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Sin desperdicios

La economía verde es para los ricos y por eso quedó atrás, asegura el economista Gunter Pauli.
lun 25 junio 2012 11:53 AM
Gunter Pauli fue fundador y director general de Ecover, empresa productora de detergentes ecológicos. (Foto: Elmer Zambrano)
1093 picf023 (Foto: Elmer Zambrano)

Después de casi destrozar el hábitat natural de los gorilas en Indonesia pensando que estaba ayudando al planeta, Gunter Pauli, economista y empresario holandés, se dio cuenta de que el modelo de negocio de economía verde no ayuda al planeta e ideó su propia ‘economía azul'. En ésta, los desechos de una cadena de valor son transformados en riqueza.

También fundó ZERI (Zero Emissions Research and Initiatives), una red global que va en busca de soluciones creativas para un nuevo modelo de producción sostenible. La base de la iniciativa es aprovechar todo desperdicio para poder crear algo nuevo con inspiración en la naturaleza. De hecho, Pauli explica que la economía azul es  ZERI puesta en acción.

Con el fin de presentar el modelo sistémico capaz de responder a las necesidades de todos y demostrar que la naturaleza es un modelo a seguir porque no existe pobreza, Pauli estuvo presente en el Foro Mundial de Negocios de la EGADE Business School. Durante el encuentro defendió su filosofía empresarial, al considerar que el modelo de economía verde no tiene futuro porque es caro y está financiado con subsidios.

¿Qué es la economía azul?

Es una economía con base en la innovación. Traducimos nuevas tecnologías en nuevos modelos de negocio. El nuevo modelo de negocio es el que genera múltiples beneficios sociales, ingresos y flujos de caja.

Si queremos una comunidad donde no haya violencia se tiene que acabar con la pobreza y el desempleo. Por eso es una responsabilidad elegir las innovaciones que nos permitan generar empleos en vez de eliminarlos. En el pasado hemos elegido muchas innovaciones con el solo objetivo de eliminar empleos. Por eso todos producen en China. Eso está mal.

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¿Cómo nació la idea?

Surgió con la frustración de mi propia empresa, cuando me di cuenta de que no era sostenible y que generaba daños colaterales. Me dije: no puede ser que todo lo que es bueno para la salud y el medio ambiente sea costoso. Esto no puede ser, tiene que tratarse de un modelo quebrado.

¿Cómo se diferencia de la economía verde?

La diferencia principal es que la economía azul es muy local, depende de emprendedores y de innovaciones que cambian los modelos de negocio. La economía verde, como se conoce hoy, depende de subsidios, de la responsabilidad social de la empresa, de decisiones de gobierno sobre prohibir y reglamentar, entre otros. Pienso que son dos contextos muy diferentes.

Hoy, la economía verde representa todo lo bueno para la naturaleza y todo lo bueno para la salud, tan costoso que no te lo puedes permitir si no eres rico.

¿Cómo podemos proponer una economía sustentable que depende de productos caros? Se ha apoyado las iniciativas con subsidios. Pero esto finalmente es un impuesto más que alguien tiene que pagar.

Una economía basada en este modelo no tiene futuro, es una economía para los ricos. Por eso yo propuse un nuevo modelo económico inspirado en la multifuncionalidad que tiene la naturaleza.

¿En qué consisten los ecosistemas que te inspiraron?

En un ecosistema, por ejemplo, no existe el concepto de la basura. No hay desempleo, todo el mundo está trabajando, ¡qué rico! Qué interesante que exista un sistema que funciona con todas las aportaciones del mundo que lo rodea, según sus capacidades.

No digo que tenemos que vivir en el campo, como un conejo o como un bicho. Me refiero a diseñar un modelo económico capaz de responder a las necesidades de todos. Me inspira todo lo que puedo aprender de la naturaleza.

Por ejemplo, una hoja en el árbol tiene múltiples funciones, lo que es interesante porque nosotros solamente nos enfocamos en la parte del ingreso.

Si observo el árbol, veo que las hojas son alimentos para las lombrices y los hongos, es decir, que el desecho de uno es alimento para el otro. Me apasiona este concepto sistémico, donde todo trabaja junto.

¿Cómo se traduce al mundo de los negocios?

Lo más convincente que necesita el empresario es un caso concreto, porque, en teoría, hay mucha gente que habla pero hay muy pocos que hacen. Por eso nosotros nos enfocamos en la implementación de proyectos que demuestren que esto sí es factible. Por ejemplo, aquí estamos en una zona geográfica de cítricos, se puede exportar la naranja o se puede hacer un jugo. Lo que nosotros hacemos con la producción de jugo es que de la cáscara sacamos un químico que funciona como un excelente detergente. Es decir, tenemos la fruta, el jugo y la cáscara, pero ganamos más dinero con la cáscara que con el jugo, por eso aquí no la aprovechan.

