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Del campo de batalla a la sala de juntas

El arte de influir en las personas para que hagan con buena voluntad lo que se les pide para lograr una meta es la esencia del liderazgo.
lun 05 marzo 2012 03:03 PM

Posiblemente, el campo de batalla sea una incubadora para todo tipo de éxitos en la vida. Si sobrevives, es porque posiblemente seas ágil, decidido, de pensamiento veloz y, por sobre todas las cosas, corajudo. Y ese coraje se manifiesta no sólo en medio de un tiroteo. El coraje significa mucho más que valentía. Implica tener las características de personalidad que convierten a una persona en un líder efectivo en el campo de batalla y en la sala de juntas de la dirección.

El arte de influir en las personas para que hagan con buena voluntad lo que se les pide para lograr una meta es la esencia del liderazgo. Esta definición aplica para un amplio espectro de circunstancias, que abarca desde el campo de batalla a situaciones corporativas o de negocios.

Es con esta idea en mente que considero el coraje en el liderazgo dentro del contexto militar operacional de la Fuerza de Tareas Canadienses en Kandahar,  Afganistán, en la cual los canadienses murieron en la búsqueda dedicada del logro de sus misiones, y aplico estas ideas al liderazgo corporativo. Los contextos y los tiempos pueden variar, pero se mantienen las características esenciales del liderazgo (entre las cuales el valor es esencial).

Para reforzar la importancia del coraje en el contexto corporativo/empresarial, tomemos en cuenta algunas situaciones de alto perfil en las quedó demostrado el coraje.

En agosto de 2008, cuando Michael H. McCain, CEO de Maple Leaf Foods, se paró frente a los reporteros y a las cámaras para aceptar la responsabilidad de su empresa por la carne contaminada que causó numerosas muertes, sin duda tuvo que profundizar y reunir todo su coraje. El CEO de Southwest Airlines, James Parker, decidió ir en contra de la tendencia de la industria de recortar empleos luego del 9/11 cuando valientemente anunció, apenas tres días después de la tragedia, que mantendría todos los puestos de trabajo y que iniciaría un programa de reparto de utilidades para sus empleados. A la inversa, hay amplios y notables ejemplos de fracaso en el liderazgo corporativo, como lo demuestran los casos de Enron, WorldCom y numerosos escándalos bancarios. Los directores de Enron sabían que las cosas estaban mal, pero atraídos por las perspectivas de ganancias financieras lucrativas (y por los precios sumamente altos de las acciones), ninguno demostró valor al momento de tener que abordar las irregularidades financieras de su empresa.

El sentido del coraje

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El coraje es un tema que recibe poca atención en los escritos sobre gestión y liderazgo. Sin embargo, un líder efectivo debe tener el coraje de analizar las situaciones  de comienzo a fin y de aceptar la responsabilidad por las consecuencias de sus decisiones.

Entonces, ¿qué es el coraje? La mayoría de las definiciones son variantes de la del diccionario Merriam-Webster que dice que es "la fortaleza mental o moral para aventurarse, preservar y soportar el peligro, temor o dificultad".

El liderazgo es sumamente personal; lo que funciona para una persona podría no funcionar para otra. El liderazgo debe surgir desde dentro del corazón del líder, donde reside el coraje real. No se puede argumentar que otras características tales como la integridad, la honestidad, el altruismo, las habilidades de comunicación y la determinación no sean cualidades de un buen líder. Pero los líderes no podrían desarrollarlas si no tuvieran el coraje. Para el general estadounidense George Patton, la principal cualidad de un buen líder era su buena disposición para tomar decisiones. Para esto hace falta coraje. Peter Drucker enfatizaba que la integridad es un "factor común en todo buen gerente".

En su eje, y a pesar de las diferencias obvias, la importancia del coraje abarca dos mundos. La situación en Afganistán, al igual que cualquier otro contexto operacional letal de conflicto armado, se caracteriza por notorias complejidades, sobrepuestas con la inevitable "niebla de guerra" (término de la ciencia militar que refiere a la confusión reinante en el conflicto que, debido a diversos factores, hace difícil la coordinación y la planificación de las operaciones). Los líderes no siempre pueden desacelerar el tempo al ritmo que ellos desean; en la batalla,  el tempo es acelerado y los líderes no tienen más opción que operar dentro de esos parámetros. La práctica de liderazgo forjada bajo esas mismas circunstancias puede también beneficiar a los gerentes civiles.

El contexto operacional

Durante la última década, las fuerzas militares de Canadá han estado activamente involucradas en la guerra multinacional en Afganistán, liderada por la OTAN. Si bien estamos en el proceso de pasar de las operaciones de combate directas al de entrenar a las fuerzas afganas para que sean ellas quienes realicen este trabajo, la manera de llevar adelante las misiones de operación sigue siendo el centro de todas las actividades.

El contexto de Afganistán es una mezcolanza de complejidades con dimensiones políticas, geográficas y culturales. Los líderes deben ser sensibles a los diversos pueblos y territorios. En especial, necesitan entender los matices culturales dentro de los cuales operan. No sólo deben entender las idiosincrasias de los soldados procedentes de pueblos y tribus locales, sino también valorar las diversas culturas de las personas que deben liderar en sus entornos militares multinacionales. Los líderes senior tienen que generar una fuerza de lucha unificada con sus soldados de diversas naciones. Estas acciones dejan en evidencia las características de liderazgo requeridas.

