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El precio de la sinceridad

Por 30 años, Sherry Hunt disfrutó ayudar a la gente a comprar su casa, eso cambió cuando descubrió que su empleador, Citigroup, cometía fraudes para adquirirlas.
lun 06 agosto 2012 04:34 PM

Ella era una chica de campo, criada en Michigan. Escuchaba a los cantantes de country Marty Robbins y Buck Owens en la radio y empezó a creer que Dios tenía un plan más grande para ella y que todo sucede por alguna razón.

Se casó a los 16 años y no fue a la universidad. Tuvo a su primer hijo a los 17 años y necesitó trabajar. En 1975 encontró un empleo donde procesaba préstamos para vivienda en un banco de Alaska. Por los siguientes 30 años, Sherry Hunt trabajó en el negocio de hipotecas bancarias en Indiana, Minnesota y Missouri. Disfrutaba ayudar a la gente a comprar su casa.

En noviembre de 2004, Hunt se unió a Citigroup como vicepresidenta de la Unidad de Hipotecas.

El mercado de las viviendas estaba en su apogeo y el banco era el sexto mayor prestamista de Estados Unidos, responsable de 3.5% de todos los préstamos de vivienda. Hunt era responsable de proteger a Citigroup del fraude y las malas inversiones. Supervisaba a 65 aseguradores hipotecarios en las oficinas centrales de CitiMortgage, en O'Fallon, Missouri.

Ella y sus colegas inspeccionaban los préstamos que Citi deseaba adquirir de operadores y prestadores externos para ver si cumplían con los estándares del banco. Estas hipotecas tenían que tener documentos debidamente firmados, ingresos comprobables del prestatario y valuaciones realistas.

La demanda de hipotecas en paquete de parte de los inversionistas fue tan fuerte que Citigroup no podía procesarlos rápidamente.

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La aprobación de Citi les decía a los inversionistas que el banco respaldaría las hipotecas si los prestatarios dejaban de pagar.

En la ‘fábrica de procesamiento de hipotecas' en O'Fallon, Hunt trabajaba en una especie de línea de montaje de préstamos que ayudaba a inflar la burbuja de la vivienda cuya implosión sacudiría el mundo.

Falsos avalúos

Para 2006, el banco compraba hipotecas de prestamistas externos con formatos fiscales adulterados, falsos avalúos y faltantes de firma, cuenta Hunt. Su trabajo era identificar estos defectos y lo hizo a través de reportes regulares a sus jefes. Los ejecutivos hicieron caso omiso a los hallazgos de Hunt. Ella dice que lo hicieron antes, durante y después de la crisis financiera y hasta 2012.

En marzo de 2011, más de dos años después de que Citigroup recibiera 45,000 millones de dólares (MDD) a través de un paquete de rescate del gobierno de Estados Unidos y miles de millones más de la Reserva Federal, Jeffery Polkinghorne, ejecutivo de O'Fallon a cargo de la calidad de préstamos, le pidió a Hunt y a un colega que se quedaran en una sala de conferencia después de una reunión.

El encuentro con Polkinghorne fue breve y tenso, recuerda Hunt. Les dijo que la cantidad de préstamos clasificados como defectuosos tendría que bajar o "rodarían cabezas".

"Todo lo que tenía que hacer una persona deshonesta era cambiar los reportes para hacer que las cosas lucieran mejor de lo que estaban", dice Hunt. "Y yo no iba a colaborar con esto".

En cambio, llevó a la justicia a su empleador y ganó. En agosto de 2011, cinco meses después de su reunión con Polkinghorne, Hunt demandó a Citigroup ante una corte federal de Manhattan, acusando a la división de préstamos para vivienda de violar, de manera sistemática, las regulaciones hipotecarias de Estados Unidos. El Departamento de Justicia de EU decidió unirse a la demanda de Hunt en enero. Citigroup no cuestionó ninguno de los hechos señalados por Hunt y no armó una defensa pública ni ante la corte y el 15 de febrero de 2012 acordó pagar 158.3 MDD para que el gobierno estadounidense diera por resuelto el caso.

Citigroup admitió que había aprobado préstamos para ser asegurados por el gobierno que no cumplían con las leyes de la Administración Federal de Vivienda (en inglés, FHA). Los fiscales mantuvieron abierta la posibilidad de acusarlos por cargos criminales.

Como recompensa por haber denunciado a su empleador, Hunt, la chica de campo convertida en banquera, recibió 31 MDD como parte de un acuerdo pagado por Citigroup.

