Navegando con bandera de “altruista”, el empresario Víctor González Torres hace negocios redondos con su nuevo concepto de Farmacias de Similares, que se adapta a la realidad de un país donde el grueso de la población no tiene recursos para comprar medicamentos de marca.
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En diciembre de 1997 González Torres abrió su primera farmacia popular en Ciudad Netzhualcoyotl con el lema “lo mismo pero más barato” y desde entonces se ha extendido a toda la república. Ahora ya tiene 65 establecimientos y para finales de año espera llegar a los 100.
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“Nos gustan los rumbos populares pero curiosamente estamos viendo que la gente rica también acude a nuestras farmacias”, dice González Torres. Sus locales asimismo ofrecen consultas médicas a $10 pesos. “Atendemos a gente olvidada que no tiene seguro médico”, dice. En estas farmacias ya se atiende a un promedio de medio millón de personas al mes.
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“Estoy probando que sí se puede hacer negocios y crecer espectacularmente vendiendo barato”, afirma González Torres.
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Pero las grandes multinacionales farmacéuticas se han lanzado en su contra desde hace unos meses. Lo acusan de todo: de utilizar conceptos publicitarios engañosos, de hacerles una competencia desleal e incluso de poner en riesgo la salud pública con consultas “charlatanas”. “El señor se está aprovechando de pequeños resquicios que existen en el reglamento de genéricos”, dice Rafael Gual, director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica –AMIFF–, que agrupa a las multinacionales del sector. Considera que las autoridades deberían ser más enérgicas en controlar los negocios de González Torres y prohibir las consultas que se dan en estos dispensarios “pues no sirven para nada”.
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González Torres se defiende: “No pueden aceptar que vendamos los mismos medicamentos pero a una cuarta parte de su precio, pues sería como reconocer que están robando”.
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La AMIFF está tratando de promover una campaña para alertar a la población sobre la proliferación de “seudogenéricos” que no han pasado pruebas clínicas. ¿Quién tiene la razón? Ni la Secretaría de Salud ha querido meter manos en este pleito.