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El juez que dio vida a Mexicana

Estiró el concurso mercantil 254 días más allá del plazo. Acusado de excederse, defiende que su sensibilidad pesara más que la ley.
lun 11 junio 2012 04:09 PM
“Conociendo a Mexicana uno se sensibiliza y entiende la importancia que tiene una empresa con más de 90 años de existencia”, dice el juez civil Felipe Consuelo Soto, que mantuvo con vida la aerolínea más allá del plazo máximo de 365 días que marca la
1092 picf025 (Foto: Ramón Sánchez Belmont)

De pelo negro tirando a canoso peinado hacia atrás, un clásico traje café a rayas y corbata al tono, el hombre bajo y robusto que hablaba, micrófono en mano, a los trabajadores de Mexicana de Aviación reunidos afuera del Palacio de Justicia capitalino podía pasar por un dirigente sindical o un legislador. Los aplausos que recibía de los pilotos, sobrecargos y otros empleados de la aerolínea quebrada también alimentaban la confusión.

Pero el hombre que esa tarde de fines de febrero participó en un mitin de los sindicatos que empujaban por devolver Mexicana a los cielos no era, al menos en los papeles, una parte interesada en el proceso. Su rol era -debía ser- imparcial.

El hombre del traje café era el juez 11vo de Distrito en Materia Civil del Distrito Federal, Felipe Consuelo Soto, quien mantuvo con vida a Mexicana más allá de los plazos de la ley, las críticas de expertos y las quejas de los acreedores. Luego del traspaso de las acciones de la aerolínea al fideicomiso conformado por su nueva dueña Med Atlántica -un acto que Consuelo conmemoró con fotos publicadas en Twitter-, el juez espera la resolución de las quejas en su contra ante el Consejo de la Judicatura Federal, pero no deja de defender su actuación.

"El mismo artículo séptimo, que establece los tiempos en que debe llevarse un concurso mercantil, también advierte que se dejará a consideración del juez si es un caso de fuerza mayor", dice Consuelo en su oficina en el Palacio de Justicia, donde los estantes tienen los tradicionales diccionarios y tomos legales, además de un par de coches en miniatura.

"Según yo lo considero -agrega el juez, de 51 años-, Mexicana de Aviación lo es".

Balanza inclinada

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Desde que el concurso mercantil de Mexicana comenzó, el 10 de septiembre de 2010, la balanza de Consuelo tenía en un platillo los 8,000 empleos que se perderían con el cierre de la línea aérea, la relevancia de la compañía para el sector turístico y las empresas que dependían de la existencia de la aerolínea. En el otro, estaba el tiempo que la ley marca para un concurso.

La ley de Concursos Mercantiles dice que una empresa puede estar 180 días en proceso de concurso y autoriza dos prórrogas si aquélla alcanza un acuerdo con la mayoría de los acreedores. El periodo máximo es de 365 días, que el proceso de Mexicana rebasó en 254 días.

"El artículo 7 habla de que el juez debe regular el procedimiento, habla de que se debe salvar la empresa si es viable", dice Antonio Silva, titular del Instituto Iberoamericano de Concursos Mercantiles en México, que representa a algunos acreedores de Mexicana. "Aquí la pregunta era justo ésa: ¿Mexicana es viable? El juez llevó el proceso fuera de los tiempos establecidos y ninguna autoridad reaccionó".

Silva reconoce que ese artículo clave le da autonomía al juez, pero asegura que el Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles debe intervenir en el caso de Consuelo.

Consuelo usó esa autonomía para mantener a flote una empresa que excedió, con mucho, el plazo legal para ser declarada en quiebra. El resultado final -el traspaso de las acciones a un nuevo dueño, luego de que decenas de empresas interesadas no acreditaron su capacidad financiera- podría ser considerado el más deseable desde el punto de vista social, pero dejó a varios inconformes. Los acreedores de la aerolínea presentaron cinco quejas formales contra el juez, según dijeron fuentes del Consejo de la Judicatura Federal, organismo que citó a Consuelo para que explicara sus decisiones.

Tres de las presentaciones, incluida una de Banorte y una de Global Airtech International, habían sido desechadas al cierre de esta edición. Pero dos seguían en curso: las de Aeropuertos y Servicios Auxiliares y del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Otras empresas que no se presentaron ante el Consejo, como Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) y Grupo Aeroportuario Centro Norte (OMA), se quejaron en público de la actuación del juez.

Expansión intentó entrevistar a representantes de Banorte, GAP y OMA, que prefirieron no hacer declaraciones, al igual que los de Med Atlántica, el comprador de la aerolínea. (Grupo Expansión editaba y distribuía dos revistas de a bordo para Mexicana).

Un aliado inigualable

Como quedó demostrado en el mitin de febrero -del que la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA) difundió una foto por su cuenta de Twitter-, Consuelo se fue convirtiendo en un aliado de los trabajadores de Mexicana, que se mantuvieron movilizados durante el proceso, con protestas en el aeropuerto capitalino, ante el Palacio de Justicia y la sede de la SCT.

Hay representantes sindicales que niegan ese favoritismo. "Mexicana es un caso especial, no es como todas las empresas", dice Martín Tovar, vocero del Sindicato Nacional de Trabajadores de Transportes, Transformación, Aviación, Servicios y Similares.

Sin embargo, el cambio gradual de percepción de Consuelo no pasó desapercibido para los sindicalistas. Lizette Clavel, ex secretaria general de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación, cuenta que el juez al principio parecía hosco, pero poco a poco fue mostrando su confianza a los trabajadores.

Antes de Mexicana, Consuelo no había demostrado esa sensibilidad ante las empresas moribundas. En sus casos de concurso mercantil predominan las quiebras. Singer, Cremi y Banco Interestatal fueron a liquidación y sólo Miditel fue declarada viable.

Pese a lo álgida que pudo resultar la discusión sobre el concurso, Consuelo no perdió la calma. Éste es uno de los rasgos por los que se lo conoce en las aulas del Instituto de la Judicatura Federal, donde es catedrático.

"Felipe Consuelo Soto es un hombre paciente, muy tranquilo y, sobre todo, capaz de desmenuzar los temas de interés en forma concienzuda y clara", cuenta Noemí Juárez, ex alumna suya en la materia de Amparo. "No es desesperado, todo lo maneja con bastante calma".

Sensatez o sentimientos

Consuelo demostró esa calma durante los 21 meses en que estuvo en el centro de las miradas. Hoy, niega que lo haya movido la ambición y dice que pretende dedicarse a la academia cuando deje la magistratura. El de la aerolínea, dice, fue un caso "atípico", en que lo impulsaron los sentimientos que le despertaban una gran empresa mexicana y sus trabajadores.

"Éste es el caso más importante no sólo en mi trayectoria como juez, sino de toda mi carrera", dice el abogado de la UNAM. "Es un caso especial, algo diferente a lo que había enfrentado hasta ahora".

"Conociendo a Mexicana uno se sensibiliza y entiende la importancia que tiene una empresa de este tipo, con más de 90 años de existencia. Hay cuestiones que quizá no cuentan a nivel jurídico o político pero sí en lo social -sigue-. Para mí, pesaron más cuestiones como los 8,000 empleos, la relevancia en el sector turístico y las empresas que dependen de la operación de la aerolínea que cuestiones legales".

Con información de Tomás de la Rosa.

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