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¿Está listo para perder un hombre clav

En cada empresa hay empleados cuya eventual salida (por enfermedad, muerte o renuncia) podría poner
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Para las aseguradoras está claro que en México no existe una cultura de prevención. Mientras en Estados Unidos una persona tiene un promedio de tres pólizas –algunos llegan al extremo de asegurar hasta a su gato–, aquí se practica la vieja máxima de que “la vida no vale nada”.

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Esto no sólo se aplica al ámbito individual, sino también en las empresas. De ahí que valdría la pena prevenir varias situaciones. Por ejemplo, ¿cuántas acciones no se han desplomado en la bolsa por la hospitalización de un alto dirigente de una compañía o por la pérdida de uno de los directivos? ¿Cuántos proveedores han dejado de otorgar crédito por no estar seguros del nuevo rumbo que adquirirá el negocio tras el fallecimiento de alguno de sus principales elementos, o por no saber cómo se encuentra financieramente la firma cuando ocurre el deceso de un alto mando? Desde luego que también surgen preocupaciones relacionadas con los proyectos que por estas causas podrían detenerse.

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Para nadie es un misterio que el éxito de un negocio depende de la contribución de todas las personas que trabajan en él, pero hay empleados que resultan indispensables debido a que de sus decisiones depende la supervivencia y rentabilidad a largo plazo del mismo. A estos se les llama, contundentemente, los “hombres clave” (o mujeres, por supuesto).

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Más de un empresario se sorprenderá por lo sencillo que es protegerse contra los efectos de perder a uno de estos “indispensables”. Muchos conflictos y malos ratos pueden obviarse con la sola acción de comprar un seguro para sus hombres clave, cuyo objetivo es disminuir sustancialmente los daños que se puedan generar a raíz de la pérdida por fallecimiento o discapacidad permanente.

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Poco difundida en el mercado –pero impulsada por la Secretaría de Hacienda al concederle la deducibilidad, misma que muchos otros seguros siguen buscando sin éxito–, esta póliza podría prevenir una crisis financiera o de recursos humanos para cualquier organización, según Francisco Regil Vargas, director general de Compañía Promotora de Agentes y especialista en este ramo de los seguros, quien explica cómo la pérdida de un talento afecta al negocio de diferentes maneras:

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a) Crea desorganización en el área afectada;
-b) frena los proyectos, así como la continuidad del trabajo que se está realizando;
-c) la búsqueda de un candidato sustituto constituye una fuerte inversión;
-d) genera diferencias en la administración;
-e) puede conllevar pérdida de clientes o disminución de créditos.

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¿Cómo se identifica a un “elemento clave”? Lo primero que se requiere para saber quién es susceptible de tener una cobertura de este tipo es hacerse las siguientes tres preguntas, según el manual de Grupo Nacional Provincial: ¿Podría la empresa sustituirlo fácilmente? ¿Cuál sería el costo que la compañía absorbería al perderlo? ¿Cuánto estaría la empresa dispuesta a pagar para encontrar un sustituto?

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ELEMENTOS CLAVE Y VALOR MONETARIO
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Como es de esperarse, el costo del seguro para un “hombre clave” no es genérico, sino que es determinado mediante métodos que van desde calcular el valor del empleado utilizando un múltiplo de su salario integrado (aunque esto es muy impreciso; para el negocio el valor de una persona por lo general no está en función de lo que percibe), multiplicar su salario anual por cinco y hasta 10 veces, e incluso calcular la suma de utilidades netas generadas por él, multiplicadas por el número de años que se requerirá para encontrar y entrenar a un sucesor.

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Este es uno de los seguros que para ser expedido requiere que se practiquen exámenes médicos, y en donde la edad y el hábito de fumar del elemento clave pesan mucho para el valor de la prima. La suma asegurada –que debe concordar con el tamaño y valor de la compañía– es fijada por la propia aseguradora, pero para dar una idea, por un seguro de un $1 millón de dólares se paga alrededor de $3,500 dólares, según Regil. “Este tipo de seguros tiene como objeto resarcir a la empresa de una pérdida y no fomentar la especulación; de ahí que también existan muchas restricciones sobre quiénes y qué requisitos se deben cumplir para poder adquirirlo.”

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En virtud de lo anterior existen algunos candados para evitar fraudes o malos usos de este seguro. No cualquier persona puede ser asegurada dentro de este parámetro, y las condiciones son las siguientes: -Los contratos de seguros serán temporales y a un plazo no mayor de 20 años, con prima nivelada.

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El asegurado deberá tener relación de trabajo con la empresa, o ser socio industrial en el caso de sociedades de personas o en comandita por acciones, y no un simple accionista. -El contribuyente deberá reunir la calidad de contratante y beneficiario irrevocable, es decir, el dinero cobrado por el seguro deberá aplicarse íntegramente a la empresa. -En caso de terminación del contrato de seguro, la póliza será rescatada y el contribuyente acumulará a sus ingresos el importe del rescate en el ejercicio en que esto ocurra.

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Esta última cláusula –que puede generar pavor entre los contadores– -debe verse en su justa dimensión; aunque se debe declarar a Hacienda el ingreso por la prima cobrada, también deben tomarse en cuenta factores como las pérdidas que se tengan, ya que entonces no se pagaría esta entrada de efectivo como utilidad.

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Aun cuando los puestos están limitados cuando se inicia un negocio, una cobertura del “hombre clave” es crucial para prevenir posibles pérdidas. Si una compañía puede demostrar que ha salvaguardado estas eventualidades, el negocio es bien visto aún entre quienes expiden préstamos.

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Regil apunta que mientras es común que el empresario mexicano asegure su patrimonio personal, pocas veces se detiene a pensar en sus “elementos clave” y en los perjuicios que su ausencia podría ocasionar a sus propiedades. Este asegurador, con décadas de experiencia, sostiene que el número de pólizas que él negocia anualmente no supera las 100 unidades, lo que denota que los jefes de empresa aún tienen mucho que aprender en el ámbito de su propia seguridad.

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Regil, finalmente, sugiere que hay que tener mucho ojo a fin de identificar a esas personas de las cuales puede depender, quizá, la permanencia de la corporación en el mercado.

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