1. Un líder debe estar al frente de sus subordinados. Para esto hace falta coraje. El liderazgo al frente es la fiel representación del dicho, nunca le pidas a un subordinado que haga algo que tú no harías. En Afganistán, los líderes no sólo deben ir al frente, sino también tiene que verse que van al frente. Los subordinados buscan esta tranquilidad que brindan los líderes a todo nivel. Aun cuando pudieran estar dudosos, los líderes deben demostrar carácter y fortaleza moral.

2. Un líder debe poseer y demostrar la fibra moral que facilita el coraje. Si bien podría tomar mucho tiempo lograrla y es difícil hacerlo, la credibilidad puede perderse en un segundo si un líder toma una decisión que es moralmente errónea. Tanto en el campo de batalla como en la sala de juntas, el líder efectivo asume con valentía sus decisiones difíciles.

3. Un líder tiene que actuar rápida y decididamente cuando se enfrenta a temas morales. Cuando un subordinado hace algo incorrecto, el líder debe reaccionar de manera instantánea, con sentido de justicia, ante la situación que se presenta. El potencial de desintegración de la disciplina resulta especialmente alto entre las tropas en un entorno extremadamente violento.

4. Los líderes deben garantizar activamente que se mantenga la dignidad y el respeto en aquellos entornos donde existen sustanciales barreras culturales y lingüísticas entre los soldados y la población local. La falta de capacidad para lograr y mantener el respeto, con su consiguiente sensibilidad cultural, puede llevar a la degradación de la disciplina, y seguidamente, a incidentes negativos. Los líderes a todos los niveles deben establecer los estándares más altos, a través del valiente ejemplo personal, para lograr el respeto de los demás, especialmente de la población nativa. No deben permitirse los comentarios despectivos, los comentarios negativos enfocados en las diferencias culturales, entre otros. Las situaciones como las que describimos anteriormente pueden suceder cuando se permite que se desarrolle y se incube el antagonismo.

Los pilares del liderazgo

Existe al menos una diferencia conceptual entre el liderazgo en el ejército y en las empresas. Para el ejército, la institución es liderazgo.

El liderazgo corporativo tiene que ir más allá de la zona de seguridad -abandonar el entorno predecible y familiar- e ingresar a un escenario donde se pone a prueba su coraje en el liderazgo. El líder de negocios que actúa con coraje y que ha forjado sus habilidades de liderazgo sobre una base sólida a través del ejercicio efectivo, continuo y diario, logrará el éxito.

Muchos de los problemas que enfrentan hoy los gerentes surgen del hecho de que el arte del liderazgo en los negocios parece estar flaqueando y está siendo remplazado por los procesos mecánicos de control que parecen hacer poca diferencia entre la persona y las máquinas que constituyen el sistema.

Las técnicas modernas de gestión, introducidas en nombre de la eficiencia y de la economía, a menudo tienden a deshumanizar la organización y a sus individuos. Como las máquinas obedecen las instrucciones de manera consistente y sin preguntas o quejas, muchos gerentes suponen que las personas deberían responder del mismo modo. Pero no es así. Los individuos tienen capacidades, fortalezas y límites que varían de persona a persona, y de situación a situación. A diferencia de las computadoras, el desempeño humano está influido, para bien o para mal, por una amplia gama de emociones que reflejan, en gran medida, la calidad del liderazgo.

Las acciones dicen más que las palabras. A cualquier nivel, los líderes deben demostrar con el ejemplo las expectativas que tienen para con sus subordinados. Su honestidad demostrada, al igual que su apertura, siempre deben imponerse. Los líderes tienen que establecer y mantener su comunicación abierta con los subordinados. Por su parte, los subordinados necesitan saber que sus sugerencias serán escuchadas, necesitan tener voz. El coraje no es sólo un componente central del liderazgo efectivo. Es la plataforma sobre la cual se construyen los principios del liderazgo.

CUATRO CARACTERÍSTICAS DE UN LÍDER
Además del coraje, uno podría preguntar, con razón, ¿cuáles son las otras características personales que debe tener un líder efectivo? Propongo que los líderes deberían poseer cuatro atributos esenciales: lealtad, conocimiento, integridad y coraje.
» Lealtad. Ésta debe demostrarse con sus superiores y, a través de ellos, con la organización. Al mismo tiempo, tiene que demostrarse con sus subordinados. Cada vez que hay un conflicto, debe prevalecer la lealtad con los superiores y con la organización.
» Conocimiento. Los líderes tienen que ser eruditos si quieren ser eficientes y exigir respeto de sus subordinados y superiores. El aprendizaje es un proceso continuo, y los líderes tienen que estar informados.
» Integridad. Significa rechazar la posibilidad de engañar a los otros de cualquier manera, sin importar cuáles sean las circunstancias. Los líderes no intentan achacar a otros su responsabilidad por una mala decisión.
» Coraje. Es el eje del liderazgo efectivo. Implica tener la fortaleza de carácter para persistir y aferrarse a las ideas a pesar de la oposición. Y con esto, no estoy restringiendo mi idea del coraje a su relación con el miedo. También se trata de tener la fuerza de carácter y la devoción para defender causas e ideas.

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