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Las otras franquicias

Aunque los alimentos y bebidas siguen siendo las franquicias más solicitadas, otras marcas en giros no tradicionales empiezan a crecer y abren un espectro de oportunidades.
lun 12 noviembre 2012 04:41 PM
Gravity Pole Fitness Estudio encontró no sólo una novedosa forma de hacer ejercicio, sino también un negocio con grandes rendimientos para sus franquiciantes. (Foto: Carlos Aranda / Mondaphoto)
Gravity Pole Fitness Estudio (Foto: Carlos Aranda / Mondaphoto)

Nora Barrios y su sobrina Jimena, junto con Mariana Morgado, querían poner un negocio propio y buscaban una oportunidad que empatara sus intereses. Nora y Mariana llevaban más de un año asistiendo a Gravity Pole Fitness Studio, una nueva rama de gimnasios para mujeres especializados en enseñar pole-fitness, es decir, ejercicios en un tubo.

Estaban tan contentas con sus clases que en enero de 2011 le preguntaron a la directora del gimnasio, Jezabel Olmos, si le interesaba abrir una franquicia al norte de la Ciudad de México en la zona de Satélite. "Era una buena oportunidad, no sólo crecía el negocio, sino empezaba a crear una comunidad", recuerda Olmos.

Gravity inició hace ocho años en la sala de la casa de Jezabel. Hoy es una franquicia en el giro de cuidado personal, salud y belleza, que en dos años ya abrió seis sucursales en el Distrito Federal. 

En México hay 1,302 marcas de franquicias, según la Asociación Mexicana de Franquicias (AMF). Algunas como Gravity están transformando la creencia general de que las mejores oportunidades de negocio en franquicias están sólo en el giro de alimentos y bebidas, que ocupa 35% del mercado.

"La sofisticación de los servicios en el contexto de la estabilidad económica mexicana propicia el crecimiento de este tipo de franquicias no tradicionales", dice Gabriel Pérez del Peral, director de la Escuela de Economía de la Universidad Panamericana.

El 90% de las franquicias tiene un promedio de vida superior a los cinco años, mientras que un negocio propio tiene un 80% de probabilidades de cerrar en sus dos primeros años, asegura Diego Elizarrarás, presidente de la AMF. "Cualquier franquicia siempre será una mejor opción", asegura.

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El giro de alimentos y bebidas tiene ahora 458 marcas que saturan el mercado, según Elizarrarás. Mientras más marcas internacionales lleguen, bajarán las solicitudes de franquicia en este giro y su expansión no será tan rápida como la de las no tradicionales, que crecerán a doble dígito, calcula el presidente de la asociación.

"Hoy cualquier giro que se nos pueda ocurrir es franquicia", apunta Enrique Alcázar, director general de Alcázar y Compañía, consultora especializada en la creación, instalación y funcionamiento de franquicias.

Tubo a la luz del día

"Cuando la gente escucha ‘clases de tubo', se imaginan un antro todo oscuro y con luces de neón, pero no, es todo lo contrario", explica Jezabel Olmos.

Gravity es una de las 185 marcas de franquicia de cuidado personal, salud y belleza. Ferenz Feher, consultor especializado en franquicias, dice que éstas ofrecen las mejores oportunidades en el mercado.

En el país se está empezando a poner más atención en estos temas, afirma, y además "la cultura de la franquicia ha permeado de una forma importante en México".

Jezabel Olmos estudió la carrera de Relaciones Internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México.

Trabajó en el área de Migraciones en la Secretaría de Gobernación, pero tenía claro que eso no era lo suyo. Su distracción era hacer ejercicio y siempre le llamó la atención hacerlo en un tubo.

"¿Qué mujer no se ve sexy en un tubo?", dice, entre risas.

Era tal su interés que descubrió que nadie enseñaba esta modalidad de ejercicio en México. Buscó en internet y encontró a una instructora inglesa que le mandó un tubo y una guía de ejercicios para usarlo.

"No es un tubo de herrero", apunta mientras señala uno de los 10 que tiene instalados en su gimnasio de Polanco. Conforme perfeccionó la técnica para usarlo, empezó a entrenar con sus amigas, perfeccionó sus rutinas y aprendió más sobre esta innovadora forma de hacer ejercicio. Con el tiempo se adentró en el mundo del fitness y se fue a Las Vegas a certificarse como instructora de tubo ante la Aerobics and Fitness Association of America (AAFA).

