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Problema ibérico

Las pequeñas y medianas empresas de España están luchando para mantenerse vivas en medio de la crisis económica.
lun 25 junio 2012 09:36 AM

Iván Moreno, de 34 años, siempre tuvo deseos de grandeza y sentía que estaba a punto de iniciar algo grande, su negocio creció rápidamente y sus instintos en ese momento le indicaban que era una buena idea expandir su empresa de patinetas a un moderno depósito en las afueras de la ciudad porque, cada día, las órdenes de compra de sus productos de distintas tiendas de todo el mundo, cada vez eran más numerosas y constantes.

El cielo era el límite para Moreno y vio su negocio crecer. Tristemente para su causa, esos productivos días ahora se ven lejanos porque ya no existen.

Al igual que Moreno, los propietarios de muchas pequeñas y medianas empresas (pyme) de España están luchando por mantenerse vivos y se dicen víctimas de la amplia restructuración del sector bancario español luego del colapso de la burbuja de bienes raíces en 2008.

Moreno argumenta que sus banqueros fueron cancelando poco a poco su línea de crédito de alrededor de 250,000 dólares que tenía a través de la imposición de duros planes de pago, provocando con esto la asfixia de la joven empresa.

"Muchas veces fui al banco y les pregunté: ‘¿Qué hice mal?'", dice Moreno, quien recientemente tuvo que despedir a prácticamente todo su personal, entre ellos a un amigo de la infancia, "pero sólo querían que les devolviera el dinero", recuerda.

¿Dónde está el error?

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Para los expertos, lo que le sucedió a Iván Moreno no es un caso aislado y le está pasando también a otras pyme españolas, ya que muchas de las cajas de ahorro regionales, de las cuales dependían, están desapareciendo o siendo absorbidas por otros bancos más grandes en un intento por dar solución al problema de los cientos de miles de millones de dólares en préstamos incobrables producto de la crisis de bienes raíces.

Sigue siendo una pregunta sin respuesta si la estrategia está dando frutos. Recientemente, Moody's, la empresa calificadora de riesgos, degradó a varios bancos españoles, entre ellos, a los dos bancos más grandes del país, y el pasado 25 de mayo otro banco de alta jerarquía alertó que necesitaría 23,900 millones de dólares (MDD) adicionales de ayuda, una cantidad superior a la que el gobierno estimó necesitaría cuando se apoderó de esta institución bancaria a principios de mayo.

Los expertos argumentan que son pocas las dudas de que la pérdida del crédito esté afectando las empresas pequeñas, ya que está contribuyendo a incrementar los problemas de España al aumentar el desempleo, bajar la recaudación de impuestos y hacer que sea más difícil reducir el déficit de presupuesto del país a niveles manejables. La pérdida de crédito afecta especialmente a España, donde más de 60% de la economía y de 80% de los empleos provienen de las pequeñas y medianas empresas.

En los últimos años, más de 500,000 pequeñas empresas han cerrado. Moreno relata que en un año su empresa, Nomad Skateboards, vendió más de 1,300 (MDD) en patinetas y accesorios en 20 países. Hoy está buscando un comprador para su moderno depósito y está reduciendo su línea de patinetas y playeras. "Si usted no puede comprar, no puede vender", detalla el dueño de la pyme española "y si no puedes vender, no puedes obtener ganancias".

Muchas empresas están cerrando por su falta de capacidad para obtener el crédito que necesitan para la operación cotidiana de sus negocios. "Las cajas de ahorro de las cuales obtenían créditos, ya no existen", señala Alfonso García Mora, director general de AFI, una consultora financiera con base en Madrid. "Estas instituciones fueron adquiridas por bancos más grandes que no están interesados en este tipo de préstamos, o han sido absorbidas por bancos de otras regiones donde estos comerciantes son desconocidos", expone el consultor.

"Hemos perdido ese conocimiento de los comerciantes locales", dice Mora, algo que considera era crucial para decidir si se otorgaba o no un crédito a un emprendedor. "Es un problema que tendremos por mucho tiempo", señala.

Porvenir desolador

Hace unos años, España tenía 45 cajas de ahorro regionales, ahora sólo hay 13 y su futuro es incierto, algunas se han fusionado con otros bancos y otras han sido adquiridas por bancos más grandes y robustos, como parte de sus esfuerzos para tranquilizar los mercados globales.

Muchos propietarios de empresas dicen que los empleados bancarios regionales con los que trabajaron, a veces durante décadas, quizás siguen en sus  puestos de trabajo pero ya no tienen el poder para aprobar préstamos aunque quisieran hacerlo. Generalmente sólo están allí para darles malas noticias.

Esto resulta problemático en un país con un 25% de desempleo y sin signos de recuperación económica a la vista.

