Para los empresarios de Nuevo León decir que la corrupción es exclusiva del sector público era casi un dogma. Por esa, la acusación de que un directivo de la empresa Lamosa desvió recursos para su beneficio provocó indignación en el sector privado del estado, sobre todo, porque el principal inculpado era presidente de la Unión Social de Empresarios Mexicanos (USEM), organismo que se caracteriza por promover los valores cristianos entre los empresarios.
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Jorge Martínez Salinas, ex director de Lamosa Revestimientos, fue acusado de fraude por la empresa. Según Lamosa, Martínez Salinas desvió más de $7 millones de dólares. Además, Lamosa despidió a 33 empleados, incluyendo a personal directivo.
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La defensa jurídica de Martínez Salinas busca demostrar que “el terrorismo empresarial” se debe a que su cliente descubrió malos manejos del anterior director, Enrique Álvarez Tostado Ascorve.
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La defensa presentó ante los juzgados pruebas de que las acusaciones estaban fundadas en fotocopias de tres facturas alteradas.
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Mientras los juzgados de Nuevo León deciden, varios organismos del sector privado demandaron a los medios de comunicación tomar el caso con mesura.