El emirato omnipresente
Están en todas partes. En un mundo de capital escaso y economías en aprietos, la realeza catarí desplegó su fuerza financiera al adquirir edificios emblemáticos y clubes de futbol, bancos mundiales y marcas famosas. Pero no son sólo empresas y bienes raíces los negocios que atraen su atención. La riqueza del emirato, apuntalada por su condición de tercer país en reservas de gas natural a nivel mundial, es un arma potente en su búsqueda por lograr mayor influencia política a lo largo y ancho de un Oriente Medio en plena transición.
Abanderado de las revoluciones árabes, Catar llegó al rescate de los febriles gobiernos liderados por los islamistas en Egipto y Túnez con generosos paquetes financieros (ha invertido más de 5,000 millones de dólares para apoyar la economía egipcia). Es uno de los más enérgicos defensores de los rebeldes sirios, y anteriormente de los libios, ayudándolos a garantizar financiamiento y armas.
Un largo camino
Es una sorprendente transformación de lo que alguna vez fue un tímido y atrasado estado del golfo Pérsico que vivía a la sombra de Arabia Saudí, el gigante regional. A Catar, con una pequeña población de 1.9 millones de habitantes, de los cuales no más de 20% son ciudadanos nacionales, lo motiva su necesidad de diversificar la economía interna y su ambición por establecerse como una potencia regional. Si bien su autopromoción contrasta abiertamente con la discreta extensión del alcance global de Arabia Saudí, Catar es sumamente pragmático, y busca tener una fuerte presencia política y comercial en cada lugar en donde considera que hay poderes en ascenso.
Con su región en constante conflicto, el gasto del emirato en la búsqueda de alianzas globales es también una póliza de seguro para el país. Según la filtración de un cable diplomático estadounidense, luego de una donación de 100 millones de dólares después del devastador paso del huracán Katrina, el primer ministro Hamad bin Jassim al-Thani le dijo a un funcionario estadounidense: "Algún día podríamos tener nuestro propio Katrina". Esa tormenta inesperada podría llegar en la forma de un ataque de Estados Unidos a Irán, lo cual a su vez provocaría el cierre del estrecho de Ormuz y afectaría gravemente las exportaciones cataríes de gas natural licuado.
Las ambiciones de Catar están bajo el mando del emir, Hamad bin Khalifa al-Thani, y en parte son puestas en práctica por el primer ministro. También está creciendo la participación del príncipe heredero, Tamim bin Hamad al-Thani, como parte de su preparación para la sucesión.
Protagonismo contraproducente
Sin embargo, con esta hiperactividad llega también la controversia. La más reciente es una investigación de Reino Unido relacionada con unos pagos efectuados entre Barclays y Catar, para financiar las necesidades de fondos del banco en 2008. Las inversiones de Doha en Francia (que sopesa la posibilidad de apoyar financieramente un fondo que sería administrado por el ex presidente galo Nicolás Sarkozy) también han desatado reacciones políticas negativas. En el mismo Oriente Medio, Catar ha acumulado tanto detractores como admiradores. Algunos lo consideran un salvador y otros, como un entrometido malicioso. La gente cercana a la realeza catarí dice que están acostumbrados a la controversia, y que han tenido que apagar muchos incendios debido a la cobertura de Al Jazeera, el brazo mediático que los puso en el mapa mundial. Pero algunos de los asesores del emirato sugieren que sus líderes son particularmente sensibles a las críticas que mancillan la imagen de inversionistas astutos que intentan cultivar.
Catar dirige muchas incursiones extranjeras a través de Qatar Holding, el brazo de inversiones directas de la Qatar Investment Authority (qia, la Autoridad de Inversiones de Catar), el fondo de riqueza soberana, cuya base de activos alcanzó los 100,000 millones de dólares desde sus inicios en 2005. La qia se considera un apéndice de la política de relaciones exteriores de Doha, y establece inversiones conjuntas con fondos en estados socios, desde Indonesia hasta Libia.
"Lo que nos interesa principalmente es nuestro retorno sobre la inversión", dice Ahmad al-Sayed, ceo de Qatar Holding. "Después de todo, estamos invirtiendo en nombre de las generaciones futuras... sin embargo, si esto sirve también para crear sociedades importantes más allá del terreno de las ganancias, mucho mejor".
La única meta general en la estrategia de la qia es implementar "tácticas básicas, genéricas, inteligentes", asegura David Roberts, del Royal United Services Institute. "La estrategia es invertir mucho si se quiere el control, invertir si es una excelente oportunidad, invertir si se pueden garantizar aspectos políticos con esta inversión, invertir en industrias de importancia crítica, e invertir en distintos sectores y regiones".
Dos de los mercados favoritos de Catar son Reino Unido y Francia, donde varias empresas respaldadas por el Estado y algunos particulares son dueños de valiosos bienes raíces, como el edificio Shard en Londres o complejos sobre la avenida de los Campos Elíseos en París. La creciente presencia financiera de Doha la ha convertido en una aliada en la cual Londres y París confían cada vez más ante las crisis en Oriente Medio. También le otorga a Catar aliados europeos. En su más reciente demostración de interés en Reino Unido, Doha inició conversaciones para invertir más de 10,000 millones de libras esterlinas (más de 15,000 mdd) en proyectos de infraestructura, entre ellos, una inversión en un ‘superalcantarillado' subterráneo en Londres.
Los asesores financieros y los banqueros dicen que la prioridad de Catar pasó de lograr la mayor publicidad posible a obtener grandes retornos. También señalan el papel de poder desde las sombras del país en la fusión de Xstrata y Glencore como un ejemplo de una mayor sofisticación en su estrategia. "En el pasado, podían sellar grandes acuerdos y desaparecer, querían sólo los titulares", dice un asesor. "Pero ahora también quieren ganar mucho dinero".
LOS TENTÁCULOS GLOBALES DE LA FAMILIA REAL | ||||||||||||
Los líderes cataríes cultivan una imagen de inversionistas astutos. Su prioridad pasó de lograr la mayor publicidad posible a conseguir grandes retornos. El emir encabeza sus incursiones, el primer ministro pone en práctica los planes y el príncipe heredero tiene un papel cada vez mayor. |
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Jeque Hamad Bin Khalifa Al-Thani | ||||||||||||
Hamad Bin Jassim Bin Jaber Al-Thani | El emir se formó en la Real Academia de Sandhurst, en Reino Unido, y asumió el poder en 1995 luego de desplazar a su padre. | Jeque Tamim Bin Hamad Al-Thani | ||||||||||
El primer ministro es el arquitecto de la política exterior inconformista de Catar. | El príncipe heredero es el segundo hijo del emir. Su madre es la famosa jequesa Mozah, una de las tres esposas del emir. |
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