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Levanta la voz

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sáb 04 enero 1000 11:23 PM

Si hay una telefónica que ha cambiado en el diná­mico mundo de las telecomunicaciones, es Alestra, la operadora de Grupo Alfa y de AT&T. Tras abrir hace 10 años el negocio de larga distancia, para competir con Telmex, ahora busca un espacio propio para redefinirse, tanto por mercado como por las imposiciones del desarrollo tecnológico.

Más que en llamadas, de larga distancia o locales, Alestra se enfoca ahora en los servicios de valor agregado. No es el producto lo que importa, sino lo que la empresa quiere vender a sus clientes. Esa tendencia ha dado resultados. En términos de flujo operativo, dos terceras partes del negocio son en servicios de valor agregado y apenas una tercera viene de los servicios de voz y tradicionales.

“(Alestra) se ha transformado de una empresa centralizada en voz a una centralizada en datos”, menciona Raúl Ortega Ibarra, director regulatorio y jurídico de la empresa. En ese esfuerzo, también se ha convertido en el segundo proveedor de conexión a internet, fortalecido con la compra de la cartera de AOL México, de unos 75,000 clientes.

El camino no ha sido fácil. Hace años, ante el público consumidor, Alestra era un proveedor de larga distancia, y punto. Ni idea de que detrás tenía a AT&T. Con inversiones de más de 2,000 MDD en 10 años, muchos destinados a construir su marca, Alestra apenas pudo hacer mella a Telmex, tanto en larga distancia como en telefonía local, lo mismo que otras firmas como Maxcom y Axtel, dueña ahora de Avantel.

En este escenario, a las empresas de telefonía que entraron a competir inicialmente por el mercado de larga distancia ‘les crecieron los enanos’. El avance tecnológico propició que ese servicio se volviera algo básico, un commodity. Así, a la empresa le cuesta lo mismo una llamada a Pachuca que a Sydney, y el precio del servicio ha caído 60% en términos reales desde 1997. Aunque el tráfico de larga distancia creció en más de 4.5 millones de minutos entre 2004 y 2005, los ingresos totales de la empresa bajaron de 5,030 MDP a 4,071 MDD en ese lapso.

“La larga distancia y el servicio local no tienen tanta diferencia en costo, le hemos dado la vuelta a ese esquema”, dice Ortega, y asegura que Alestra usa a su favor lo que antes era una némesis para las telefónicas: el protocolo IP, bajo el cual operan los nuevos servicios de telecomunicaciones. Y reconoce su limitante –algo que sólo Telmex hace–: llegar a todas las casas con fuerza, la llamada ‘última milla’. “Es el gran cuello de botella en nuestro mercado”, puntualiza.

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Con Telmex dominando hasta 95% de los segmentos de mercado, las demás telefónicas han recurrido a todo para subsistir, y no ha sido fácil. Alestra, Avantel o Axtel son una justificación para decir que hay competencia en telecomunicaciones. Lo que sí es claro es que los bancos no resultaron buenos operadores: Alfa compró a Bancomer su parte de Alestra y Banamex recién vendió Avantel a Axtel.

¿Felices primeros 10 años?
Jim Harper, director de Análisis Corporativo de BCP Securities, considera que a una década de iniciadas sus operaciones, Alestra no está tan bien como se esperaba, “pero tiene un negocio sostenible en el corto y mediano plazo”. En cuanto a los cambios en su estrategia de negocios en este tiempo, Harper indica: “La modificación más importante ha sido dejar de enfocarse larga distancia y poner toda la atención en datos, internet y servicio local”. El negocio de larga distancia de la empresa ‘está flojo’, sobre todo por la presión de la baja en precios, pero está creciendo bien el negocio de transmisión de datos, internet y servicio local, que representan actualmente más de la mitad de los ingresos de la compañía, agrega.

Los ingresos de Alestra en el primer trimestre de este año sumaron 93 MDD, es decir, 2% menos que los 95 MDD del trimestre anterior. Pero durante el segundo trimestre de 2006 la venta de servicios de valor agregado sumó 49 MDD, 2% más que lo reportado en el primer trimestre de 2006 y 13% superior a las ventas del segundo trimestre del año pasado. Los servicios de internet (ya con la cartera de AOL) y telefonía local fueron 52% del negocio en el segundo trimestre de 2006. Así, a pesar del bajón en larga distancia, Alestra luce bien. “Han ejecutado con disciplina su plan de negocios y eso les hace lucir en el mercado”, señala Ernesto Piedras, director de la consultora The Competitive Intelligence Unit.

Alfa
En julio, Grupo Alfa (casi 70,000 MDP en ventas en 2005, y la número 16 entre las 500 de Expansión) adquirió 49% que BBVA-Bancomer tenía de Onexa (subsidiaria de Alfa que controla la participación mexicana en Alestra). Así, Alfa se quedó con 51% de la telefónica y AT&T con el resto. “La salida de Bancomer es buena porque las instituciones financieras no han demostrado ser eficientes manejando telecomunicaciones”, dice Piedras.

