Las ventas de bienes raíces en Guerrero cayeron 40% en 2006, debido a más de 500 asesinatos en la entidad (100 de ellos en Acapulco) por las disputa entre los cárteles del Golfo y de Sinaloa.
“Bajamos 20% el precio de las propiedades para hacerlas atractivas”, dice Luisa González, presidenta de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios y dueña de Las Casas Aca.
Acapulco dejó atrás su era de glamour. Ahora es semillero de notas rojas. “Algunas matanzas son en otros lugares de Guerrero, pero la gente cree que es en Acapulco”, señala Lilia Pindter, gerente de Ventas de Ron Lavender y Asociados, con clientes como Sam’s, KFC, Pizza Hut y Denny’s.
Hasta 2005, Ron Lavender colocaba 30 casas al año de hasta 20 habitaciones; en 2006 vendió 12 propiedades. En octubre llegó a la oficina de Pindter una italiana jubilada que adquirió una propiedad hace 15 años. “Me regreso a Europa”, dijo mientras mostraba un diario con las fotos de siete asesinatos. “Les dejo mi casa para que la vendan”.
El municipio intenta limpiar la imagen del puerto eliminando el impuesto por la adquisición de inmuebles para promover la inversión. Gracias a eso, en octubre inició la construcción de Costa Ventura, un desarrollo de 186 departamentos de lujo en seis torres, un centro comercial, y un hotel Gran Turismo con 450 habitaciones, con inversión de 9 MDD. Todo Esto, junto con 40 proyectos residenciales y comerciales se desarrollan en Punta Diamante.
“No sé qué vamos a hacer con tanto inmueble”, se pregunta Héctor Huerta, director de Century 21 en Acapulco. En abril, Huerta perdió tres clientes por la noticia de las decapitaciones de tres policías. “Si la violencia continúa, sólo los narcos querrán las propiedades”.
En los 80 y 90, el cártel de Sinaloa utilizó prestanombres para crear constructoras y adquirir inmuebles en Mazatlán, Culiacán y Puerto Vallarta. Para evitarlo, los agentes inmobiliarios de Acapulco buscan clientes de alto nivel, como Luis Miguel o Plácido Domingo, con la finalidad de dar abolengo al lugar.