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Quisiera crecer

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mié 18 octubre 2006 12:00 AM

Banco del Bajío ya levanta los cimientos de la institución que quiere ser dentro de 10 años… literalmente. El edificio corporativo de cuatro pisos que inauguró Vicente Fox en diciembre de 2000, en la ciudad de León, Guanajuato, ya les queda chico. En aquel entonces tenían sólo 20,000 clientes y 20 sucursales. Hoy suman 100,000 clientes y operan 97 filiales. Por eso construyen unas nuevas oficinas de nueve pisos en una superficie de 10,000 metros cuadrados.

“Nos ayudará a soportar la expansión del banco los siguientes seis años”, dice Carlos de la Cerda, director general de la institución financiera. Si en ese tiempo vuelven a absorber el espacio, el terreno todavía cuenta con 20,000 metros cuadrados de reserva.

Este edificio en ciernes refleja el momento que pasa Bajío. El banco regional opera en la franja del centro y norte del país, en 17 estados y 32 ciudades. Pero entre sus planes destaca convertirse en un organismo nacional en menos de una década. También pretende cotizar en el mercado de valores, poseer una casa de bolsa, abrir una aseguradora y convertirse en el sexto banco del sistema, por arriba de Inbursa (que en la actualidad duplica el monto de sus activos) y de Banco Azteca.

De la Cerda confía lograrlo con las nuevas estrategias de su equipo: “Estamos cosechando lo que hemos sembrado”. Si bien sus activos al cierre de 2005 (39,209 millones de pesos) apenas representan 1.7% del total del sistema, crecieron 54.1% respecto del año anterior.

Además de la expansión geográfica, su plan incluye la diversificación del negocio. Se ha especializado en el segmento de agronegocios, préstamos gubernamentales y atención a la mediana empresa, donde concentra 80% de su cartera. Pero hoy le apuesta al negocio hipotecario y al de las micro y pequeñas empresas.

Sus nuevos proyectos los apuntalan con aportaciones de capital de sus accionistas. En 2005 fueron 969 MDP y al cierre de este año habrá otros 1,000 MDP más. Entre estos recursos se incluyen la participación de su socio español Banco de Sabadell y la de la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), entidad del Banco Mundial que invirtió 45 millones de dólares en agosto pasado a cambio de 10% de la institución. “Nuestra estrategia es apostarle al crecimiento”, refiere De la Cerda. Y éste es su proyecto.

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De regional a nacional
Llevar el nombre de una región del país no es una limitante para aspirar a ser nacional y hasta global. Dos casos emblemáticos son Banco Santander, la décima institución financiera en el mundo (por capitalización bursátil) y Banco Bilbao Vizcaya, el segundo banco más grande de España.

El nombre fue sugerencia de Pedro Aspe, cuando era secretario de Hacienda. A principios de los 90 propuso a un grupo de empresarios de la zona que revivieran el antiguo Banco del Bajío. Así comenzó a operar esta institución en diciembre de 1994, sólo 17 días antes de que explotara la crisis financiera.

La institución enfocó su crecimiento en una región que concentra 85% de la actividad económica, y una decisión estratégica la tomaron en 1998, cuando vendieron 10% del banco al español Sabadell, el cuarto en el sistema bancario de aquel país. “Necesitábamos inversionistas institucionales que supiéramos que no iban a ser rebasados en su capacidad de ayudarnos”, explica De la Cerda.

Ahora quieren ser nacionales. En 2001 tenían 24 sucursales y desde entonces han agregado en promedio 12 anuales. Este año terminarán con 105 y en 2007 agregarán 30.

Pero la expansión cuesta. Sus gastos de operación representaron 51% de sus ingresos en 2005, cuatro puntos menos que un año antes. “Para ser un banco con un número reducido de sucursales, todavía puede haber mejorías importantes en términos de eficiencia”, menciona David Olivares, vicepresidente para Bancos en América Latina de la calificadora Moody’s.

Al cierre de junio de este año, de cada 100 pesos que ingresaron al banco 42 se fueron a gastos.