En 2006, regresó a México y dio clases particulares. Entre sesiones creó un sistema y una metodología específica para las clases que dividió en 10 niveles. Lo certificó ante la AAFA y lo convirtió en el primer curso de esta especialidad avalado por esta institución en América Latina. Así, inició formalmente el negocio de su gimnasio.

Los gastos de operación de Gravity son mínimos porque no se requieren otros insumos ni grandes inventarios, asegura Olmos. "El único gasto fijo es la renta del local y el salario de las instructoras", dice. Calcula que tener cuatro alumnas por clase, dos veces al día, es suficiente para el mantenimiento de uno de sus gimnasios.

La capacitación de las instructoras corre por cuenta de Olmos, que no sólo las prepara en la metodología del curso, sino también en primeros auxilios, porque así lo exige la certificación de la AFAA.

Estos detalles de la operación del gimnasio fueron los que llamaron la atención de Mariana Morgado y de Jimena y Nora Barrios. Las tres hicieron cuentas, el plan de negocio, constituyeron la sociedad y para mayo de 2011, cuatro meses después de solicitar la franquicia, encontraron el local ideal para instalarse en Satélite.

Así, la primera franquicia de Gravity arrancó en junio de 2011, con una instructora y 15 alumnas, repartidas en dos clases de una hora y media a la semana y que pagan entre 2,400 y 3,500 pesos cada dos meses. Hoy, la franquicia tiene cinco instructoras y alrededor de 100 alumnas, que van desde adolescentes acompañadas de sus madres hasta mujeres de 60 años. En este caso la inversión se recuperó después de un mes de funcionar, cuando el estimado es de seis meses, según Olmos. Por eso, dice, hay potencial de crecimiento.

Dar el paso para entrar al mundo de las franquicias en mercados poco tradicionales debe ser un proceso bien estudiado.

"No por llamarse franquicia se garantiza el éxito", asegura Feher.

La inversión para instalar una franquicia de Gravity va de 450,000 a 600,000 pesos. La cantidad varía si en el nuevo gimnasio es necesario tirar paredes, abrir espacios o ajustar la altura del techo a un mínimo de 2.40 metros para instalar los tubos, que tienen patente y son diseñados por una compañía especializada en biomecánica.

Además de la matriz en Polanco y la primera franquicia en Satélite, Gravity tiene gimnasios en la colonia Del Valle, Médica Sur, Zona Esmeralda y terminará el año con otras en Cuatitlán Izcalli y Lindavista. Olmos no tiene planes para abrir otras afuera del área metropolitana de la capital, pero no le huye a la idea. Reconoce que sería una nueva aventura porque no conoce las características de los mercados en otras ciudades del país.

"Si alguien quiere correr el riesgo conmigo, bienvenido", afirma.

El éxito de una franquicia radica en encontrar a la marca (franquiciante) que mejor se acomode a los intereses y perfil del inversionista (franquiciatario), explica Enrique Alcázar.

Un aspecto que no se debe pasar por alto al establecer una sucursal es no hacerlo porque es un negocio que esté de moda. El riesgo, dice Elizarrarás, es que por más rápido que crezca el negocio se pueda disipar por el cambio de las tendencias.

"Innovación es el nombre del juego, ahí está el éxito de una franquicia", apunta Pérez del Peral, de la Universidad Panamericana.

Bancarización genética

Un nicho único es el que atiende el Banco de Cordón Umbilical (BCU), el primero en Latinoamérica que ofrece la posibilidad de almacenar las células madre del cordón umbilical para el tratamiento de varias enfermedades de origen genético.

"No es tan complejo como parece", dice Mike Myslabodski, director de comercialización de la franquicia de BCU en México.

El negocio consiste en la criopreservación de células madre del cordón umbilical, que se recuperan al momento del parto en un proceso indoloro. BCU separa esas células y las congela a 196 grados centígrados bajo cero.

"Esperamos nunca usarlas, pero nos permite atacar enfermedades como la leucemia u otros padecimientos", explica Myslabodski.

Este proceso se utiliza desde hace 16 años y BCU lo introdujo a México hace 12. La franquicia tiene un costo de 23,000 dólares y bcu ya tiene 25 en ciudades como Los Cabos, Tuxtla, Chihuahua, León, Pachuca, Morelia, Cuernavaca, Monterrey, Puebla, Querétaro, Cancún, Hermosillo, Mérida y Veracruz. El negocio consiste en cobrar una cuota inicial de 11,000 pesos por el almacenaje de las células madre y una cuota anual equivalente a 125 dólares de por vida.

"Es como una caja de seguridad en el banco y el cliente usa las células cuando las requiera", dice el ejecutivo de BCU.