Incentivo poderoso

Había una unidad que vendía préstamos a Fannie Mae, Freddie Mac y Ginnie Mae, las empresas controladas por el gobierno que los agrupaban en títulos para luego venderlos a inversionistas. Éstos fueron el tipo de títulos que explotaron en 2007 y encendieron la mecha de la crisis financiera global. Los trabajadores tenían un incentivo poderoso para hacer que las hipotecas siguieran su proceso aun si encontraban fallas en las mismas: las compensaciones que recibían.

Para 2006, el equipo de Hunt estaba procesando 50,000 MDD en préstamos que CitiMortgage compraba de cientos de empresas de hipotecas. Como su unidad no podía revisarlos a todos, controlaban sólo una muestra de los mismos.

Cuando un préstamo no cumplía con los estándares federales su equipo catalogaba el préstamo como defectuoso.

A fines de 2007, el grupo de Hunt estimaba que aproximadamente 60% de las hipotecas que estaba comprando y vendiendo Citigroup carecía de algún tipo de documentación.

Hunt dice que decidió compartir su preocupación con su jefe, Richard Bowen III, quien en un e-mail el 3 de noviembre de 2007, alertó sobre lo que estaba sucediendo a los ejecutivos de Citigroup, entre ellos, a Robert Rubin, director de la junta ejecutiva de Citigroup y ex secretario del Tesoro, al director ejecutivo financiero Gary Crittenden, director senior de riesgo del banco y su principal auditor.

Abogados de Paul, Weiss, Rifkind, Wharton & Garrison, un bufete con sede en Nueva York que representa a Citigroup, entrevistaron a Hunt. En aquel momento ella no tenía ni idea de que la entrevista estaba vinculada con la denuncia de Bowen, comenta.

Las preguntas de los abogados hicieron que ella buscara en su memoria detalles de los préstamos y conversaciones con sus colegas, precisa. El abogado dijo que Citigroup había revisado los temas planteados por Bowen, había despedido a un supervisor y modificado su sistema de evaluación de riesgos, sin dar más detalles. Uno de los cambios producto del correo de Bowen le afectó a él mismo. El director financiero pasó de dirigir a 220 personas a supervisar a sólo dos, según el reporte de la Comisión Federal de Investigaciones de Crisis (en inglés, FCIC). En enero de 2009, Bowen ya no trabajaba más para Citigroup, dijo él a la FCIC.

Después de que Bowen hiciera públicos los hallazgos de Hunt, ella dice que fue transferida al grupo de control de calidad el 1 de abril de 2008. Pasó de supervisar a 65 personas a no dirigir a ninguna.

"Lo que vi allí fue 10 veces peor", asegura Hunt. "Cada vez que movía una piedra, encontraba una serpiente". Hunt descubrió una lista de aproximadamente 1,000 préstamos que el equipo de control de calidad había identificado como posibles fraudes.

Fuerza bruta

En noviembre de 2010, Ross Leckie, director senior de la Unidad Hipotecaria de banca minorista de Citi- Mortgage, envió un correo ordenando a su personal que cumpliera con la meta de no superar una tasa del 5% para los préstamos de vivienda. Los empleados de control de calidad habían identificado 10 préstamos con fallas severas en un conjunto de 138, dijo Leckie, para una tasa de 7.25%.

Las tasas de defecto de CitiMortgage sí bajaron, según las notas que conservó Hunt, pero no fue porque hubiera menos hipotecas impagas, señala.

"Es porque nos estaban atacando por los reportes de la unidad de control de calidad", dice Hunt.

Hunt necesitaba apoyo el 22 de marzo de 2011. Ese día, Polkinghorne, quien estaba tres niveles por encima de ella en la cadena de mando, la llamó a ella y a un colega de su mismo nivel y les dijo que sus cabezas rodarían si las tasas de defecto no disminuían.

Esa noche, ella y Jon, su esposo, acordaron que era el momento para que ella saliera a decir su verdad y presentó una queja formal en la empresa.

"Estaba preparada para abandonar mi carrera profesional y dejar los ahorros de mi vida en este intento", explica.

El 29 de mayo de 2011, Hunt se dirigió al departamento de recursos humanos de CitiMortgage en O'Fallon y les contó todo: cómo el banco había estado comprando y vendiendo hipotecas incobrables por muchos años, cómo la unidad de fraude no estaba haciendo su trabajo y cómo la gente de control de calidad estaba siendo presionada para cambiar sus calificaciones de las hipotecas. Las leyes de protección de los denunciantes establecen que Hunt debía notificar a la Comisión de Valores (SEC, por sus siglas en inglés), el ente regulador del gobierno que supervisa la unidad de hipotecas de Citigroup, dentro de los 90 días posteriores a la información de sus inquietudes a nivel interno de la empresa.

