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Mortandad cero

Global Fund ya salvó siete millones de vidas, pero los retos continúan. Claudia González, directora de mercadotecnia, explica en qué consisten.
lun 14 mayo 2012 01:57 PM

Una donación de 300 dólares al año puede evitar la muerte de una persona infectada con VIH en África. Es un presupuesto que necesitará para toda su vida y que está fuera del alcance de millones de personas en ese continente y en todo el mundo. Bill Gates, el fundador de Microsoft, sostenía en enero, en Davos, durante una pausa del Foro Económico Mundial, la fotografía de un sobreviviente de la enfermedad, antes de anunciar la donación de 750 millones de dólares (MDD) al Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria (Global Fund), una organización suiza que este año celebra su primera década de existencia. La misión es erradicar estas enfermedades del planeta.

En línea con la filosofía de Gates en los negocios -poner metas y establecer una ejecución eficaz para lograrlas-, el objetivo de este fondo es alcanzable. La mortandad producida por estas epidemias es, en esencia, fruto directo de la pobreza. El desarrollo de vacunas cada vez más eficaces, de tratamientos y medidas de prevención ha hecho posible abatir su mortalidad. Lo difícil es lograr un esquema eficaz que tenga credibilidad global y recursos suficientes. "La gente debe saber que se puede", dice Claudia González, directora de Marketing de la institución.

El Fondo se basa en la transparencia del uso de donaciones de países e individuos, la asignación de metas públicas, la co-responsabilidad de los países receptores -que a través de organizaciones locales distribuyen la ayuda, mientras que el Fondo supervisa- y en una agresiva mercadotecnia en la que busca voceros con alto reconocimiento global, como Bono, el cantante de U2. Sus logros entre 2002 y 2011 incluyen la distribución de 160 millones de mosquiteros contra la malaria, la detección y tratamiento de 7.7 millones de casos de tuberculosis en 22 países, y el haber salvado la vida a tres millones de personas tratadas con antirretrovirales.

El financiamiento procede de donaciones privadas, como las de la Fundación Bill y Melissa Gates, así como de gobiernos. En el mismo evento de Davos, el entonces primer ministro japonés, Naoto Kan, anunció una donación de 340 MDD.

El reto en la aplicación de estos fondos, que se ejercen en países con baja penetración de la administración pública y, a veces, un Estado de Derecho limitado, es garantizar el buen uso de los recursos. Por eso el Fondo juega con el palo y la zanahoria: el país que no cumpla, pierde sus programas. Una decisión a la que se tuvo que enfrentar en noviembre, cuando un comité independiente encontró recursos mal ejercidos en algunas naciones.

"Hay tolerancia cero con la corrupción -apunta González-. Al país que tenga problemas de corrupción, lo sacamos".

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Zimbaue, Uganda y Nigeria son algunos de los países que han vivido esta situación a partir de las investigaciones del comité.

Gracias a su política de transparencia a toda costa, el Fondo también logró el respaldo público de Hillary Clinton, secretaria estadounidense de Estado, lo que, sumado al relevo en la conducción del organismo, ahora en manos de Gabriel Jaramillo, un financista colombiano con 35 años de experiencia, tranquilizó a los países donantes. El fondo cuenta hoy con un presupuesto mayor al que tuvo en el periodo 2009-2011.

Público y privado

El financiamiento mixto se refleja en los órganos de gobierno de la institución, que tiene al frente un consejo con sólo 10 asientos. "Es un buró muy extenso porque están representados tanto los donantes como los beneficiarios, y los beneficiarios no nada más son países, son enfermeros, son trabajadores sexuales, doctores. También está el sector privado, tenemos organizaciones no gubernamentales, organizaciones religiosas y hay solamente 10 asientos. Estos se van rotando y cada grupo escoge a un representante", explica González. En ese consejo, el voto de Estados Unidos, que contribuye al Fondo con más 1,000 MDD anuales, "tiene el mismo peso, voz y voto que el de una trabajadora sexual nombrada representante", asegura la directora de mercadotecnia.

