimiento de arte abstracto (Piet Mondrian), y ahora aparecen como nuevas interpretaciones de contenido figurativo de una larga lista de creadores jóvenes contemporáneos que viven y trabajan lejos uno del otro. A lo largo de la exposición, podemos esperar ir cambiando de opinión y despertar ante un mundo por el que pasamos de largo sin jamás dejarlo. Las obras hablan desde distintos puntos de vista, creando un diálogo muy completo. ¿Estamos dentro de las estructuras o jugando con ellas?