Myslabodski explica que no se necesita ser médico para tener una de sus franquicias, sólo tener espíritu emprendedor para comercializar el servicio. Asegura que el crecimiento del negocio es constante.

Gracias a que en esta franquicia se hacen paquetes de almacenaje que van de 10 años y hasta 50, los franquiciatarios tienen ganancias aseguradas por la duración del contrato de cada cliente. 

Este tipo de negocios demuestra que hay un cambio importante en los diferentes giros de franquicias, dice Elizarrarás.

Las franquicias en México representan 6% del PIB, según la AMF. Los especialistas coinciden en que esa cifra puede crecer en los próximos años, si las marcas en México se concientizan del rol que juegan en la economía del país.

En 2006, el gobierno federal creó el Programa Nacional de Franquicias (PNF) para apoyar a este sector comercial por medio de aportaciones económicas para la instalación de un negocio.

Desde ese año, el número de marcas que se hicieron franquicias en México se duplicó de 650 a las 1,302 actuales. Varios negocios que ya operaban, como Gravity o BCU, se convirtieron en franquicias y los puntos de venta también crecieron a más de 53,000.

Feher piensa que hay personas adecuadas para cada giro y al mismo tiempo hay conceptos atractivos y potencial de mercado en varios sectores. Esto ayuda a que una franquicia no sólo sea un negocio de momento y pueda crecer.

Sin embargo, como señala Norma Mondragón, coordinadora del PNF, dependiente de la Secretaría de Economía, aunque la gama de opciones para las franquicias no tradicionales es amplia, la popularidad del sector de comida y servicios sigue siendo muy alta.

Los modelos no tradicionales "sí hacen imagen y ruido, pero aún van lentos", dice.

Una razón, expone Enrique Alcázar, es la falta de comunicación dirigida. Para el consultor, cada rubro comercial se debe dar a conocer mejor.

"Es un motivo por el cual no se conocen marcas más allá de las tradicionales", dice, y sugiere que las marcas sean más creativas para darse a conocer.

"Muchos prefieren una marca posicionada porque se arriesga menos, pero hay otros que lo ven como una oportunidad de innovar en el comercio", asegura Alcázar.

Mercado para todos

"En franquicias no tradicionales, el porcentaje de éxito es bastante alto", asegura Guillermo Shiroma, director de Erotika Sex Shop, una tienda fundada en 1995 que en 2005 cambió de imagen para convertirse en boutique. Su objetivo era modificar la percepción negativa que tenía el negocio de manera de poder incursionar en un mercado más orientado a los centros comerciales.

El concepto gustó y se empezó a franquiciar en 2007. Como resultado, ahora hay 48 tiendas Erotika en el país y Shiroma dice que piensa abrir 10 más al año por los próximos cinco años.

Una franquicia de Erotika tiene una inversión mínima inicial de 360,000 pesos. Shiroma afirma que ésta es una alternativa de negocio bastante viable, sin tanta competencia como otros giros por ser uno poco explotado.

"Todo el año se consume sexo", dice.

Funerarias J. García López, una de las principales firmas de su ramo en México, es una marca de peso que evalúa entrar al mundo de las franquicias.

El mercado nacional ronda los 8,000 millones de pesos (mdp) anuales, según la funeraria. "Es un potencial de negocio bastante importante", enfatiza Óscar Padilla, director de Comercialización de la empresa. En México operan más de 4,000 funerarias. La mitad son ilegales y captan 25% del mercado, según el Consejo Mexicano de Empresas Funerarias.

García López ya tiene el modelo de franquicia desarrollado y continúa haciendo el análisis de mercado para ponerlo a trabajar. Lo que la detiene es la regulación en servicios funerarios en México, que no supervisa correctamente a los servicios irregulares, asegura Padilla.

"Estamos con pies de plomo -apunta-. Hay mucha gente interesada, pero existe un temor por esa incertidumbre jurídica en este giro de negocio".

Aunque el gran motor franquiciatario en México está en el giro de alimentos y bebidas, se empieza a ver nuevas tendencias en nichos interesantes de mercado, dice Elizarrarás.

"Con la correcta orientación y desarrollo pueden detonar un gran crecimiento", asegura.

El crecimiento de las franquicias no tradicionales refleja la estabilidad económica del país. Además, dice Feher, crear una nueva franquicia en una época de recesión y después de una crisis económica es un gran mérito. Muestra que afloró la creatividad de los empresarios.

"Lo importante no es la penetración de un marca -asegura Feher-, sino el cambio de mentalidad para crearlas".

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