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Voluntarios de saco y corbata

¿Qué gana HSBC al mandar a sus empleados a jugar de investigadores ecologistas en otros países?
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

El año pasado Ricardo Narváez, subdirector de Banca Telefónica de HSBC México, pasó dos semanas siguiendo nutrias de río en el sur de Chile. Ricardo Garza Galindo, subdirector de Modelos de Riesgo de Crédito, escudriñó las orugas en el área de conservación Guanacaste de Costa Rica. Asimismo Fernanda Gómez, analista en el área de Control Contable de Nómina, observó los hábitos de un grupo de guacamayas en Perú.

- Participaron en proyectos reales de investigación ecológica dirigidos por científicos apoyados por Earthwatch, una organización no gubernamental estadounidense. Lo hicieron con pleno goce de sueldo y los gastos de viaje fueron pagados por HSBC.

- Al ofrecerles esa experiencia, el grupo financiero pretende no sólo cubrir sus objetivos de responsabilidad social sino también generar una serie de beneficios internos en su relación con el personal.

- El voluntariado corporativo apenas aflora como tendencia en México y su práctica en la filial de HSBC es un ejemplo llamativo que demuestra una ventaja: ayudar a cimentar la responsabilidad social como una parte integrante de la estrategia global de la empresa.

-  El programa nació en 2002 cuando el grupo financiero internacional firmó un acuerdo de cuatro años con Earthwatch, que forma parte de un más amplio programa llamado “Invirtiendo en la Naturaleza”. La alianza con esta ONG incluye un donativo de $16 millones de dólares anuales  y el suministro de 500 voluntarios para apoyar sus investigaciones.

- Verde, te quiero...
El primer y más directo beneficio para HSBC, al involucrar a su personal en el esfuerzo de conservación ecológica, es que así multiplica el impacto de su ayuda. Las clases intensivas de biología que vivieron los voluntarios despertaron en ellos una conciencia ecologista, una pasión que están muy ansiosos de compartir.

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- “Ahora paso por un parque y veo los pájaros que antes ni siquiera veía”, dice Gómez, quién volvió de Perú más consciente de la necesidad de reciclar el papel y así no alentar la tala de árboles que causa la desaparición de las guacamayas.

- “Los voluntarios se comprometen, antes de viajar, a levantar un proyecto de conservación al volver”, explica Roy Caple, director ejecutivo de Asuntos Públicos de HSBC México. Con el dinero que donó este banco, Earthwatch financiará cada proyecto con hasta $550 dólares. Fernanda Gómez está desarrollando juegos didácticos para inculcarles a los niños un sentido ecologista. Piensa poner una mesa en la alameda de la colonia Santa María la Ribera para que jueguen con ellos los fines de semana.

- Otro beneficio del programa es exponer a los empleados al carácter global del grupo financiero. A los tres voluntarios les tocaron equipos de cinco conformados por dos empleados más de HSBC, provenientes de países europeos y Estados Unidos.

- “El ejercicio de integrar empleados de diferentes lados, da esta idea de que todos somos parte de este grupo y todos tenemos algo que aportar,” dice Garza.

- La convivencia internacional, con los voluntarios y los científicos, les da a los empleados un primer aprendizaje en el trabajo en equipos multiculturales. “Si algún día tengo que coordinar o participar en un equipo así me servirá mucho esta experiencia,” dice Carlos González, quien investigó en el desierto del Kalajari, en marzo 2004, a los suricatas (ese personaje que en la película El Rey León estaba bautizado como Timón).

- El voluntariado corporativo le genera también a HSBC una mayor lealtad de los empleados en un banco (Bital) que apenas compró a finales de 2002. Narváez está convencido de que su empresa “se preocupa por tener gente integral. Antes lo sabía, sin embargo hasta que lo empiezas a vivir de más cerca, empiezas a valorarlo.”

- Ya que el empleado está involucrado en el programa de responsabilidad social, le consta el compromiso de la empresa. La experiencia personal convence mucho más que una noticia de un donativo leída en un boletín interno o en la prensa.

- El participante hasta se vuelve un vocero elocuente de ese compromiso.

- Este año HSBC mandará 32 voluntarios escogidos por Earthwatch entre las 100 solicitudes recibidas. Es necesario hablar inglés para poder comunicarse en los equipos internacionales, por lo tanto los participantes corresponden a los niveles medianos y altos de la jerarquía. Si bien pocos de los 19,000 empleados se apuntan y son elegidos, el impacto se extiende más allá de los participantes directos porque sus compañeros ven que el discurso de la empresa se volvió realidad para un conocido.

- Mejores prácticas
El programa de voluntariado corporativo de HSBC no es típico ni ideal. De hecho, no refleja todas las enseñanzas que el Centro Mexicano de Filantropía (Cemefi) ha tomado de varias experiencias nacionales e internacionales.

