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Sueña despierto

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lun 11 junio 2012 02:41 PM
En una frase. Los tres ingredientes clave son sudor, tristeza y fracaso. (Foto: Dayán Jiménez)
1092 picf020 (Foto: Dayán Jiménez)

En 1975, un diseñador llamado Milton Glaser aceptó el difícil encargo de crear un logo para rehabilitar la imagen de Nueva York. En aquellos años, la ciudad se caía a pedazos: el delito, la violencia racial y el éxodo a los suburbios la habían dejado vacía y casi quebrada. "Cuando la gente pensaba en Manhattan, pensaba en suciedad y peligro", dijo después Glaser. El gobierno le pidió una campaña que ayudara a cambiar un poco todo eso. Glaser experimentó con una serie de diseños y textos hasta quedarse con un eslogan que decía "I love New York". A su cliente le gustó la idea y se puso a trabajar en un calendario de implementación. Pero una semana después, sentado en un taxi en el medio del tráfico, Glaser tomó un papel de un bolsillo y se puso a dibujar. "En ese momento, vi todo el diseño en mi cabeza. Vi las letras y el gran corazón rojo en el medio. Supe enseguida que ése iba a ser el diseño".

Se refiere, por supuesto, a I ♥ NY, uno de los logos más conocidos, exitosos e imitados de la historia del diseño. Para Jonah Lehrer, autor de Imagine: How Creativity Works (Imagine: Cómo funciona la creatividad), la historia de Glaser y su corazón neoyorquino es "un testamento a la importancia de la perseverancia". Porque el diseñador se negó a dejar de pensar en el logo, a pesar de que ya había sido aprobado por el cliente, sus ideas siguieron mejorando. "Podría armar una teoría cualquiera sobre cómo exactamente llegué a la idea del I ♥ NY, pero la verdad es que no lo sé", le dijo Glaser a Lehrer. Éste es precisamente uno de los corazones del libro, que intenta desmenuzar y explicar cómo surge y en qué consiste la creatividad, uno de los procesos más misteriosos y menos investigados de la mente humana. Compañías de todo tipo han intentado en los últimos años fomentar la creatividad de sus empleados y sus equipos de trabajo, porque saben que en la innovación está buena parte del crecimiento del futuro. Pero muchas han encontrado obstáculos, porque es un área nueva de trabajo. El libro de Lehrer intenta llenar ese vacío. ¿Se puede hacer algo para entender y canalizar nuestra creatividad y la de nuestros empleados? La respuesta es sí.

Lehrer comienza diciendo que la creatividad no debería ser vista como algo sobrenatural o como un proceso reservado sólo a artistas e inventores.

"La mente humana, después de todo, tiene el impulso creativo ya imbuido en su sistema operativo", escribe. "Es a menudo en este momento, cuando hemos dejado de buscar la respuesta, que la respuesta aparece". Y cuando llega, no lo hace ordenadamente.

Ese momento de "iluminación", que hicieron famosos Arquímedes en su bañera y Newton debajo de un árbol de manzanas, existe, y ha sido probado por los expertos en el cerebro y los psicólogos de cuyas investigaciones se nutre este libro. Éste es el tipo de creatividad más habitual en el imaginario común y el que con frecuencia tienen los artistas: el momento clave. Mike Beeman, un psicólogo estadounidense citado, dice que estas iluminaciones, en cualquier caso, ocurren en las mentes que han hecho un esfuerzo por llegar hasta allí: "La suerte -dice Beeman- favorece a la mente preparada".

¿Hay una manera de ver el proceso creativo en el cerebro? Sí, la hay. De acuerdo con los últimos estudios, nuestros cerebros disparan una serie de ondas gamma cuando están aproximándose o arribando a la solución de un acertijo o un problema. Beeman, citado por Lehrer, dice que hay una región del hemisferio derecho del cerebro, por encima de la oreja, que se pone inusualmente activa en los segundos inmediatamente anteriores a una epifanía. El cerebro ya sabe que hemos acertado, aun cuando nosotros todavía no. "Un momento de lucidez es como encontrar una aguja en un pajar", dice Beeman. "Hay millones de conexiones posibles en el cerebro y tenemos que encontrar la conexión exacta. ¡Las posibilidades son mínimas!"

