Un joven de tan sólo 22 años, Georges Favre-Jacot, fundó en 1865 un pequeño taller relojero en la provincia de Locle, región montañosa de Suiza. La calidad y precisión de sus trabajos le dieron de inmediato el reconocimiento internacional. En 1911 el empresario decidió rebautizar su compañía como Zenith, inspirado en la belleza y majestuosidad de la bóveda celeste. Recientemente, el grupo LVMH decidió comprar la marca y relanzarla a escala mundial.
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Una de las principales aportaciones de Zenith a la relojería es el Primero, único mecanismo de cronógrafo capaz de medir tiempos de hasta una décima de segundo. Como piezas de alta relojería, la firma fabrica 500 relojes al año, además del movimiento del Rolex Daytona.
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