Usó su dislexia para triunfar en Cisco Systems

Padecer dislexia podría significar una batalla permanente para poder comprender y comunicar las ideas correctamente. Sin embargo, puede ser una capacidad que da las herramientas necesarias para sobresalir en el ámbito laboral. Así le sucedió al CEO de Cisco Systems , John Chambers.

Chambers aprovechó la condición que le fue diagnosticada desde los nueve años para reaccionar en uno de los sectores de mayor cambio y transformación en el mundo: el tecnológico.

“La habilidad de reinventarse es parte de eso. Cuando has sido humillado toda tu vida con una incapacidad como la dislexia, aprendes a conectarte emocionalmente con otras personas”, dice el directivo a Expansión en su edición trimestral CEO de alta gestión, correspondiente a mayo 2015.

La dislexia es un trastorno cognitivo que afecta la capacidad de comprensión de lectura y la fluidez en el habla. El Departamento de Psicología de la Universidad de Denver estima que este padecimiento afecta a entre 3 y 7% de la población mundial.

Chambers ha sido empleado de Cisco por 24 años y como CEO lleva 20. El 26 de julio de 2015 dejará el máximo cargo de la empresa y el ejecutivo Chuck Robbins tomará su lugar.

Una dislexia que genera millones

Bajo el liderazgo de Chambers, Cisco pasó de ser una firma que vendía routers, sistemas de redes y teléfonos IP, a una compañía que compite en los campos de la telepresencia, seguridad informática, analítica de datos y el internet de las cosas .

Cisco facturó 4,000 millones de dólares (mdd) en 1996, un año después de que Chambers se convirtiera en CEO. Al 2015 percibe ingresos anuales superiores a 47,000 mdd, según el reporte financiero de la tecnológica.

El ejecutivo quiere convertir a Cisco en el principal proovedor de la infraestructura que conecte sociedades, negocios, personas y hasta animales en los próximos 50 años. ExpansiónCEO lo entrevistó.

La dislexia, ¿puede crear un líder?

Es una combinación de cosas. Mis padres eran médicos, mi mamá trabajaba en psiquiatría y me enseñó sobre el coeficiente psiquiátrico . Mi padre es un buen empresario, sabía hacer dinero y me enseñó a ver las cosas a futuro.

Además, somos más producto de nuestros errores que de nuestros éxitos. Vi lo que le sucedió a IBM. Todos sabíamos sus problemas, pero la compañía no quería escuchar. Ellos creyeron que podrían vivir en el viejo mundo y dictarles a sus compradores lo que iba a suceder.

Yo mismo soy un producto de ver lo que no cambia. Soy disléxico y no puedo ir de la A a la C, intento pensar en A, B y Z, así que después de analizar todos los datos múltiples de diferentes fuentes los pongo a prueba.

¿Éstos son sus principios para hacer negocios?

Creo que es más una serie de cosas que me han permitido estar en el negocio tanto tiempo. Los principios para hacer negocios son otra categoría. No pretendo sacar del negocio a mis competidores o clientes. Quiero que ambos ganemos.

Por eso he logrado mantener a todos mis clientes y he continuado desarrollando nuestra relación. Es crear un modelo de ganar-ganar. Por ejemplo, si hacemos adquisiciones, las hago con un sistema de confianza.

He estado en negociaciones donde si no confío en la otra parte, me salgo del trato. Soy un firme creyente de la confianza que da un apretón de manos.

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Entonces, ¿cuáles son los secretos de hacer negocios?

Se trata de tener la confianza interna y la creencia de que puedes y vas a ganar. Cuando hablo de que seremos los líderes, no lo digo como posibilidad: creo firmemente en que lo seremos. Y también tienes que jalar a tu equipo contigo porque hay muchos competidores en contra de ti.

Otras cualidades que lo ayudaron a mantenerse en la cima

La energía. Habilidad para mantener el ritmo de trabajo sin perder la capacidad de respuesta. “Soy como el conejo Duracell. Puedo trabajar sin parar y tener la misma energía”, dice.

La confianza.  Conocer a tu gente te dará la confianza de moverlos para mejorar y aprender habilidades. Un buen CEO debe ser capaz de armar equipos en beneficio de la organización.

La emoción. Conectarse con las personas y clientes de forma emocional permite generar afinidad con los ideales que persigue el CEO para la compañía.

 

Cisco en introspectiva

¿Qué le ha permitido a la empresa sobrevivir?

Siempre estamos enfocados en el cliente. Lo segundo es que nos enfocamos en las transiciones de mercado. Si estas transiciones no apuntaran hacia algo como el internet de las cosas, no apostaría por la tendencia.

Se trata de la cultura y de la gente. Somos amigables, pero somos una familia fuerte. Soy rudo, pero no en mi trato con las personas. En Cisco jamás he levantado la voz.

¿Es más difícil mantener ahora el ritmo de innovación y reacción a las nuevas tendencias tecnológicas?

En el trigésimo aniversario de la compañía le dije a los empleados que debemos estar muy orgullosos de lo que hemos logrado. Pero que si no nos mantenemos en constante cambio, podríamos quedarnos atrás.

Si no cambiamos ahora y rápido, nos perderemos una ventana de oportunidad para liderar. Creo que podemos ser la mejor y más exitosa compañía de Tecnologías de la Información (TI) .

¿Qué papel juega el CEO en la transformación de una empresa?

El CEO cambia la visión de la compañía, recluta personal, lo mantiene y debe despedir cuando sea necesario. Por último, yo jamás le pediría a alguien algo que no haría yo mismo. Nuestra cultura está en nuestro ADN.

No soy conflictivo en absoluto, pero si alguien nos robara algo, me pondría como animal salvaje. Aunque preferiría no pelear en primer lugar.

¿Quiénes son la inspiración de John Chambers?

La gente que me inspira son las startups jóvenes. Pude conocer a Jack Ma (fundador de Alibaba, sitio chino de comercio electrónico) ya hace 10 años y al presidente de Badoo (la red social) hace 12.

Respeto a muchas personas. El ex presidente Clinton es muy amigo y gran consejero. También lo es el ex presidente George Bush. Después hay un grupo de nonagenarios como Shimon Peres, presidente de Israel, de quien siempre aprendo algo cada que lo veo.

Por último, mi padre, que también me dio grandes ideas y grandes lecciones.