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Ante la crisis financiera global, los mercados emergentes podrían ganar terreno frente a naciones como EU, Japón y Alemania.
jue 01 septiembre 2011 11:45 AM

“Este artículo es muy importante para entender lo que pasará en la economía mundial. Veo al país estancado y eso es un peligro para las empresas globales que participamos en países como China, Brasil e India. En épocas de crisis nosotros hemos encontrado oportunidades para crecer. Es un riesgo, pero no hay que tener miedo. Los empresarios debemos fortalecernos en nuestro mercado y considerar el traspaso del poder global de las economías desarrolladas a países como el nuestro”. Fernando Turner

A medida que ingresamos a una nueva década, aumenta la incertidumbre sobre el estado actual y las perspectivas de la economía global. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que en Europa se ha estancado la tasa de crecimiento, y la perspectiva para la economía más grande del mundo, Estados Unidos, sigue siendo incierta.

El estado actual y futuro de la economía global se debe, en gran parte, a la crisis de crédito que se desató luego de la debacle de las hipotecas de alto riesgo (subprime) en Estados Unidos.

Posteriormente, la crisis de créditos tóxicos se expandió por todo el Atlántico y ahora amenaza el futuro del euro. Europa, Grecia e Irlanda están recibiendo ayuda a través de paquetes financieros y hay preocupación por que la presión del mercado pueda también generar una crisis de liquidez en Portugal y España.

Sin embargo, deberíamos cuestionarnos si está bien tratar una crisis que ha afectado las principales economías occidentales como una ‘crisis global’.

Si bien los mercados financieros en las economías emergentes de China e India reaccionaron a los desarrollos adversos en Estados Unidos y Europa, estas reacciones fueron efímeras.

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Se estima que mientras el PIB de China seguirá creciendo alrededor de 9%, el de India no quedará mucho más atrás alcanzando una tasa de crecimiento de aproximadamente 7.5% anual en un futuro inmediato.

En un estudio reciente, PricewaterhouseCoppers sugiere que la crisis financiera global ha acelerado el traspaso del poder económico de las economías desarrolladas a las economías en desarrollo.

A este ritmo, el rendimiento económico de los mercados emergentes de China, Brasil, Rusia, India México, Indonesia y Turquía, los llamados E-7, superará el de las naciones que conforman el G7: Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá para 2032.

Estos desarrollos tienen importantes implicaciones para las economías desarrolladas como la del Reino Unido. Se estima que este país vende aproximadamente 7% del total de sus exportaciones a las economías en desarrollo. Como el poder económico está pasando a manos de las economías emergentes, a menos que Reino Unido incremente su porcentaje de exportaciones a las naciones en desarrollo, perderá la oportunidad de ser parte del crecimiento.

Por otra parte, los gobernantes y responsables de la política económica de los países emergentes se enfrentan a serios desafíos. El aumento de las tasas de crecimiento acompañado de tasas de interés más altas está atrayendo flujos de capital especulativo hacia las economías emergentes. Con esto aumentan las presiones para un alza en el precio de sus monedas.

Entre 2001-2006, el Sondeo Coordinado de Portafolios de Inversión del FMI (CPIS, por sus siglas en inglés), que presenta una muestra promedio de la distribución de inversión extranjera en los mercados accionarios, arrojó que Perú recibió en ese periodo la menor distribución (0.02%), mientras que EU fue el mercado más favorecido por los inversionistas mundiales, con 37.76% de los flujos.

En ese lapso, México recibió 0.42% de las distribuciones totales, y pudo dejar atrás a mercados de valores como el de Argentina (0.05%); Chile (0.04%); Malasia (0.15%), Nueva Zelanda (0.15%) o Polonia (0.17%), por ejemplo.

Durante los últimos dos años, se ha incrementado significativamente el valor de las monedas de la mayoría de las naciones en desarrollo con respecto al valor del dólar estadounidense.

Brasil es un buen ejemplo: el precio del real ha tenido un alza de casi 40% con respecto al dólar, lo cual llevó al gobierno de ese país a intervenir activamente en los mercados de divisas.

Los bancos brasileños han recibido la orden de conservar mayores reservas contra sus posiciones de cambio y la tasa del impuesto sobre la renta para inversionistas extranjeros que hacen colocaciones en bonos denominados en real se ha duplicado a 4%.

La excesiva liquidez generada por el relajamiento cuantitativo buscado por economías desarrolladas, como Estados Unidos y Reino Unido, ha llevado a un descenso en el precio de los commodities. Ha aumentado la tasa de inflación en las economías emergentes y el marcado incremento en el precio de los alimentos está planteado una seria amenaza para los desafíos políticos de estas economías y para sus ganancias económicas.

Nuevo atractivo

La crisis financiera ha dejado al descubierto los peligros de la excesiva dependencia con la deuda. La crisis de crédito ha brindado una comprensión profunda de las prácticas de negocio con una visión a corto plazo en la industria de servicios financieros en general.

Los bancos que generosamente ofrecían créditos a los mercados financieros y al sector corporativo han desarrollado ahora una alta aversión al riesgo. Además, las economías emergentes de India y China requieren inmensas inversiones en sistemas de agua, transporte, infraestructura, vivienda y generación de energía.

Estas economías no tienen altos niveles de acumulación de capital y, por lo tanto, para poder financiar el crecimiento de las economías emergentes, es necesario el ingreso de capital proveniente de otras partes del mundo.

