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Potencia en gestación

La agitación política ha quedado atrás y, ahora, Indonesia vive el milagro económico del consumo. Su crecimiento desafía a los BRIC.
lun 11 junio 2012 08:57 AM

En mayo de 1998, Indonesia estaba sumida en el caos. Durante los 10 meses anteriores, el valor de su moneda había caído 80% y los precios de los alimentos habían aumentado 200%. Los manifestantes merodeaban por Jakarta, incendiando las empresas propiedad de chinos más adinerados, que huían del país para salvar sus vidas.

Escondido en Hong Kong donde estaba de vacaciones, un vendedor indonesio-chino llamado Djoko Susanto pudo haber esperado allí. Pero no, decidió volver a su país para defender sus cuatro supermercados de la gente enardecida. Mientras abordaba su vuelo en Singapur, donde los aviones llegaban llenos desde Indonesia y se volvían vacíos, la tripulación lo observaba incrédula. "Había cinco personas en mi vuelo", recuerda. "Y yo era el único chino".

Si bien no pudo salvar sus tiendas -las cuatro fueron saqueadas-, Susanto estuvo en el lugar adecuado para aprovechar la oportunidad que lo convertiría en multimillonario.

Más de 1,100 personas murieron en las manifestaciones de 1998, cuando la economía se contrajo 13%. Los más pesimistas predijeron que la cuarta nación más poblada del mundo, una ex colonia holandesa que se expande por 17,500 islas, se fragmentaría.

Susanto -quien, cuando era niño, dormía bajo un mosquitero en el suelo sucio de un puesto del mercado propiedad de sus padres- apostó a que Indonesia sobreviviría y a que sus vastos recursos minerales y agrícolas enriquecerían a la mayoría de sus 238 millones de ciudadanos, creando una economía dinámica orientada al consumo.

Cuando esto sucediera, pensó Susanto, muchos indonesios iban a preferir comprar en minimercados locales con aire acondicionado en lugar de las tradicionales chozas a la vera del camino o warungs. En octubre de 1999, apenas un año después de los conflictos, Susanto abría la primera de lo que sería una cadena de 6,000 tiendas llamadas Alfamarts.

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La inversión resultó prolífica. Desde 1999 hasta fines de 2011, el crecimiento anual de Indonesia tuvo un alza de 0 a 6.5%, aumentando la cantidad de consumidores de clase media de 50 millones a más de 130 millones, según el Banco Mundial. Durante el mismo periodo, la riqueza promedio por adulto creció cinco veces a más de 12,000 dólares, informó Credit Suisse Group en octubre.

Si bien otros países de crecimiento rápido, como China, lucharon para pasar de un modelo económico basado en la exportación a otro sustentado en el auge del consumo, Indonesia ocupó la primera posición en este aspecto: el gasto de consumo representó 55% del PIB en 2011; la cifra comparable de China en 2010 fue de 35%. "A Indonesia la impulsa un gran motor de consumo", dice Peng Ho Yin, gerente de Fondos de Allianz Global Investors, con base en Hong Kong.

Peng cree que el país con la mayor población musulmana podría pronto estar catalogado como uno de los gigantes de las economías emergentes, a la par de los BRIC: Brasil, Rusia, India y China. En el último trimestre de 2011, el crecimiento del PIB de Indonesia, si bien rezagado con respecto al 8.9% de crecimiento de China, excedió el 6.1% de India, el 4.8% de Rusia y el 1.4% de Brasil. En el futuro, Indonesia, con una edad promedio de su población de 27 años, podría alcanzar una tasa de crecimiento de 8%, dice Peng.

Susanto ha prosperado en este entorno económico. En 2009, vendió 10% de las acciones de su empresa, PT Sumber Alfaria Trijaya, en la Bolsa de Valores de Indonesia y recaudó 15 MDD. Al 9 de abril, el precio de las acciones de su compañía había aumentado más de 13 veces en comparación con el crecimiento de tres veces del Índice Compuesto de Jakarta. El 9 de abril, la participación de Susanto del 56% se cotizó en aproximadamente 1.25 mil millones de dólares. Nada mal para un emprendedor que abandonó sus estudios a los 16 años porque sus padres no podían costear el arancel exigido por el gobierno para poder cambiar su nombre chino, Kwok Kwie For, al indonesio, tal como lo exigía la ley.

