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Brasil: menos balón, más escuela

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mar 25 junio 2013 01:21 PM
  • Nuevas protestas civiles se produjeron este 22 de junio en decenas de ciudades brasileñas en el marco de la Copa Confederaciones de futbol.
  • Las tensiones estallaron fuera del partido entre México y Japón, donde la policía lanzó gases lacrimógenos.
  • En Brasilia, miles de personas marcharon por los derechos de las mujeres, mientras que un grupo pequeño protestó contra el uso de dinero público para construir estadios para la Copa Mundial del futbol.
  • Las protestas que se extendieron por Brasil en la última semana parecen haber salido de la nada.
  • El 20 de junio más de un millón de personas tomaron las calles para quejarse por los transportes públicos y hospitales deficientes, la corrupción y las escuelas de mala calidad, entre otros temas.
  • Las manifestaciones, las más grandes de la nación en dos décadas, han atraído a jóvenes estudiantes y a la clase media.
  • La mayoría de la protestas no ha sido violentas, pero algunas acabaron con actos de vandalismo y saqueos, lo que ha provocado rechazo entre muchos brasileños.
  • La presidenta Dilma Rousseff expresó su apoyo a las protestas, prometió frenar la violencia y pidió a los brasileños que sean generosos con turistas.
  • Nuevas protestas civiles se produjeron este 22 de junio en decenas de ciudades brasileñas en el marco de la Copa Confederaciones de futbol.
  • Las tensiones estallaron fuera del partido entre México y Japón, donde la policía lanzó gases lacrimógenos.
  • En Brasilia, miles de personas marcharon por los derechos de las mujeres, mientras que un grupo pequeño protestó contra el uso de dinero público para construir estadios para la Copa Mundial del futbol.
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  • Las protestas que se extendieron por Brasil en la última semana parecen haber salido de la nada.
  • El 20 de junio más de un millón de personas tomaron las calles para quejarse por los transportes públicos y hospitales deficientes, la corrupción y las escuelas de mala calidad, entre otros temas.
  • Las manifestaciones, las más grandes de la nación en dos décadas, han atraído a jóvenes estudiantes y a la clase media.
  • La mayoría de la protestas no ha sido violentas, pero algunas acabaron con actos de vandalismo y saqueos, lo que ha provocado rechazo entre muchos brasileños.
  • La presidenta Dilma Rousseff expresó su apoyo a las protestas, prometió frenar la violencia y pidió a los brasileños que sean generosos con turistas.
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