En Brasil ya tenemos ocho fábricas y estamos montando la primera en Sudáfrica. Queremos más valor. Queremos inspirar el concepto de la naturaleza que el desecho, en este caso, la cáscara, que normalmente va al relleno sanitario, se puede recuperar y, por ejemplo, extraer un detergente que nos permite eliminar los materiales sintéticos.

Esta forma de pensar es la que necesitamos para generar más empleos. Utilizar lo que ya tenemos disponible para aumentar los ingresos y así tener mejor resistencia cuando haya una crisis a nivel global.

¿Cómo te diste cuenta de que lo verde no funciona?

Yo lancé una fábrica de detergentes biodegradables a base de aceite de palma. Tenía una fábrica hecha de madera, con un gran pasto como techo. Un día, al visitar las plantaciones de palma africana en Indonesia, me di cuenta de que estuve fomentando tanto la demanda de aceite de palma, que las empresas de ese país decidieron tumbar un millón de hectáreas de bosque tropical y acabar con el hábitat del orangután. Me di cuenta de que tenía un producto biodegradable pero no sostenible. Noté que mi economía verde tenía efectos nocivos e impactos desastrosos. No era mi plan ni mi intención. Por eso supe que debía cambiar mi modelo de negocio.

¿Qué es ZERI?

El concepto de cero emisiones surgió en 1991, cuando preparé la reestructura de mi fábrica. Cuando me di cuenta de los daños colaterales en Indonesia con los orangutanes, decidí vender todo.

Más adelante fui invitado por el gobierno de Japón para preparar la reunión de Kyoto, de 1997, cuando nació el protocolo de Kyoto. Formé parte del equipo para replantear el modelo de negocio para la cumbre y en este proceso monté la fundación ZERI como un planteamiento con acciones concretas para los políticos en ese gran evento. La meta es que la gente entienda cómo manejar al máximo sus productos e implementar proyectos con este modelo.

Actualmente, la iniciativa cuenta con 27 grupos que lideran proyectos alrededor del mundo. Van desde Japón hasta Brasil. México aún no es parte de este proyecto, pero eso lo tienen que decidir los mexicanos, no yo. Lo más importante es que haya iniciativas educativas y empresariales.

¿Cómo se relaciona la innovación con la economía azul y con ZERI?

Solamente elegimos tecnología e innovaciones que generan múltiples ingresos y tienen un impacto social, ecológico y que son competitivas. Si solamente es ecológica no vale. Para identificar nuevas propuestas, hacemos un monitoreo de más de 2,000 tecnologías de las cuales solamente consideramos tecnologías de punta unas 150. La economía azul es ZERI puesta en práctica. Es la filosofía en acción.

Por ejemplo, en el café que tomamos en la mañana, usamos 0.2% de la biomasa del grano de café, 99.8% se desecha. Nosotros cultivamos hongos tropicales con el desecho del café. El 60% del cultivo de los hongos es para preparar sustratos que se muelen y se desinfectan en bolsas de plástico. Esto representa 80% para generar más ingresos. Se produce en Colombia, Ghana, Kenia, Madrid, Seúl, Berlín, y ahora en el Distrito Federal, como primer acercamiento en México. Ganamos más dinero con los hongos que cultivamos, que con el café.

Éste es el cambio de idea: "Ahorrar es acabar con la economía, generar más es hacer crecer la economía."

¿Conoces empresas sostenibles en México?

Lamentablemente, no. Por eso estoy aquí, para inspirarlos y para que cambien. La empresa sostenible es aquella que trabaja con lo que tiene disponible. Es un cambio porque siempre nos enfocamos estrechamente a un producto, a una competencia o a un mercado, eso lo tenemos que cambiar. El cambio a ese nivel nos permite un nuevo modelo de negocio a corto plazo.

Mi última visita a México fue hace 10 años. Espero que mi presencia y mis ideas me permitan reestablecer los contactos e inspirar a algunas personas a cambiar su modelo.

Gunter Pauli fue fundador y director general de Ecover, empresa productora de detergentes ecológicos. Es fundador de la red global Zero Emissions Research & Initiatives (ZERI) creada en Tokio en 1994. Y es autor del libro La economía azul en el que plantea la reutilización de todo producto, una economía donde no hay desperdicios.

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