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El emprendedor social

El Foro Económico Mundial crece entre 7 y 10% al año. Su éxito viene de la consistencia en la misión y en la ejecución y una fuerte cultura organizacional, dice su fundador y presidente Klaus Schwab.
lun 11 junio 2012 03:12 PM
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Pocas personas logran cambiar el mundo. Klaus Schwab, de 75 años, es una de ellas. El Foro Económico Mundial que fundó en 1971 marcó en las cuatro últimas décadas la agenda de la globalización, el comercio, la responsabilidad social o la sustentabilidad y la preocupación medioambiental, y acompañó el paso de un mundo bipolar que siguió a la Segunda Guerra Mundial al mundo ‘plano' que hoy conocemos. Bajo la nieve de los Alpes suizos cada enero, en un prodigio de logística, miles de personas se reúnen en antiguos sanatorios para tuberculosos con el propósito de hacer negocios, compartir puntos de vista y escuchar a algunas de las mentes más brillantes del mundo. Lo mismo ocurre a lo largo del año en sedes regionales en Beijing, en Puerto Vallarta -sede del Foro en su edición latinoamericana en 2012- o Addis Abeba, Etiopía.

Schwab, un suizo doctor en ingeniería mecánica y economía, con maestría en Políticas Públicas en Harvard, creció en una Alemania devastada por la Segunda Guerra Mundial. Está convencido de que el diálogo logra matizar las diferencias.

El foro tiene ingresos de 220 millones de dólares (MDD). La tercera parte son ingresos procedentes de patrocinios -"asociados", acota Schwab, "porque son compañías que se involucran de manera muy activa"-, una tercera parte son membresías y otra son tasas individuales por participación en los encuentros. La reunión que se celebra en Davos cada enero es, dice, la punta del iceberg detrás de la que hay iniciativas como el informe de competitividad por el que países como México miden su estado de fuerzas en el mundo. Entrevistado en Puerto Vallarta en abril, un Schwab relajado repasó con su habitual preocupación por la precisión analítica, las claves del éxito de una de las ONG más exitosas del mundo, reflexiona sobre cuatro décadas de historia del mundo y explica sus planes de sucesión.

Usted construyó una organización muy exitosa de la nada. ¿Cuál es, en su opinión, la razón del éxito del Foro Económico Mundial?

El haber sido siempre consistentes. Tuve la idea de fundar el Foro Económico Mundial basándome en un libro en el que desarrollé la teoría de las partes relacionadas (stakeholders). Los líderes de negocios, dice esta teoría, tienen que rendir cuentas no sólo a sus accionistas, sino a sus empleados, sus clientes, al gobierno, a todos aquellos que tienen una parte en lo que hace la compañía.

Desde hace 42 años ése ha sido el principio del Foro: reunir a todos esos partícipes, ya sea en una compañía o en el mundo para el diálogo y, si es posible, para la cooperación.

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Buscamos la consistencia en términos de la misión, pero también en cómo hacemos las cosas. Hubiésemos tenido oportunidades, de terminar en otras áreas de negocio relacionadas, como conferencias o educación, pero siempre nos mantuvimos en nuestra misión.

Creo que cuando eres un emprendedor social, yo me considero uno, siempre estás cuestionando. ¿Lo hago con el fin de cumplir la misión de la organización que creé, o quiero ganar dinero? Y yo siempre seguí el principio: "Tengo que cumplir la misión, tengo un buen ingreso, pero no es una empresa, es una fundación".

El hecho de que fuimos realmente independientes, imparciales, que nunca usamos el Foro como grupo de interés o cabildeo o nunca cedimos ante presiones políticas, creo que ayudó mucho a nuestro desarrollo y a lograr la confianza de todo el mundo. Lo que hacemos sólo es posible con la confianza de la comunidad de negocio o de los gobiernos.

Aun así, haciendo lo que hicimos tuvimos un nivel de crecimiento anual de entre 7 y 10% en los 42 años, cada año, simplemente en expansión, sin adquisiciones. Pero es crecimiento lo que buscábamos, era impacto.

