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Lo que no se dice al decir adiós

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lun 19 febrero 2007 12:00 AM

Ésta es una frase con una larga tradición, que sale de la sala de juntas de los corporativos con aparente sinceridad: "Queridos accionistas y público en general: ‘nuestro confiable ejecutivo renuncia para pasar más tiempo con su familia’".

En algunas ocasiones es cierto. La familia jala, pero los grandes recortes de personal y los problemas de imagen de los corporativos han hecho más común que la frase sea parte de un acuerdo de terminación laboral cuidadosamente escrito. Un ejecutivo que sale despedido o que renuncia, desacreditado, suele aceptar con presteza estos términos. "Hay dos expresiones clave: Una es ‘pasar más tiempo con su familia’ y la otra es ‘se va para atender otros intereses’", comenta Hal Reiter, de Herbert Mines Associates, una firma que recluta ejecutivos de Nueva York. "¿A quién están engañando?"

Ejecutivos de Sprint Nextel, eBay y 3Com usaron esta frase en 2006, como hicieron en los últimos cinco años los ejecutivos de Enron, Kmart, Zales, Qwest, Pepsi, DoubleClick. Una revisión a los acuerdos de terminación laboral revela, por ejemplo, que la compañía Zales estipuló que "podrá suspender cualquier pago" a su directora ejecutiva, Beryl B. Raff, si llegara a hacer comentarios a su salida. Raff renunció en 2001, tras pobres resultados. Al momento de su salida, le dijo a un reportero: "Esta tarde manejaré en carpool (el carril exclusivo para autos con más de un pasajero). Y mi hijo está muy emocionado por eso". Pero esa emoción le duró poco y Raff inició un nuevo trabajo como vicepresidenta senior de J. C. Penney tres meses después.

La frase del ‘tiempo familiar’ es popular también entre los políticos, aun aquellos envueltos en el escándalo. Este argumento ganó ímpetu en 1997 cuando Brenda C. Barnes anunció que dejaba su trabajo como directora ejecutiva de Pepsi-Cola Norteamérica para dedicar más tiempo a sus hijos. Esto provocó un debate público sobre el conflicto carrera-familia que experimentan muchas mujeres, y legitimó el uso de la frase. Barnes nunca se retiró, y ahora es directora ejecutiva de Sara Lee. Antes que ella, en 1956, Allan Sproul renunció al cargo de presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, con el mismo argumento.

En las siguientes décadas, a esta frase la acompañaba otra cándida oración o dos. Pero hoy día lleva muy escasa explicación. La razón, dicen las fuentes, es que es una táctica para salvar la cara. En noviembre de 2002, Afshin Mohebbi, que se perfilaba como una naciente estrella en las telecomunicaciones, renunció a su puesto de presidente y director de Operaciones de Qwest para "pasar más tiempo con su familia". La renuncia de Mohebbi ocurrió cuando el Departamento de Justicia investigaba un escándalo contable en la compañía. En 2003, Daniel P. Burnham dejó el cargo de director ejecutivo de Raytheon Company anunciando su intención de pasar más tiempo con su familia y dar clases. Este año, después de una larga investigación de la Securities and Exchange Commission o sec (Comisión de Bolsa y de Valores), sobre prácticas inapropiadas de contabilidad de Qwest, Burnham acordó reembolsar bonos por 1.2 millones de dólares. Este hombre de 60 años comentó que durante 30 años trabajó un ‘número descomunal de horas’ y que nunca tuvo suficiente tiempo para su familia. Ahora, asegura, lo tiene. Scott Moss, un experto en Derecho laboral de la Universidad Marquette, en Milwaukee, considera muy sospechosa la frase cuando es dicha por personas que han pasado décadas en la oficina. "Es poco creíble que alguien descubra de pronto la alegría de la vida familiar en sus tardíos cincuentas, después de 30 años de haber sido un workaholic", comenta.

Hay algunos otros que se rehúsan a entrarle al juego. Cuando Carleton S. Fiorina fue despedida del cargo de directora ejecutiva de Hewlett Packard, en 2005, la mesa directiva le sugirió decir que quería pasar más tiempo con su familia. "Yo dije no. Ésa no es la verdad", recordó Fiorina, que se fue con una liquidación de 21 millones de dólares.

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Ahora que los altos cargos se han vuelto más demandantes, hay ejecutivos que están abandonando sus puestos por esta razón. Stephen Collins dejó la direccción financiera de DoubleClick, en 2001, pues se sentía ‘más infeliz que nunca’. Como le ocurrió a la mayoría de las firmas de alta tecnología, el precio de las acciones de DoubleClick habían caído. "Tenía la tarea de mirar a los inversionistas y decirles ‘deben comprar mis acciones porque ésta es una gran historia’. Pero decidí que si no podía hacerlo con absoluta confianza, no debía continuar". Él se hizo cargo del negocio de su padre, anda mucho en bicicleta y cena con su esposa y sus tres hijas.

En algunos casos las razones son aún más complejas de lo que uno imaginaría. En noviembre de 2001, después de poco menos de un año en el empleo, Jeffrey N. Boyer renunció abruptamente como jefe de la oficina financiera de Kmart y meses después la compañía quebró. La opinión general fue que nadie hizo caso de las advertencias de Boyer. A la fecha, la sec ya acusó a dos de sus ex colegas por encubrir actos que condujeron al colapso. En una entrevista, Boyer declaró que, además de esto, las razones personales pesaron en su decisión. Unos meses antes le operaron un tumor en el nervio auditivo. Este hombre, que ahora es copresidente de la cadena de tiendas Michaels, se tomó 14 meses para sí y no se arrepiente. "No ganas nada a largo plazo si te vas y dices ‘me estoy yendo para pasar tiempo con mi familia’, y dos meses más tarde estas trabajando".

Mentir cuesta. Durante el juicio contra Enron, el fiscal Sean M. Berkowitz criticó a Jeffrey K. Skilling por haber dicho que dejó Enron en 2001 para pasar más tiempo con su familia, cuando en realidad buscó ocupar una vacante en Lucent Technologies. Y en hp, Fiorina no fue la única que se negó a dar esa explicación. Según documentos de la corte, cuando Thomas J. Perkins le avisó al consejero externo de hp, Larry W. Sonsini, que renunciaba a su cargo en protesta por lo que él consideraba prácticas engañosas de la compañía para reunir información, le dijo: "No te atrevas a decir que renuncié para pasar más tiempo con mis hijos".

New York Times News Service

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