Carlos de la Cerda lo atribuye a su estrategia de crecimiento que se basa en la fortaleza del banco en la región central, en estados como Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes, San Luis Potosí, Nuevo León y Jalisco, donde está 35% de su cartera. De ahí se extienden lateralmente. “Es una forma de optimizar los costos de la administración central”, afirma. Cuando la cartera crece arriba de 1,000 MDP es momento de abrir otra sucursal.

La institución se jacta de hacer rentables sus sucursales en un año en lugar de dos, como la mayoría de los competidores. “Es una expansión gradual con un enfoque conservador”, señala Olivares.

De hecho, para llegar al sureste del país y completar la cobertura del territorio nacional, el banco no lo piensa hacer solo. Ahora está en pláticas con el mayor banco de Guatemala, Banco Industrial, para hacer una alianza e incursionar en la región. Este plan se concretaría en 2008 si son positivos los estudios de factibilidad que ahora están realizando.

Además de ser austeros buscan su rentabilidad colocando créditos para pymes, de vivienda y una gama de créditos de consumo que incluye la tarjeta de crédito, de auto, nómina y personales.

El valor de la experiencia
Bajío ha sabido, desde que nació, que si presta dinero, no hace negocio. Al primer semestre de 2006, su cartera sumó 33,309 MDP, 3,000 millones más de lo que tenía al final de 2005. El incremento en el volumen de sus activos tiene que ver con su participación en nuevos negocios y la consolidación de su participación en segmentos en los que se ha especializado.

Para los analistas, sin embargo, lo más importante es la calidad de estos créditos. “Más allá de su expansión, lo que ha sido productiva es su cartera”, asegura René Ibarra, director de Instituciones Financieras de Fitch Ratings.

Durante sus inicios, el banco orientó sus actividades crediticias hacia el sector de agronegocios, fondeándose con recursos de FIRA, fideicomiso del Banco de México. Como nació antes de la crisis financiera, la institución tenía una cartera limpia y vio una oportunidad de negocio en los segmentos que en ese momento no atendían los grandes bancos, ocupados en cobrar los créditos morosos y en hacer frente a sus quebrantos.

El crédito a agronegocios representa 20% de su cartera. Pero la rentabilidad del banco en este negocio es moderada al manejar tasas subsidiadas. “(Este tipo de créditos) dejan una rentabilidad de uno a dos puntos porcentuales, aunque un menor nivel de pérdidas (esperadas) significa mayores utilidades”, advierte Olivares.

El año pasado, los créditos rurales del Bajío llegaron a 350,000 productores, la mayor parte de ellos con ingresos anuales de 120,000 pesos. Actualmente y desde hace tres años, el banco es la institución financiera que mayor participación tiene en los descuentos FIRA, superando a grandes bancos como BBVA-Bancomer, HSBC o Banorte. En 2005, el organismo gubernamental colocó fondos por 49,000 MDP, de los cuales 23% fueron canalizados por Bajío. Dicha participación era apenas de 14% en 2001. El banco también emplea las garantías que vende el organismo, de hecho 60% del fondeo que utilizó en 2005 tenían su respaldo.

La prolongada relación de negocios le traerá otros beneficios. “El siguiente año empezaremos con precios diferenciados de garantía, eso reconocerá el comportamiento de las instituciones que participan con nosotros”, afirma Claudio García, director de Promoción de Negocios de FIRA.

Su participación en créditos a estados y municipios, donde igualmente el perfil de riesgo es moderado por tener garantías a través de participaciones federales, llegó a representar 23% de su cartera. Tener un volumen tan considerable les permitió sacarlos de su balance a través de una bursatilización. Según los analistas, es la primera que se hace en México de créditos otorgados a gobiernos estatales, municipales y entidades paraestatales. La emisión de certificados fue por un total de 4,385 MDP. “El banco incrementa así liquidez que utiliza para otorgar más créditos”, explica Ibarra.

Por la vivienda y LAS pymes
La calificadora Standard & Poor’s dice que los bancos autorizados en los años 90 han sobrevivido gracias a su especialización. Pero después de 10 años su participación aún es baja (7% de los préstamos). “Deben lograr una mayor diversificación de ingresos y mejorar su flexibilidad financiera”, recomienda la calificadora. Para Carlos de la Cerda, llegó el momento del crecimiento para Bajío. “Hoy alcanzamos un nivel que le permite al banco lanzarse a cosas más grandes”, señala.