¿Cómo sobreviven a las crisis que han vivido, la energética de los 70, las bursátiles de 1987 o 2000, la financiera de 2008?

Somos anticíclicos. En la crisis los líderes están más interesados en estar en un diálogo para entender qué está sucediendo realmente, y en un mundo que se vuelve mucho más complejo, caracterizado por la comprensión del tiempo, para tomar decisiones necesitas tu red, la gente en la que has confiado.

¿Cuál es la clave de su modelo de negocio y por qué es tan difícil de replicar?

La reunión de Davos es sólo un nudo, un punto en un flujo continuo. Tenemos 70 grupos de trabajo (task forces), como el grupo de B20 que reportó en el Foro de Puerto Vallarta, y todas esas actividades están interconectadas. Están los informes globales, como el de competitividad o el informe de riesgos. Los encuentros regionales son importantes porque nos informan de lo que pasa localmente, y eso alimenta Davos. El Foro no es una conferencia, es una comunidad en la que la gente está involucrada.

Los foros implican un alto grado de complejidad. ¿Cómo dirige?

El Foro y su complejidad no pueden ser administrados de manera tradicional. No tenemos organigramas aunque seamos 500 personas. Tienes que crear los vínculos internos proveyendo a todo el mundo con la flexibilidad necesaria, pero a la vez debes mantener la unidad con una cultura fuerte. Y si alguien viola los principios de cultura, ya no formará parte de la organización.

Nos parecemos a una gran compañía de consultoría. Aunque somos una fundación, de facto, tenemos lo que se llamaría una sociedad en la cúpula. Yo soy el presidente y el fundador, y tengo excelentes ‘socios'. Borge Brende, que fue miembro del gabinete  noruego, está a cargo de todo lo que tiene que ver con los gobiernos y la sociedad civil. Robert Greenhill, ex CEO de Bombardier, está a cargo de todas nuestras relaciones de negocios. Hay alguien a cargo de todos los recursos, y Lee Howell es responsable de todos los programas, como Riesgos globales o Davos; Josette Sheeran, ex subsecretaria de Estado de EU, está encargada de políticas, así que tengo un equipo de primera clase.

¿Cuánto delega usted? ¿Le gusta controlar cada detalle?

Delego todo lo que tiene una naturaleza operativa. No tengo que ver en el diseño de los programas de Davos o de Latinoamérica. Me concentro ahora en la estrategia. Soy estratega en jefe y mentor en jefe. No estoy controlando todo lo que hacemos, pero sí controlo muy bien cómo estamos haciendo las cosas.

Usted y el Foro han visto el mundo cambiar radicalmente. ¿Tiene alguna conclusión de esta vorágine?

Una de las lecciones que aprendí es que siempre que enfrentes problemas, tienes que mantener el optimismo. Si miro para atrás a 1971, cuando creé el Foro, el mundo tenía una población de cuatro trillones de personas, y ahora hay siete. Hoy hay el mismo número de gente que vive en la pobreza, alrededor de 1.5, pero podrías decir como pesimista que no ha cambiado nada, pero si lo ves proporcionalmente, ha caído dramáticamente.

Si ves la situación política, en América Latina teníamos dictaduras y hoy, democracia. Ahora hay muchas nuevas oportunidades para la gente joven a través de internet o de las redes sociales. En los 70 y a principios de los 80, viviendo en Europa, la principal preocupación era una guerra nuclear. Así que aunque estemos confrontados con una crisis, la tendencia en estas últimas décadas ha sido positiva pese a todo.

La misión del Foro es muy ambiciosa: "Contribuir a mejorar el estado del mundo". ¿Cuál ha sido el principal logro en este aspecto?