- Felipe Cajiga, director de Responsabilidad Social Empresarial del Cemefi, predica sobre la importancia de dejar a los empleados escoger y liderar la actividad. Eso es lo que hace en México la correduría y banca de inversión JP Morgan.

- La empresa reúne a las organizaciones susceptibles de su apoyo en una exposición que los empleados recorren. Ellos eligen por equipos a la organización que apoyarán durante todo el año y el grupo complementa su esfuerzo con un donativo, explica Luz Vivar, presidenta de la Fundación JP Morgan y directora de administración del grupo. American Express y GE también tienen comités de empleados que asumen la responsabilidad social corporativa.

- Cemefi recomienda que los empleados contribuyan con un apoyo voluntario afín a la actividad profesional que realizan. Los empleados de JP Morgan aprovechan así su talento en cuestiones financieras, contables y legales. Pero en el Día Mundial del Voluntariado dejan su pericia en la oficina y se dedican a pintar una escuela o plantar árboles. El programa de HSBC y Earthwatch tampoco recibe alta puntuación en cuanto a la comunicación interna de la actividad de los voluntarios y el reconocimiento de los más destacados, que son dos más de las recomendaciones del Cemefi para el voluntariado corporativo.

- Menos mexicanos, más solidarios
La filantropía de Serfin y Bital cambió radicalmente bajo la dirección de Santander y HSBC.

- En su tiempo, Serfin sólo tenía un museo de textiles regionales. Hoy Santander Serfin se concentra en becas a universitarios, donativos para crear aulas virtuales equipadas con computadoras y el portal Universia, alimentado por 750 universidades en los 12 países donde opera el grupo español, explica Roberto Aguirre, director de Comunicación Institucional. Un consejo formado por rectores y representantes del banco dirige el programa mexicano. Los empleados de Serfin llevan 10 años contribuyendo al Fideicomiso por los Niños de México, el cual ellos mismos crearon y administran. Vía descuentos en su nómina, 70% de los 10,000 empleados juntan unos $4.5 millones de pesos anuales y  un comité formado por 10 empleados decide a cuál institución ofrecer un donativo con base en las sugerencias de los trabajadores, quienes se comprometen, con su equipo de trabajo, a apoyar con su tiempo a las instituciones propuestas.

- En Bital, los esfuerzos filantrópicos eran “aislados y no estaban regidos bajo programas con objetivos claros”, dice Roy Caple, director ejecutivo de Asuntos Públicos de HSBC México. Tras el cambio de dueño, el presupuesto aumentó 50%. La actividad principal incluye ahora becas y un apoyo de cinco años a cuatro escuelas para mejorar los equipamientos y programas de estudios. HSBC también construye con otras instituciones una clínica de beneficencia en la capital del país.

- En 1984 Bancomer abrió su primer Centro Integral de Educación, administrado por las esposas de los altos ejecutivos del banco, empleados y jubilados. Ellos donaban su tiempo para dar clases de alfabetización, primaria, secundaria y talleres de oficio como la carpintería. Hoy BBVA-Bancomer opera 24 centros esparcidos por la república como parte de un programa más grande de apoyo a la educación.

- Cuando BBVA compró Bancomer, se reemplazó un costoso concurso de dibujo infantil por becas. Hoy 2,000 estudiantes cursan, con el apoyo del banco, la secundaria, preparatoria o una carrera universitaria. Cada año se suman más de 500 nuevos becarios.

- Banamex, el banco que más dinero da para filantropía, hasta ahora no ha modificado su actividad tras su venta a Citigroup. Aún sigue dando la tercera parte de su presupuesto anual para  educación, en apoyos a universidades y como parte de sus actividades de combate a la pobreza. La quinta parte de su presupuesto financia la actividad de sus dos asociaciones civiles, Fomento Social y Fomento Ecológico. Éstos cuentan con un patrimonio de $80 millones de dólares y $3 millones respectivamente, que sirve para promover el bienestar social y  la productividad en áreas rurales.

- Pero en realidad, Banamex no tiene todavía programa de voluntariado. La mayoría de sus 28,219 empleados no sabe qué hace el banco en la comunidad. Ahora los planes son recurrir a su plantilla de personal  para la siembra de árboles en un proyecto de atención integral al Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl.

-  Hay muchas maneras de implementar prácticas de responsabilidad puertas adentro de su empresa. Involucrar a los empleados en uno de estos programas puede requerir más esfuerzo que la filantropía tradicional. Hay que promocionar y coordinar las iniciativas y comunicar sus logros.

- Pero los beneficios son claros.

- “Hubiera sido muy fácil donar dinero a una organización equis,” afirma Gómez, la analista de HSBC México que viajó a Perú. Tras participar en el programa de  conservación con Earthwatch, dice: “¡Qué bueno que yo le intereso a la empresa! Es fundamental que el empleado se sienta a gusto, para rendir muchísimo más.”

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