Cubría la fuente laboral para un semanario de San Francisco y vivía ocupado en ver cómo los empleados rara vez llegaban a un acuerdo con los directivos de su compañía. Así fue como Robert Levering adquirió experiencia en cuanto a paros y huelgas.
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En una ocasión, una editorial le sugirió que escribiera un libro sobre las mejores empresas para trabajar en Estados Unidos. Visitó más de un centenar para hablar con algunos de sus empleados y conocer las condiciones de trabajo.
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A partir de una gran cantidad de entrevistas con trabajadores y de sus análisis bibliográficos sobre teoría de la administración, psicología industrial, historia económica y filosofía social y moral desarrolló una metodología que desde 1984 el Instituto Great Place to Work (GPTWI) –creado por el propio Levering y por Milton Moskowitz– aplica para definir qué compañías representan buenos sitios donde laborar.
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Para la primera edición del reporte Las mejores empresas para trabajar en México, las compañías participantes cubrieron los siguientes requisitos: tener 150 o más empleados, operar en el país desde hace por lo menos tres años y estar dadas de alta en Hacienda.
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La mecánica del estudio consistió en aplicar dos tipos de cuestionarios: para empleados y para la empresa o Culture Audit.
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En la encuesta dirigida a los trabajadores, se tuvo gran cuidado en que fueran elegidos de forma aleatoria y que sus respuestas no estuvieran influidas por los directivos de la compañía. De esa manera, pudieron contestar de manera más crítica. Para seleccionar quiénes responderían al sondeo, se pidió a las organizaciones que elaboraran una lista en orden alfabético con los nombres de toda su plantilla. Se corrió entonces un programa de computadora para determinar a los que participarían en la encuesta. Cada trabajador elegido recibió de Expansión un cuestionario con el fin de que lo llenara de manera anónima e individual, y lo depositara en un buzón. No fue permitido reunir a los participantes para el llenado de la encuesta, influir u obstaculizar la libertad de expresión, ni excluir del proceso de selección a empleados de sucursales u oficinas locales.
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Culture Audit es una encuesta que contestaron los directivos de la empresa. Incluye datos generales, información financiera, demográfica y preguntas sobre la cultura y el ambiente de trabajo. Su fin es evaluar y entender los aspectos que distinguen a esta compañía de otras.
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El GPTWI capturó y analizó los datos de todo el escrutinio de empleados y obtuvo un promedio que tiene un peso de 80% en la calificación final. Lo mismo hizo con el Culture Audit, cuyo valor es de 20% en el promedio definitivo. De esta manera se determinó una lista preliminar de firmas que fue complementada con una visita a las instalaciones y entrevistas con empleados elegidos al azar, a fin de corroborar el ambiente de trabajo y las prestaciones descritas en las encuestas.
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Las compañías que se inscribieron para participar en este estudio pagaron una cuota de acuerdo con su tamaño. Todos los ingresos se dirigieron a Great Place to Work, que los utilizó para solventar sus costos. Expansión no recibió un solo centavo de ese pago y éste de ninguna manera influyó en la selección de las empresas que conforman la lista. Hubo corporaciones que participaron y no fueron seleccionadas, porque se encontraron algunas deficiencias, de acuerdo con el testimonio de los empleados. A éstas –cuyo nombre no se publica– se les entregan los resultados de la investigación, para que puedan tener un diagnóstico que les ayude a mejorar.
-Así fue como se originó el listado de esta primera versión de Las mejores empresas para trabajar en México.