Susanto dice que su apuesta por Indonesia surgió de sus experiencias en las manifestaciones de 1998 y de su convicción en el potencial poder económico del consumidor indonesio. Si bien fue víctima de las políticas antichinas del entonces dictador Suharto, que cerró las escuelas chinas y prohibió el uso del idioma, Susanto descubrió que no todos los indonesios eran contrarios a esa minoría. Algunos de sus clientes trataron de proteger sus tiendas y se sintieron agradecidos cuando, apenas dos semanas después de los incidentes, reabrió los minimercados para ofrecerles productos básicos, recuerda su hija Feny Djoko Susanto, directora ejecutiva de Sumber Alfaria.

La gran transformación

Hay otras empresas que han aprovechado el consumo indonesio casi tan espectacularmente como Susanto. Desde principios de 2009 y hasta el 9 de abril, el Índice Compuesto de Jakarta fue uno de los cinco de mejor desempeño entre los 93 seguidos por Bloomberg, con un retorno de 229% con respecto al 71% de aumento en el índice MSCI BRIC. La Bolsa de Caracas encabeza la lista, con un alza de 470%, en la que sólo cotizan 14 empresas y es ilíquida.

Las cifras crecientes hacen que las acciones de Indonesia parezcan caras para algunos inversionistas, tales como Robert Davy, radicado en Londres, que asesora en la administración de 20.3 mil millones de dólares en acciones de mercados emergentes, entre ellas, las de Indonesia. El 9 de abril, el índice de Jakarta se comercializaba en un nivel estimado de ganancias de 14.2 veces, mientras que el nivel promedio en los mercados emergentes era de 10.5 veces. "A más largo plazo, Indonesia es, sin duda, una opción de inversión favorable", dice Davy. "Pero desde una perspectiva a más corto plazo, es uno de los mercados emergentes más costosos".

La inversión extranjera directa subió 20% el año pasado, alcanzando un nivel récord de 19.3 mil millones de dólares. En el transcurso de cinco semanas entre diciembre y enero, Fitch Ratings y Moody's Investors Services elevaron la deuda de Indonesia a grado de inversión. En contraste, en enero Standard & Poor's degradó la deuda de nueve países europeos. "En medio de las degradaciones, nuestra deuda ha mejorado su categoría", dice el vicepresidente indonesio Boediono, doctor en Economía de la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania (como muchos indonesios, Boediono tiene sólo un nombre).

La confianza de las agencias calificadoras refleja la transición de Indonesia de una dictadura en bancarrota a una democracia con estabilidad fiscal. Luego de la declaración de su independencia de los holandeses en 1945, el país tuvo sólo dos líderes durante los siguientes 53 años. El segundo de ellos, Suharto, presidió el país desde 1967 hasta que tuvo que renunciar durante los levantamientos de 1998 desatados por una crisis financiera en toda Asia, a la cual sobrevivió Indonesia aceptando un rescate financiero del Fondo Monetario Internacional por 43,000 mdd.

Bajo el régimen de Suharto, las empresas a favor del gobierno explotaron una economía basada en las exportaciones de crudo. Las medidas de gestión de crisis del FMI comenzaron a cambiar esta situación y obligaron a la disolución de monopolios. De 1998 a 2004, pasaron tres presidentes, antes de la elección de Susilo Bambang Yudhyono, quien en 2009 asumió un segundo y último mandato por cinco años.

Cuando Yudhoyono, general retirado entrenado en Estados Unidos, llegó al poder, nombró en su administración a algunos tecnócratas formados en Occidente, como Boediono, quien estuvo al frente del Banco Central antes de ser designado vicepresidente. Yudhoyono prometió que iba a atraer más inversión recortando las tasas de interés, luchando contra la corrupción endémica, elevando los estándares de vida y poniendo en buen estado las carreteras y centrales de energía. Si bien gran parte de estas promesas no se han cumplido todavía, el presidente ha logrado la estabilidad política y cuadruplicado la inversión extranjera directa.

Yudhoyono también declaró la guerra a los militantes islámicos; sus fuerzas arrestaron o asesinaron a grupos de supuestos terroristas, entre ellos al cerebro de las explosiones en un resort en la isla de Bali en 2002 donde murieron 202 personas.