Para Ortega, esto permite a Alestra tomar decisiones estratégicas de forma ‘más ágil’, algo necesario en vista del acuerdo de convergencia (base del ‘triple play’, con que las firmas de telecomunicaciones pueden dar servicios de voz, datos y televisión de paga) recién implantado.

El siguiente paso es el contenido y Alestra examina el esquema a seguir. “Ya sea solos o en alianza, tenemos que ofrecer todos los servicios que el mercado nos demande”, menciona Ortega.

Un rayito de luz
Después de que en septiembre la Comisión Federal de Telecomunicaciones dio su visto bueno para que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) participe en esquemas de suministro de servicios de banda ancha, Alestra reportó buenos resultados de las pruebas que hizo en la red de la paraestatal en Monterrey y descubrió que puede cubrir la ‘última milla’ sin depender sólo de Telmex para salvar la brecha. “Nos consta que la tecnología funciona”, dice Ortega. Ahora habrá que esperar que el gobierno y el Congreso emitan una regulación que permita conectar a todo el país con la red de la empresa energética. Cabe señalar que la CFE no daría el servicio por sí misma, sino que arrendaría su red a los proveedores. En consecuencia, se tendría que definir cómo participarían las compañías de la industria de telecomunicaciones.

La piedra en el zapato
Si Alestra ha sufrido por la merma de ingresos en larga distancia, la pizarra para el corto plazo dice: “Alerta”. A partir del primer minuto del 4 de noviembre arranca en el país el esquema ‘El que llama paga nacional’, con el que las llamadas a celular las pagará la parte que llame, sin importar su ubicación en el país (no sólo a escala local, como hasta ahora).

Como era de esperarse, Telmex (que cobrará millones por tráfico en su red), así como las empresas celulares (Telcel, Iusacell o Unefon) están de plácemes. En contraparte, las telefónicas fijas se niegan a aceptarlo. El acuerdo establece que los operadores de larga distancia paguen a los operadores móviles por el servicio de terminación de la llamada una tarifa de 1.54 pesos por minuto o fracción por cada llamada.

“No nos oponemos al esquema en sí”, dice Ortega. “Nos oponemos porque se discrimina al usuario de línea fija, pues pagaría más del doble de lo que paga el de línea móvil”.

El riesgo es que podría darse una migración de tráfico de la red fija a la móvil. “La disparidad de precios la causa el pago de la tarifa de interconexión que los operadores fijos hacemos para terminar en las redes móviles”, añade el ejecutivo.

Alestra ha buscado reducir la tarifa de interconexión que se paga al momento de terminar las llamadas en las redes móviles, sin éxito. Por ello, interpuso un juicio de nulidad contra la resolución emitida por la Cofetel, en abril de este año.

Si el esquema entra en función como se espera, Alestra tendría una merma de hasta 3 MDD al año, asegura un analista del sector de las telecomunicaciones. Ernesto Piedras, por su lado, deja ver que la postura de Alestra suena más a capricho. “Han reducido su vulnerabilidad ante la caída del precio de la larga distancia. Están relativamente a salvo”, afirma.

Y no hay para dónde mover a Alestra. Sobre un plan ‘B’, ante la entrada de ‘El que llama paga nacional’, Ortega enfatiza: “En la media que nos otorguen la suspensión judicial contra esa medida, no estaremos obligados a pagar esta tarifa de interconexión que la autoridad ha decidido”, dijo.

Y como antecedente, está la opinión que emitió el año pasado la Comisión Federal de Competencia, de que a la introducción de ‘El que llama paga nacional’ debió precederla una baja considerable en las tarifas de interconexión.

En otras palabras, si se quiere beneficiar a usuarios de telefonía fija y móvil en servicio local y larga distancia, tiene que haber una baja considerable en las tarifas de interconexión en general.

En cualquier caso, Alestra tiene su meta clara: además del usuario casero, al que ya llega con servicios de voz y datos, el segmento corporativo será su enfoque. Se trata de la verdadera veta de oro, con valor de más de 12,000 MDD.

El empuje de Alestra se hace notorio en el servicio que da a firmas como Quálitas, la aseguradora de autos que controla 13.5% de su mercado. Justo cuando Alestra se reestructuraba, Quálitas la consideró como proveedor de telecomunicaciones. “Para nosotros fue interesante ver que, con todo, ellos hacían una fuerte inversión y tenían claridad en innovación en su oferta y en sus servicios”, dice Emilio Martínez-Parente, gerente de sistemas de Quálitas.

La aseguradora ha estado con Alestra por cuatro años y la ha acompañado en su crecimiento. Actualmente Quálitas opera en todas las ciudades del país y con Alestra tiene telefonía, una red de fibra óptica a su servicio, radiocomunicación, líneas 01-800, servicios avanzados y servicios administrados de red.

“Hay competidores fuertes y rudos, pero el nivel empresarial que tenemos con Alestra hace una gran diferencia”, comenta el directivo.

Ernesto Piedras, el consultor privado, ve viabilidad en la telefónica. “Ya no hace falta el discurso de respaldo que les da una empresa del tamaño de AT&T. Migraron más a ser Alestra”, menciona. Habrá qué ver si la firma por sí misma puede dejar el estigma de ser sólo un proveedor de larga distancia.

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