Un estudio de Consultores Internacionales (CISC) con datos del Banco Mundial indica que, entre 2000 y 2010, el valor agregado promedio de la industria como porcentaje del PIB en economías emergentes –con excepción de Pakistán y Bangladesh– se ubicó por arriba del promedio mundial.

En esta muestra, México superó a Filipinas, Turquía y Brasil, pero estuvo debajo de Nigeria, Rusia y Egipto. Las economías emergentes con el mayor valor agregado promedio de la industria fueron China e Indonesia.

Estos desarrollos tienen impactos significativos para los negocios en las economías desarrolladas. Primero y principalmente, la disponibilidad de capital en las economías desarrolladas será más escaso, ya que se destinará a las crecientes economías emergentes.

En segundo lugar, durante muchas décadas, las economías en desarrollo han generado grandes ahorros que han sido una fuente de capital para el mundo desarrollado. Sin embargo, a medida que estas economías crecen y mejoran sus estándares de vida, aumentan los niveles de consumo de estos países, provocando una caída en los ahorros. Esto posiblemente cause una mayor reducción de la disponibilidad de capital. Incluso China podría convertirse en un gran comprador a nivel mundial.

Con base en estimados del Banco Mundial, CISC señala que las economías emergentes promediarán un crecimiento anual de 4.7% entre 2011 y 2025, mientras que las economías desarrolladas lo harán a un ritmo menor, de 2.3%. Hacia 2025, cerca de 1,000 millones de personas alrededor del mundo ingresarán a la clase media, de las cuales 66% vivirá en economías emergentes.

Se espera que, a partir de ese mismo año, los países más poblados sean China, India, EU, Indonesia y Brasil; las naciones emergentes representarán 59% de la población mundial, lo cual significará un alto potencial de consumo.

Finalmente, los mayores costos de financiamiento reducirán la valoración bursátil y, por lo tanto, afectarán adversamente el desempeño bursátil. Estos desarrollos van a generar importantes desafíos de gestión en el mundo desarrollado. La posible escasez de disponibilidad de capital implicará que los gerentes tendrán que invertir su escaso capital de manera mucho más cautelosa.

Las buenas relaciones bancarias serán un factor de éxito clave para lograr una ventaja competitiva, ya que el acceso al financiamiento será cada vez más difícil de conseguir.

Las innovaciones tecnológicas, que en el pasado jugaron un papel importante para ofrecer  ventajas competitivas, serán otro factor clave para seguir siendo competitivos dada la mayor competencia procedente de las economías emergentes.

LA POSICIÓN DE MÉXICO

La crisis global obligó a los mercados emergentes a mantener un equilibrio en sus finanzas públicas –recaudación y gasto– y a volcar sus planes a fortalecer el mercado interno, lo que son dos grandes lecciones, coinciden expertos.

México debe acelerar cambios en materia energética y laboral para atraer la inversión, y colocar al consumidor y a los usuarios de servicios en el centro del interés del sector público y privado para encauzar el crecimiento, agregan.

Pese a que el país ha sido financieramente bien portado –lo que le generó 45,000 millones de dólares (mdd) de inversión en cartera en los últimos cuatro años–, “no aprendimos a poner velocidad a ajustes estructurales de política interna, lo que sí hicieron los BRIC, con altas tasas de crecimiento”, dice Julio A. Millán, presidente de la firma Consultores Internacionales.

La crisis ha sido un reto porque dejó en claro que habrá dificultades económicas en los próximos años y, probablemente, un crecimiento no tan dinámico de las principales economías del mundo y de EU, a donde México envía más de 80% de sus exportaciones.

Entre los sectores exitosos ya destacan las industrias automotriz y de autopartes, maquinaria y equipo; electrónica y electrodomésticos, agroindustria y metales.

“Ahora el liderazgo se vuelve fundamental y los cambios se tienen que hacer con mayor urgencia y profundidad”, advierte Luis de la Calle, quien asegura que la gran tarea de los empresarios es enfocarse a servir al consumidor, lo que nose cuidó en el pasado.

Señala que los empresarios no deben esperar a que los cambios lleguen de afuera, sino, por el contrario, buscar sus propias metas y exigir a la clase política ser parte de la transformación.

La estabilidad de las tasas de interés y la inflación y un mayor acceso al crédito son elementos indispensables para reactivar el mercado doméstico, añade Adolfo Albo, economista en jefe para México de BBVA Research.

Argumenta que la banca está haciendo cambios para mejorar el acceso de los servicios financieros con nuevos modelos (corresponsales bancarios; banca móvil; banca por internet y banca telefónica) y que hay planes en estudio para elevar el crédito a las pyme.

Para los expertos, México no requiere ajustes mayores que provoquen altos costos para la sociedad. La reforma laboral promovería la movilidad laboral, la energética, y certidumbre en las operaciones de largo plazo. “Estamos hablando de mejorar en términos de competitividad y productividad todos los elementos que abastecen el mercado interno, como la electricidad, la energía, la industria de telecomunicaciones”, puntualiza Albo.

María Luisa Aguilar

8 FACTORES CRÍTICOS QUE DEBERÁN ENFRENTAR LAS ECONOMÍAS EMERGENTES EN LAS SIGUIENTES DÉCADAS:
1. Gobernabilidad
2. Educación
3. Innovación y nuevas tecnologías
4. Competitividad
5. Infroeconómica
6. Estabilidad macroeconómica
7. Seguridad pública
8. Instituciones fuertes y pragmatismo económico
El futuro dependerá principalmente de dos factores estructurales:
• Dinámicas globalizadoras
• Desarrollo interno de competencias
FUENTE: Consultores Internacionales (CISC).

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