“Destrabar los cárteles económicos”

¿Es muy difícil prever el futuro de la economía global?

Es totalmente impredecible, lo que está muy claro es que lo que tenemos y hemos tenido hasta ahora no seguirá siendo así (...) Estamos entrando a una época en la cual parecería que la economía estadounidense se está recuperando, la periferia europea está entrando en recesión y los países grandes de Europa disminuyen su expansión, y los países emergentes, en particular China, muestran signos de disminuir su tasa de crecimiento. Como todo esto está conectado, no sabemos cómo son los contagios, las causalidades, los vínculos y las relaciones entre todas estas cosas.

Hace unos años, se daba por cierto el fin de la predominancia de Estados Unidos y el crecimiento de China.

Yo nunca he pensado que esto pueda ser visto así. No hay duda que Asia está en plena expansión, pero en geopolítica y economía internacional no importa si tú estás con ciertas debilidades, lo que importa son las debilidades y fortalezas relativas. No hay duda que Estados Unidos enfrenta severos retos de competitividad, problemas de déficit, un crecimiento anémico, reformas importantes que hacer. Pero eso no quiere decir que los demás estén mejor.

¿Qué se imagina para el próximo sexenio en México?

Lo único que se puede decir es que va a haber mucha volatilidad. Dependerá de cómo vaya la economía de Estados Unidos y estamos viendo cómo México está teniendo una buena recuperación después de la fuerte crisis que tuvo, en parte porque la economía mexicana está bien orientada y en parte porque Estados Unidos está creciendo. Lo que va a venir es un poco más de lo mismo en esa dirección positiva, siempre y cuando Estados Unidos no vuelva a estancarse.

¿México está muy atado al destino de Estados Unidos?

Lo más importante para la economía mexicana no es lo que pasa en Washington, Bruselas o Pekín. Es lo que pasa en México y Ciudad de México y, sobre todo, la falta de competencia que hay en muchos sectores.

¿Cuáles son las reformas clave?

Todas las absolutamente conocidas. La gran sorpresa que uno se lleva con México es lo conocido que es lo que hay que hacer. El diagnóstico es claro y la dificultad para implementarlo también. No hay duda que México tiene que destrabar los cárteles que hay en muchos sectores de la economía: la distribución, las telecomunicaciones, la energía, las profesiones. Está plagado de organizaciones y mecanismos para inhibir la competencia, en la educación y los maestros, las universidades, la energía, las empresas privadas: todo mundo organizado para impedir que le compitan.

¿Esas reformas lo harían despegar como otros países?

No hay una receta mágica (...) Los países exitosos, como Chile o el sureste asiático, hicieron muchas cosas bien durante mucho tiempo. Hay que hacer muchas cosas, hacerlas bien y de manera sostenida.

¿Convendría sumarse a un bloque como los BRIC?

No es el club al que le conviene a México pertenecer. Debe ser México como país localizado al lado de la economía más grande del mundo, México capaz de manejarse bien con múltiples socios, México con una economía sólida, México con empresas multinacionales grandes y un México que logra conquistar sus demonios: la violencia, la narcoviolencia, estas trabas en educación, energía y sector privado.