Hay que dividirlo en varias facetas. El Foro ha tenido una influencia fuerte en el pensamiento global Creamos la noción de ‘partes relacionadas'. No inventamos al emprendedor social, pero cuando hablas de eso hoy todo el mundo sabe de qué se trata porque hace 15 años creamos la Fundación Schwab.

Otra idea, por ejemplo, es la ciudadanía global corporativa, la idea de que las compañías multinacionales tienen la responsabilidad de ayudar, con alianzas público-privadas, a mejorar el estado donde están.

Segundo, el Foro ha sido muy instrumental en algunas situaciones de conflicto. A finales de los 80, jugamos un papel importante en la creación de la nueva Europa, en la integración del Este, fuimos importantes hace 25 años en apaciguar Turquía-Grecia en torno a Chipre.

En tercer lugar, Davos ha sido el origen de muchas iniciativas globales, como GAVI (Alianza Global para la Vacunación y la Inmunización), Bill Gates y muchas fundaciones han lanzado aquí propuestas, como el Global Fund.

Diría que el Foro ha tenido también un impacto en lo que yo llamaría ‘pensamiento verde', porque desde los 70 estuvimos muy involucrados. Maurice Strong, quien fue el presidente de la cumbre de Río hace 20 años, era miembro del Foro en esa época. Tuvimos todas las iniciativas, como anticorrupción, alianza para la agricultura, y tenemos 50 más.

Cuando empezó, ¿imaginó que estaba construyendo lo que hoy es el Foro?

Con mi educación, dos doctorados, una educación en Harvard, mi deseo era posiblemente tener una carrera académica o, incluso más importante, como había adquirido interés de entrar al mundo emprendedor, antes de crear el Foro fui responsable de reorganizar a 10,000 personas en la fusión Escher Wyss-Sulzer. Fue un duro aprendizaje, no sabía realmente lo que quería. Yo soy de origen suizo, aunque crecí en Alemania después de la guerra. Muchos de mis compañeros habían perdido a sus familias. La reconciliación y el diálogo fue siempre muy importante para mí. Lideré el frente franco-alemán de la juventud, en los 50; hacer algo que reúna a la gente siempre fue algo en mi alma, pero no sabía que el Foro me proveería la oportunidad de aplicar mis sueños.

¿Cómo ha preparado su sucesión?

No es un negocio familiar, no pertenece a la familia. Mis hijos saben que no tienen ningún derecho natural a sucederme. Mi hijo trabaja en el Foro, está a cargo de la oficina de Beijing, pero tiene muy buena educación y puede encontrar su lugar fuera del Foro. Lo que ya he hecho público es que soy el presidente del consejo de la fundación y del consejo de administración. La sucesión no es un tema de actualidad, porque acabo de correr un maratón hace tres semanas (sonríe). Un día ambas funciones serán divididas, y si ves el consejo tengo varias personas en la fundación que pueden ocupar el lugar, y tengo colegas en el consejo de administración.

Con un libro fundó el concepto stakeholder. ¿Para cuándo otro?

Con la diferencia del tiempo en México, no dormía a las tres de la mañana, y reflexioné precisamente acerca de eso, así que pensé en escribir un libro sobre capitalismo y talentismo.

>Visita www.weforum.com para conocer más de la labor que hace el FMI.

CUIDADO CON EL PROTECCIONISMO
Las tentación de proteger de más las economías podría tener serias consecuencias.
Klaus Schwab asegura que muchos países del mundo tendrán en los próximos años un crecimiento menor al que han experimentado en la última década, lo cual podría significar más desempleo y reducción de servicios sociales. Para él, esto podría traducirse en presiones del electorado a los gobiernos para que sean más “egoístas”, lo que implica elevar el proteccionismo. “La lección que podemos tomar de la depresión de los años 20 es que, al final, un mayor proteccionismo en un terreno llevará tal vez a mejorar la situación de un país, pero en el total, mundialmente, tendrá
un efecto definitivamente negativo”. Quien decida por el proteccionismo deberá pagar el precio de esta decisión, dice el presidente del Foro Económico Mundial.

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