En el negocio financiero, el tamaño sí importa. “Los bancos tienen mejores márgenes en la medida que sean más grandes y tengan una cartera más diversificada”, asegura Carlos González, analista de Ixe Casa de Bolsa.

Desde 2004, el banco comenzó a crear su cartera de vivienda. Ese crédito hoy representa 18% de la cartera del banco. Casi la mitad de dichos préstamos se han canalizado a través de las sofoles adquiridas en abril de 2005, Hipotecaria Vanguardia y Operaciones Hipotecarias de México. Con ellas, el banco incursionó en el financiamiento de créditos puente y de vivienda de interés social.

“Adquirir una sofol para un banco es una forma sencilla de entrar al negocio. En la sofol donde vienen las ganancias es en el volumen”, agrega González. El capital de ambas sofoles sumó 514 MDP a junio de este año, 25% más que el que tenían cuando fueron adquiridas. Las sinergias que han estructurado entre el banco y las hipotecarias van desde obtener un fondeo más barato hasta colocar más tarjetas de crédito.

Bajío también le apuesta a darle crédito a micro y pequeñas empresas, uno de los sectores menos bancarizados del país. La más reciente encuesta del Banco de México apunta que 66% de las pequeñas empresas del país se financian aún a través de sus proveedores.

Banco del Bajío realiza un inventario de las firmas existentes en cada plaza y asigna a un promotor en cada sucursal para promover los programas. Si bien se trata de un nicho nuevo para el banco, el perfil de riesgo es moderado pues la institución hace uso de los programas de fondeo y garantías de Nacional Financiera.

En 2005, la cartera del banco en este segmento era de 500 MDP, a julio de este año suma 900 MDP. En tres años esperan que represente 15% de su cartera. Ibarra, de Fitch, tiene sus reservas en este negocio. El de las pymes es un sector en el que compiten los cinco bancos más grandes y algunos bancos de nicho.

Los analistas coinciden en que la diversificación de sus fuentes de fondeo es aún uno de sus mayores retos, pues alrededor de 43% de éste depende de los fondos de fomento mientras que sus depósitos a plazo representan 45% y los depósitos a la vista, el más barato, apenas 12%.

Más capital
Para equilibrar su balance, Banco del Bajío ha realizado diversas inyecciones de capital. Desde el año pasado, el banco convirtió en socios a algunos de sus clientes. Entre 800 de ellos repartió 25% del capital. “Así logramos el arraigo y atención integral a nuestros clientes”, se lee en el último informe anual de Bajío.

Este incremento de capital sirve para soportar el crecimiento de los activos y la infraestructura del banco. Pero la importancia de la participación de accionistas institucionales, como Sabadell y el IFC, va más allá.

Cuando el centenario Sabadell entró como socio, en 1998, desarrolló el área internacional del banco y el negocio de comercio exterior. Fue una primera luna de miel. Ya para mayo de 2005, el banco español incrementó su participación de 10 a 20%.

Su socio más reciente, IFC, ha invertido 5,600 millones de dólares desde 1956, en el sector industrial y financiero. Además de Bajío tiene participación en la sofol hipotecaria Su Casita y en la institución crediticia Compartamos.

A decir de Manuel Reyes-Retana, oficial de inversión en México de IFC, lo que les llamó la atención sobre Bajío es que atiende mercados cuya competitividad le interesa promover al organismo internacional, como las pymes y los agronegocios. Además de aportar capital, su intención es ayudarlos a implementar prácticas bancarias con estándares internacionales y un sistema de buen gobierno corporativo.

De la Cerda, con 23 años de experiencia en el sector bancario, no descarta que en ocho años logre listar a Bajío en la Bolsa Mexicana de Valores. Éste es el tiempo aproximado que durará la sociedad con IFC. “Queremos dejar de una vez por todas las connotaciones de banco pequeño”, asegura. Si cumple este plan, es muy probable que lo logre.

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