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Hallan posible tumba de emperador azteca

Arqueólogos descubren en el DF lo que podrían ser los restos del emperador Ahuitozl; gobernaba cuando llegó Colón y sería la primera tumba de un emperador azteca jamás hallada.
vie 03 agosto 2007 01:52 PM

Un grupo de arqueólogos mexicanos provistos de radar de penetración subterránea han detectado la presencia de cámaras que podrían contener los restos del emperador Ahuizotl, que gobernaba a los aztecas cuando Cristóbal Colón desembarcó en el Nuevo Mundo. Sería la primera tumba de un gobernante azteca jamás hallada.

El descubrimiento podría abrir una extraordinaria ventana a la civilización azteca en su apogeo. Ahuizotl, un constructor de imperios que extendió el ámbito azteca hasta Guatemala, fue el último emperador en completar su gobierno antes de la conquista española.

Las versiones escritas por sacerdotes españoles sugieren que el área era utilizada por los aztecas para cremar y enterrar a sus gobernantes. Pero nunca se ha hallado la tumba de ningún gobernante azteca, en parte debido a que los conquistadores españoles construyeron su propia ciudad sobre el centro ceremonial azteca, dejando detrás estructuras coloniales de demasiado valor histórico como para removerlas en pos de excavaciones.

Uno de esos edificios coloniales resultó tan dañado en un terremoto en 1985 que tuvo que ser derribado, lo que dio a los expertos la primera oportunidad de examinar el sitio junto a la plaza del Zócalo en la capital mexicana, entre la catedral metropolitana y las ruinas de la pirámide del Templo Mayor.

Los arqueólogos dijeron a la Associated Press que localizaron una entrada de dos metros cuadrados a la tumba situada unos cinco metros bajo tierra. La entrada está llena de agua, piedras y lodo, lo que obliga a los trabajadores a excavar cuidadosamente suspendidos de eslingas. Un sistema de bombeo mantiene reducido el nivel del agua.

''Aparte lo estamos haciendo muy, muy despacio... porque la responsabilidad es muy grande y queremos registrar todo'', dijo Leonardo López Luján, el arqueólogo del gobierno que encabeza el proyecto. ''Lo interesante de toda esta excavación es que es la primera vez que nos enfrentamos a un contexto así. Es sorprendente, creíamos que lo conocíamos todo, pero la realidad lo desmiente a uno. Es un contexto totalmente nuevo para nosotros y no sabemos cómo sea precisamente allí abajo''.

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Ya en el otoño esperan ingresar en las cámaras interiores -un espacio húmedo y de escasa altura -y descubrir las cenizas de Ahuizotl, que probablemente fue cremado en una pira funeral en 1502.

Para ese entonces, Colón ya había llegado al Nuevo Mundo. Pero el primer contacto de los aztecas con los europeos se produjo 17 años después, en 1519, cuando Hernán Cortés y su grupo de conquistadores marcharon sobre el valle de México y tomaron como rehén al sucesor de Ahuizotl, su sobrino Moctezuma.

Cuauhtémoc, hijo de Ahuizotl, sucedió a Moctezuma y encabezó la última resistencia a los españoles en la batalla por la Ciudad de México en 1521. Más tarde fue tomado prisionero y ejecutado. Al igual que Moctezuma, se desconoce dónde fue enterrado.

Como nunca se ha hallado ninguna tumba real azteca, los arqueólogos están en busca de lo desconocido. El radar indica que la tumba tenía hasta cuatro cámaras, y los científicos creen que hallarán en el piso numerosas ofrendas a los dioses.

''Obviamente se esperarían ofrendas y demás hasta atavíos, vasijas, ornamentos, seguro algunos objetos de uso personal del dignatario'', dijo Luis Alberto Martos, director de estudios arqueológicos en el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México. ''Seguramente debió haber toda una parafernalia allí, debió haber sido enterrado con exequias muy solemnes y ricas las ofrendas''.

La maldición de la tumba  -el agua- puede haber sido también su bendición. López Luján dijo que el agua en ese lugar tiende a preservar materiales como hueso, madera y resina de incienso, que han sido hallados en otras excavaciones en torno de la pirámide, prácticamente destruidas durante la conquista.

''Este sería un hallazgo muy importante para la arqueología azteca'', dijo Michael Smith, un arqueólogo en la Universidad Estatal de Arizona que no está involucrado en la excavación. ''Sería tremendamente importante porque proporcionaría información directa sobre la realeza, los entierros y el imperio que difícilmente obtendríamos de otra manera''.

Todos los indicios hasta ahora apuntan a Ahuizotl. El lugar está debajo de un enorme monolito descubierto recientemente que presenta un grabado de Tlaltecuhtli, la diosa azteca de la tierra.

Representada como una mujer con enormes garras y un chorro de sangre que le brota de la boca mientras se acuclilla para dar a luz, se supone que Tlaltecuhtli devoraba a los muertos para darles después nueva vida. La diosa era tan temible que los aztecas solían enterrarla de cara a tierra. Sin embargo, la actual mira hacia arriba.

En la garra que remata su pie derecho, la diosa sostiene un conejo y diez puntos para indicar la fecha ''10 conejo'', o sea, 1502, el año de la muerte de Ahuizotl.

''Es nuestra hipótesis que probablemente sea la tumba de Ahuizotl, el octavo rey'', dijo López Luján.

Todo artefacto vinculado a Ahuizotl daría enorme orgullo a México. La nación ha buscado infructuosamente recuperar artefactos aztecas como el ''Escudo de Ahuizotl'' emplumado y el ''Tocado de Moctezuma'' del Museo de Etnología en Viena.

''Imagínese, no es cualquier dignatario; los mexicas eran la sociedad más poderosa de su tiempo antes de la llegada de los españoles'', se entusiasmó Martos. ''Por eso sería tan importante la tumba de Ahuiztol eso que está aquí abajo''.

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