Hunt contrató a un abogado, Finley Gibbs, de Columbia, Missouri. A partir del 27 de junio de 2011, Hunt y Gibbs dieron a conocer los detalles de la hoja de cálculos de Hunt con los investigadores del Departamento de Justicia.

Después de presentar la demanda, cuenta Hunt, se sentía como un fantasma que deambulaba por los cubículos de CitiMortgage. Nadie sabía nada, comenta, pero, aun así, se sentía muy vulnerable, como si pudiera perder su trabajo en cualquier momento.

Sherry y Jon se alegraron el 3 de enero de 2012, cuando Sherry recibió una llamada de su abogado: el fiscal Preet Bharara de Manhattan había decidido unirse a ella en esta causa representando al Departamento de Justicia. No hubo testimonios ni juicio. Citigroup admitió su falta el 15 de febrero y pagó 158.3 MDD para llegar a un acuerdo. En un comunicado de prensa Citi dijo que estaba satisfecho de resolver este asunto.

Otros también cayeron

Citigroup no era el único banco responsable de procesar hipotecas incobrables. En febrero, Bank of America resolvió un caso de reclamaciones falsas con el gobierno por 1,000 MDD, sin admitir su ilícito.

En mayo, la alemana Deutsche Bank aceptó pagar 202.3 MDD por aprobar hipotecas no calificadas para estar aseguradas por el gobierno y aceptó su ilícito.

Lo que hace diferente el caso de Citigroup es que el banco aprobó préstamos viciados después de la crisis financiera de 2008. La batalla sobre la calidad de los préstamos en CitiMortgage siguió aún después de la firma del acuerdo en febrero, dice la denuncia.

Tres semanas después de que Citigroup llegara a un acuerdo en el caso de Hunt, la junta directiva del banco otorgó al CEO Vikram Pandit 14.9 MDD en compensación por el año 2011. El pago estuvo vinculado con el impulso que Pandit dio a la conducta ética, dijo el banco en un informe del 8 de marzo.

El informe destacaba el éxito del alto ejecutivo en mejorar la unidad hipotecaria de Citigroup en Estados Unidos. El 16 de abril, inesperadamente, los accionistas de Citi votaron rechazar la compensación otorgada a Pandit por un 45 a 55%. El voto no era vinculante y la junta directiva del banco tiene la última palabra en este caso.

"Le hemos dado a este hombre un incentivo importante, y tenemos razones para hacerlo", dice Richard Parsons, quien fue presidente de la junta de Citigroup y miembro de su comité de compensaciones hasta su jubilación en abril.

"Nuestra idea es que, bajo el liderazgo de Vikram, hemos hecho progresar a Citigroup en 2011, pero todavía hay muchas cosas que se deben mejorar".

Hunt dice que espera que su victoria inspire a otros para actuar igual. "Si yo puedo hacerlo, ellos también pueden".

LA FALLIDA MAQUINARIA DE HIPOTECAS DE CITI

CitiMortgage, que emplea a 9,200 personas para procesar prestamos de vivienda, acordó pagar 158.3 millones de dólares, al admitir haber certificado miles de prestamos hipotecarios que no cumplían las regulaciones del gobierno.

1. Compra de préstamos.

Citi tiene diferentes grupos que identifican créditos que podrían comprar de inversionistas. El banco también crea sus propios créditos.

2. Aprobación del préstamo.

Examinadores como Sherry Hunt y Richard Bowen revisan que los préstamos sean reales. Muchos que no cumplían con los estándares de Citi fueron adquiridos de todos modos.

3. Revisión del préstamo.

El equipo de control de calidad de CitiMortage revisaba préstamos después de que el banco los compró. Todos los que fueron sospechosos se enviaron a las autoridades.

4a. Investigación del fraude.

El grupo de prevención e investigación de fraudes requiere reportar fraudes a Fannie Mae, Freddie Mae y FHA, que son los que aseguran los préstamos. Citi no lo hizo.

4b. Refutar investigaciones.

Citi revisaba el control de calidad de los préstamos. Disminuyó las tasas de préstamos sospechosos al alterar los números en los reportes, sin hacer los préstamos mejores.

5. Venta del préstamo.

Diferentes equipos los vendían, aprobados por Citi y asegurados por la FHA.

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