A los neoyorquinos, eso piensan algunos, hay que estarles cambiando constantemente las señales o, de perdida, modificándoles el nombre de las cosas. Así parece confirmarlo la moda que ha llegado a la escena culinaria de Manhattan: la Pan Cuisine, un gran paraguas que incluye: la cocina Pan Asian, la Pan Latin y la Pan Euro-Asian. En todos los casos, se trata de una mezcla de guisos e ingredientes –de ahí el término pan– de múltiples y contrastantes culturas.
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Puesto que la moda parece cundir, ya existen varios restaurantes en la isla que se posicionan como los mejores exponentes de la Pan Cuisine. El Tropica, que se encuentra dentro del edificio de MetLife, ha conquistado fama asociando ingredientes asiáticos y sudamericanos, con lo que se logra –según el chef del lugar– “un concepto de comida caribeña con acentos asiáticos”. Eso en cuanto al estilo pan-asiático.
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En el pan-latino hay por lo menos dos lugares que publicitan sus platillos “pan”: el Ideya y el Orinoco. El chef del primero, un puertorriqueño nacido en el Bronx y famoso por su pechuga de pato con coco y canela, asegura que su cocina no sólo celebra a todos los países latinoamericanos, sino también a sus abuelas. Mientras tanto, en Orinoco –un lugar con inclinaciones venezolanas– los gourmets recomiendan el chorizo picante con hoja de plátano, el asado negro y el cerdo borracho. Para su chef, la pan-latina no es más que el “el arte de combinar acertadamente los diferentes productos que ofrece Latinoamérica”.
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Por supuesto, algunos chefs asentados en el territorio mexicano se preguntarán dónde está la novedad, porque esto es algo que ellos vienen haciendo desde hace un buen tiempo. Como fuere, el chiste es que el descubrimiento de este filón mercadotécnico ha atrapado la atención de los neoyorquinos. ¿Por cuánto tiempo?… Quizá hasta que aparezca la siguiente moda.
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