El mismo día en que Michel Kazatchkine, un especialista francés en SIDA, entregó la batuta del Fondo al colombiano Jaramillo, y Gates anunció su donativo, se ofreció una cena en Davos para celebrar la primera década de existencia del proyecto, que arrancó en los tiempos de Kofi Annan al frente de Naciones Unidas. Entre los comensales estaban el Rolling Stone Mick Jagger, la primera dama de México, Margarita Zavala, y políticos de todo el mundo. Enrique Peña Nieto posó para la foto. El menú, eso sí, fue de pizza para todos. Como maestra de ceremonias y cerebro del marketing del evento, esencial en un momento de crisis y de cambio de dirigencia en la organización, estaba Claudia González.

La crisis económica de Europa y el lento crecimiento de Estados Unidos puso en riesgo la contribución entregada por los países europeos. Resuelta la crisis de los casos de corrupción y apropiación indebida de recursos (que en total suman menos que los 24 millones de dólares en sobornos de que se acusa a Walmart México), el gran reto de hoy es el cambio del equilibrio global.

"El modelo del Fondo Mundial revolucionó hace 10 años la forma en que los países dan ayuda multilateral. Es tiempo de reinventarnos. Como parte de ese resurgir para ser más eficientes, estamos haciendo los ajustes de nuestro modelo. Cambió nuestro director ejecutivo. Viene un latinoamericano a ser el gerente general del Fondo Mundial, y hay interés de involucrar aún más a América Latina", asegura González.

La crisis de Europa y el estancamiento en el crecimiento de Estados Unidos ha puesto en evidencia la necesidad de un cambio en el financiamiento.

"Los países emergentes cada vez tienen más poder y tienen más influencia: México, Brasil, Turquía, India. Evidentemente, en esta nueva década del Fondo Mundial lo que queremos es acercarnos a ellos y no tenerlos nada más como beneficiarios, pues tienen el peso político y económico para transformarse en donantes o sostener el esfuerzo", añade.

Muchos países latinoamericanos aún tienen problemas de nutrición. ¿Cómo vas a convencer a países que no están vinculados con estas enfermedades?

Cuando tienes problemas domésticos, ¿cómo es posible que  vayas a ayudar a otros? Sin embargo, eso es lo que se necesita: países como México tienen que dar ese estirón de liderazgo político para que se produzca el efecto dominó del que te hablaba. Si México se suma al esfuerzo, estamos convencidos de que le seguirían Brasil, Turquía, India. Como país, México es un caso de éxito para el mundo, lo único que necesitamos hacer es replicar el caso.

Hay varios organismos globales dedicados al tema salud. ¿Por qué un actor privado es mejor que los actores oficiales o los organismos internacionales?

No somos privados. En realidad, todos los sectores que mencionas son parte del Fondo Mundial, nosotros somos la Organización Mundial de la Salud, somos los gobiernos, somos los trabajadores sexuales, somos los hospitales, los doctores y las ONG.

Somos el mecanismo financiero más grande e importante del mundo, que se dedica a las tres enfermedades que tienen mayor impacto social, político y económico en todos los países.

Tú puedes aislar el SIDA, el paludismo y la malaria, y se acaba un  problema enorme para los países.

Nosotros, en cinco años, no vamos a tener más bebés que nazcan con SIDA en el mundo. Eso es porque somos un mecanismo financiero absolutamente eficaz que tiene un modelo en el que el país se hace responsable de los recursos.

¿En que consiste exactamente ese modelo, cómo se aplica en los países?

Es un poco como los algoritmos de Facebook, no los entiendes bien, pero qué bien que funcionan. Tradicionalmente, en la ayuda internacional, tú, país, tienes un problema, yo, organización, reviso cuál es tu problema y te doy la  solución. En realidad no sé nada, no vivo ahí, tú eres el que sabe todo, el que está cono los problemas y nadie mejor que tú puede encontrar la solución.

A diferencia de ese modelo, nosotros ponemos la responsabilidad en el beneficiario, no tiene que ser un gobierno, puede ser una ONG. Lo único que queremos es que se pongan a hacer realmente una revisión profunda de cuál es el problema y cuáles podrían ser las soluciones viables en se campo. Por ejemplo: ¿pagamos tres hospitales o necesitas siete vacunas? Enséñame lo que necesitas y yo me voy a asegurar de que lo manejes bien, que sea viable, y te voy a ayudar financiando y supervisando el programa.

