Nadie como él conoce los secretos del tequila, a pesar de no haberlo probado nunca. Padre de nueve hijos y cinco marcas del aguardiente, presentó hace poco la joya de su cava: Don Julio 1942. En esa ocasión, Expansión habló con él de todo, menos de números. Don Julio es un tequila, pero sobre todo una persona.
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¿Qué no puede faltar en un bar?
-Un buen tequila y una familia. Una buena familia.
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¿Qué opina del tequila mezclado con refresco?
-La mayoría de las personas lo prefieren así, pero para apreciar la calidad se debe tomar solo.
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¿Con sangrita o sin ella?
-Sin sangrita.
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¿Con limón o sin él?
-Sin limón.
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¿Cuántos "dones" hay en la industria en México?
-Nada más salió el tequila Don Julio y se soltaron por docenas de dones. Gracias a Dios, sigue siendo el número uno.
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¿Qué le gusta más, el tequila, el tabaco o las mujeres?
-Nada más sé hacer buen tequila, pero nunca lo he tomado. No fumo. Y eso de las mujeres, a cualquier ser humano le gustan… Si no me gustaran, pues ¡tendría que ser joto!
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¿Cuál es el mayor placer para don Julio?
-La felicidad de mi familia. A mí mi papá me enseñó a comprar barato y vender caro. Estuve en la escuela nada más que cuatro meses y ocho días, porque quedé huérfano muy joven y al día siguiente no teníamos para comer.
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¿Qué quiso tener de niño que no tuvo?
-Un caballo aunque fuera, porque no tenía nada. Vivíamos en un rancho. Desde que tengo con qué, estreno carro Grand Marquis todos los años. Mañana voy a tener un Lincoln: es el único vicio que tengo.
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