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Lehrer lleva estos descubrimientos al campo de los negocios con la historia de 3M, la compañía tecnológica con sede en Minnesota que en las últimas décadas se ha convertido en un sinónimo de innovación y creatividad. Su intención es explicar los beneficios empresariales de "soñar despierto". Aunque nuestra cultura ha criticado a los niños y a los adultos que a veces tienen la mirada perdida o la mente en cualquier parte, porque creemos que están perdiendo el tiempo, los estudios psicológicos más recientes muestran que este "soñar despierto" puede tener propiedades creativas.

Esto pasó en la compañía en los años 70, cuando un ingeniero llamado Arthur Fry (3M es una empresa de ingenieros) fue a la iglesia y sintió la necesidad de marcar las páginas de su libro de salmo. Recordó que alguien en la empresa había mencionado la existencia de un adhesivo tan débil que apenas podía pegar dos hojas de papel. Empezó entonces a pensar en señaladores y creó un prototipo que repartió entre sus colegas con el consejo de usarlos para marcar páginas. No tuvo éxito. La gente los usaba una vez y después los tiraba. Fry estaba a punto de perder la esperanza cuando dio el golpe necesario: apuntó unas palabras en uno de los señaladores y lo pegó en el escritorio de un compañero. Su colega hizo lo mismo y pronto todos en 3M estaban usando lo que ahora todos conocemos como "Post-Its".

Lehrer escribe que el "vagabundeo soñador" hizo posible la creación de los Post-Its. Y cita estudios según los cuales las personas con más capacidad para soñar despiertas obtienen mejores resultados en los tests de creatividad. Para que este sueño sea efectivo, sin embargo, no debe ser demasiado radical: el sujeto debe dejarse llevar por sus pensamientos pero al mismo tiempo debe mantener un pie en la realidad para aprovechar los senderos a donde lo lleve su imaginación.

Es importante permitirle a la mente relajarse. Muchas compañías ponen demasiado énfasis en la concentración y en la capacidad de trabajo. Estudios recientes, dice Lehrer, han descubierto que las mentes relajadas llegan a epifanías, o "iluminaciones", más a menudo que las mentes enfocadas en un problema. "Es por eso que muchas epifanías ocurren durante duchas calientes", dice uno de los psicólogos citados. La ducha, el momento más relajante del día para muchas personas, le permite a la mente volverse sobre sí misma y ejercitar los circuitos olvidados. Por la misma razón, algunas de las mejores ideas surgen cuando estamos medio dormidos, a punto de dormir o recién despertados.

El autor también desmiente los beneficios del brainstorming. Da ejemplos de cómo el feedback crítico, en empresas como 3M y el estudio Pixar, funciona mejor que la asociación libre de ideas.

En definitiva, dice el autor, si vemos que estamos bloqueados frente a un problema y no sabemos cómo avanzar, "olvidarse del trabajo es lo más productivo", aconseja Lehrer. Sin embargo, en los momentos en los cuales veamos que estamos avanzando (aun lentamente), lo ideal es perseverar, mantener la concentración, como hizo Glaser con el logo de Nueva York. "Presta atención hasta que duela", escribe el autor. "Después de un rato, esta sensación de conocimiento se transformará en conocimiento real". En el fondo, la creatividad consiste sobre todo en sudor, tristeza y fracaso.

IMAGINE: HOW CREATIVITY WORKS
(Imagine: Cómo funciona la creatividad)
Jonah Lehrer
279 páginas
15 dólares en Amazon.
Especial para: CEO y emprendedores necesitados de estimular la creatividad propia y de sus equipos.

MELANCOLÍA
Lehrer la ve como un motor de la creación. Según varios estudios, muchos de los artistas y científicos más relevantes de los últimos dos siglos eran personas con tendencia a la tristeza o a la depresión.

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