Si bien siguen las tensiones étnicas y religiosas en ciertas partes de Indonesia, Yudhoyono ha desmantelado las políticas contra los ciudadanos chinos. Y Glodok, el barrio chino de Jakarta, ha resurgido de las cenizas y ahora está decorado con carteles y signos en tonos brillantes. Aun así, Peng dice estar preocupado por lo que sucederá en el país en la era post-Yudhoyono. "Es la mayor incertidumbre", comenta. "El sucesor tiene que ser un líder que apoye las reformas".

"No creo que deberíamos preocuparnos por esto", comenta Boediono. Mientras saborea una taza de  té en la residencia vicepresidencial, dice que seguirá la estabilidad de los últimos ocho años aunque no haya un sucesor claro de Yudhoyono. "Hoy, la gente está buscando buenos candidatos y creo que los encontraremos", dice. "Nuestra gente es inteligente".

Mientras tanto, el gobierno está abordando algunos de los problemas de infraestructura más disfuncionales del mundo. Una de las promesas de campaña de Yudhoyono fue descongestionar calles, puertos, vías férreas, terminales aéreas y construir las tan necesitadas centrales energéticas.

En diciembre, el Parlamento aprobó una ley que facilita la adquisición de tierras por parte del gobierno para la construcción de infraestructura y el gobierno de Yudhoyono dice que este año quiere invertir 18,000 MDD en estos proyectos.

Jakarta tiene una población de 10 millones de habitantes y no tiene metro. El tráfico a menudo se congestiona a pesar de un programa que exige que los automóviles lleven un conductor y al menos dos pasajeros en las horas pico. Así como los peatones toman taxis en otras ciudades, los conductores de Jakarta contratan a pasajeros para burlar el sistema, proporcionando empleo para miles de los llamados 'jockeys de automóviles': hombres, mujeres y niños que se paran en las esquinas y hacen señales a los automovilistas para mostrar su disponibilidad.

Camino al crecimiento

Caterpillar, el mayor fabricante de equipamiento para la construcción y la minería, está apostando a que Yudhoyono logre los cambios. En noviembre anunció que triplicará la fabricación de excavadoras en Indonesia y que invertirá 150 mdd para construir su segunda base de infraestructura. "En el pasado se prometió infraestructura, pero nunca se cumplieron las promesas", dice Kevin Thieneman, gerente de la empresa para China, India y el sureste de Asia. "Pero esta vez creemos que las promesas tienen fundamentos".

Los problemas de transporte en Indonesia son evidentes en el extremo oeste de la isla de Java, cerca de donde arde el volcán Krakatoa. Allí, el estrecho Sunda, de 24 kilómetros de ancho, separa las dos islas más pobladas de Indonesia: Java, con 137 millones de habitantes, y Sumatra, con 51.

En los puertos destartalados a ambos lados del estrecho, largas filas de camiones esperan hasta tres días para tener un lugar en los oxidados ferries que cruzan el paso del mar. A pesar de la inestable geología de la región -170,000 personas murieron o desaparecieron luego del tsunami y el terremoto de Sumatra en 2004, y un temblor de 8.6 afectó el país en abril de este año- el gobierno de Yudhoyono dice que quiere gastar 10,000 MDD para la construcción del puente más largo del mundo sobre el estrecho.

Para Johan Sinaga, un camionero de 35 años, el puente no puede esperar. Mientras fuma un cigarro de clavo de olor bajo el calor centellante en el puerto de Merak, dice que habitualmente les da a los oficiales del puerto entre 50,000 y 100,000 rupias de mordida para que le permitan saltarse la fila.

Si Indonesia logra o no mejorar su infraestructura, la empresa de Djoko Susanto seguirá cosechando éxitos. Si las carreteras y las centrales energéticas se mejoran, Sumber Alfaria podrá hacer sus envíos más rápidamente y sus minimercados tendrán un abastecimiento estable de energía. Pero si nada cambia, la compañía también se beneficiará. Esto dice Budiyanto Djoko, hijo de Susanto y miembro de la junta directiva, quien cree que a medida que empeoran las condiciones de tránsito en Indonesia, la gente optará por comprar en el Alfamart de la esquina.

El siempre emprendedor Susanto ha transformado la congestión en las calles en una oportunidad para hacer publicidad para su empresa. Ha cubierto sus camiones de reparto con eslogans que instan a los conductores atrapados en el tráfico a ahorrar tiempo y problemas comprando en el Alfamart más cercano.

Con la colaboración de Berni Moestafa y Novrida Manurung, en Jakarta.

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