En estos días, el área donde se encuentra el depósito de Moreno está prácticamente desierta. Charo Albas Vives, propietaria de Colores, un negocio de calzado para niños, está en la misma  situación. Su banco le retiró una línea de crédito por 65,000 dólares hace dos años. En un principio, el banco le pidió que devolviera la mitad del dinero, pero una vez que logró hacerlo, el banco le informó que tenía que pagar el resto inmediatamente.

Albas, madre de seis niños, dice que los pagos obligaron a su familia a hacer muchos sacrificios, "dejamos de comprar en las buenas tiendas. Redujimos todos los gastos, incluso los de calefacción".

Esto también significa no poder seguir costeando el colorido inventario de calzado que era el sello distintivo de su negocio. "Ahora nos concentramos sólo en zapatos blancos y azules", dice Albas.

Agrega que ha sobrevivido gracias a préstamos de su familia y ha tenido que cerrar 13 de sus 25 tiendas.

Los expertos señalan que antes de la crisis posiblemente era demasiado fácil obtener un préstamo porque los bancos operaban con poco capital y prestaban demasiado. En realidad, los bancos regionales hicieron muchos de los préstamos más problemáticos a desarrolladores de bienes raíces. Ahora, mientras el sector bancario lucha para poder sobrevivir, ha caído dramáticamente el préstamo a las empresas privadas y a las familias.

"Los recortes de créditos han sido tan abruptos que algunas empresas hasta perdieron proyectos específicos en los que ya estaban trabajando", dice Carlos Ruiz Fonseca, director de Economía e Innovación del Cepyme, la asociación de pequeñas y medianas empresas de España. "Algunas empresas simplemente tuvieron que cerrar", comenta.

A pesar de las fusiones y de las inyecciones de capital a partir de los programas de rescate y reconstrucción de la banca implementados por el gobierno español en 2009, no ha habido mejoras en los préstamos. Según el Banco de España, el crédito al sector privado cayó en marzo, confirmando la tendencia que se viene repitiendo desde el otoño de 2009. Algunas empresas dicen que ya ni se molestan en pedir préstamos bancarios.

Puede ser más difícil aún conseguir un préstamo para un emprendedor. "¿Cómo vamos a lograr que se lancen nuevas empresas si nadie está dispuesto a arriesgarse y a prestarles dinero?", dice Edward Hugh, gurú de la economía que tiene un blog sobre la situación económica de España. "El problema se vuelve circular y se autoperpetúa", establece.

Las autoridades de los bancos coinciden en que la restructuración ha hecho que sea más difícil otorgar créditos y que poco pueden hacer para cambiar esta situación. "Se pide a los bancos que ofrezcan más capital para evitar la pérdida de los préstamos", declaró un funcionario de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), "pero si se les pide que tengan más capital, son limitadas las posibilidades de otorgar créditos", explica.

Una opción de solución

El mundo no se cerró para algunas empresas que han descubierto métodos innovadores de hacer negocios sin tener que recurrir al crédito bancario. Emilio Díaz, por ejemplo, fundador de una fábrica de ventanillas  de trenes y camiones de Zaragoza en 1969, dice que en vez de pedir préstamos para cubrir el vidrio para un contrato grande, recientemente hizo un acuerdo con su proveedor para pagarle el material una vez que reciba el pago de las ventanillas.

Por otro lado, otras empresas han descubierto lo útil que es hacer negocio con varios bancos al mismo tiempo. Olga Rioja Navarro, directora financiera de Lacasa, un fabricante de chocolates que ha perdido más de 20% de su línea de crédito, dice que opera su negocio trabajando con casi una docena de bancos, y agrega que ahora es más probable que un banco le otorgue un crédito para una factura específica fraudulenta, por ejemplo, que para los gastos de operación cotidiana.

La característica más notable de las pyme españolas es su contribución a la generación de empleo. Para diciembre de 2011, la caída de este rubro fue de -3.96%, una reducción de 304,800 puestos de trabajo, uno de los índices más altos registrados en Europa en el último año fiscal.

Moreno y su socio, Chus Castejón, esperan encontrar un inversionista privado para su negocio, pero temen que su marca perderá dinamismo en el mundo de las patinetas, tan pendiente de la moda. "A veces tienes tu momento de fama y después es difícil recuperarlo", dice Castejón. "Y eso me irrita".

Hace unos días, Moreno y su esposa invitaron a cenar a su casa a un grupo de amigos. La reunión fue difícil para Sergio Eltoro, que creció con Moreno y trabajó para él durante casi 10 años hasta que fue despedido hace pocos días. Le encantaba su trabajo y ahora se encuentra preguntándose cosas que creía estaban resueltas en su vida, como, por ejemplo, "¿qué haré mañana?"

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