Estamos 100% basados en resultados, esto es como una empresa de salud, o como si fuera un activista con una cartera enorme del Fondo Mundial, que sabe exactamente que las necesidades van a impulsar a las soluciones, y, siempre y cuando no te tropieces en el camino, nosotros te vamos a seguir apoyando hasta que llegues al final.

En Zanzíbar, hace tres años, los hospitales estaban repletos de niños muriéndose de malaria, eran 4,000 personas al año. Ahora, los hospitales están vacíos de malaria porque se eliminó, ya no existe ahí.

Bono pone su parte

Claudia González fue dos años directora de relaciones públicas y proyectos especiales en la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados y luego trabajó ocho años en el Foro Económico Mundial. Fue diplomática y corresponsal de prensa y hoy también aparece en los medios por ser pareja de Arthur Schulzberger, presidente del New York Times.

González no se limita a convocar a Mick Jagger a la celebración del décimo aniversario. La publicidad del Fondo, que puede verse en You Tube, muestra a celebridades como Bono y a ex presidentes como Bill Clinton, de EU, o Tony Blair, de Gran Bretaña.

¿Cómo es el uso de las celebridades para las campañas? ¿Es eficaz? ¿Qué objetivos se marca el Fondo?

Tenemos suerte de tener muchos amigos, aparte de Naciones Unidas y los gobiernos. Realmente, el tema de las celebridades viene de nuestra organización hermana Product Red, una iniciativa de Bono, así llamada porque (las marcas asociadas) crean productos de color rojo. En ella están enganchadas gran número de empresas y de celebridades a quienes les parece fenomenal que puedas seguir consumiendo, pero optando por algo que te hace sentir bien, que sabes que te va a servir y que va a ayudar.

Es un modelo innovador (de recaudación de fondos) porque permite al consumidor decidir entre comprarse, por ejemplo, unos tenis Converse rojos o comprárselos naranjas, y si se compra los rojos, entonces parte del dinero se va al Fondo.

El Fondo Mundial es tan innovador, es el modelo del siglo, que hay mucha gente que quiere ayudar, ya sea con espacio en los medios, con su fama, de muchas maneras. Pero la gente también está cansada, tiene sus propios problemas y lo que le interesa es resolver sus problemas locales, de su comunidad, del vecindario. Si no les ofrecemos algo que llame la atención, que les permita sentirse atraídos y les haga sentirse con esperanza, no involucraremos a más gente, y menos aún frente a una enfermedad como el SIDA. Porque ya hay una fatiga social, la gente se cansa de oír nuevamente sobre el SIDA, una y otra vez.

Necesitamos decir: ‘Vamos a acabar con la historia del SIDA y los resultados van a venir en tres años'. 40% de las personas que hoy tienen SIDA es porque nacieron con SIDA. Pero, si seguimos con el apoyo que tenemos, le prometemos al mundo que en tres años erradicaremos la transmisión de madre a hijo.

Con los avances tecnológicos que tenemos... a mí no me vienen a contar que un mosquito le va a causar la muerte a una mamá y va a dejar cinco huérfanos. No lo vamos a permitir. Y si hay que hacer que cante Mick Jagger, haremos que cante.

El Fondo Mundial tiene un presupuesto para 2011-2013 de 10,000 MDD. Actualmente negocia donaciones del gobierno mexicano y otros gobiernos latinoamericanos para sustituir la baja de contribuciones en los países desarrollados.

EL PODER DE SER GLOBAL
El Fondo Mundial aportó uno de cada cinco pesos de financiamiento público distribuidos en el mundo contra el VIH, dos de cada tres dedicados a la tuberculosos y la misma proporción contra la malaria. Entre 2005 y 2010, según su informe anual, más de tres cuartas partes de las donaciones tuvieron un buen desempeño y alcanzaron sus objetivos.
Dado que el reporte interno mostró casos de corrupción, Gabriel Jaramillo, su director general, anunció que el Fondo reforzará los mecanismos de supervisión de la gestión de los programas y, aunque dejará la ejecución de los proyectos a las organizaciones locales, mantendrá su función de supervisor de fondos.

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