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Ciclistas del Tour tienen 'gran corazón'

Un estudio reveló que los corazones de los competidores son 40% más grandes de lo normal; las dinámicas de entrenamiento exigen mayor bombeo de sangre en el cuerpo del deportista.
mar 04 septiembre 2007 01:33 PM
Para competir en el Tour se necesita de un gran corazón. (Re

Para competir en el Tour de Francia hace falta fuerza, determinación y quizás un corazón 40% más grande de lo normal.

Un grupo de investigadores que analizó los corazones de ex ciclistas que participaron en el Tour determinó que los corazones de los deportistas eran entre 20 y 40% más grandes que el promedio, dijo Francois Carre, médico del Centro Hospitalario Universitario de Rennes, Francia.

Carre habló durante un encuentro de la Sociedad Europea de Cardiología.

''Ellos son un grupo especial'', dijo Richard Becker, profesor de medicina en la Universidad de Duke y portavoz de la Asociación Estadounidense de Cardiología, quien no tuvo relación con el estudio.

Durante mucho tiempo, los científicos han hablado del fenómeno conocido como ''corazón de atleta''. Los deportistas que entrenan duramente en disciplinas aeróbicas, como el ciclismo, el atletismo o la natación, tienden a tener un corazón más grande, que bombea más sangre al organismo.

Las paredes del corazón se vuelven más gruesas, a fin de soportar el volumen incrementado de sangre. Ello da a los atletas una ventaja, al aumentar sus niveles de oxígeno y mejorar su resistencia.

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El estudio de Carre, financiado por el gobierno de la provincia francesa de Bretaña, es quizás el primero en dar cuenta de lo que ocurre en el corazón de los atletas cuando dejan de entrenar.

Según exámenes médicos practicados en todos los ciclistas del Tour de Francia antes de que comience la carrera, la totalidad presentaba corazones agrandados, dijo Carre.

''Cuando uno ve la prueba cardiaca de un atleta, sabe de inmediato que no se trata de una persona normal'', señaló.

En su estudio, Carre analizó a siete ex ciclistas profesionales durante su último año de competencia, y tres años después del retiro. Detectó que sus corazones se redujeron casi una cuarta cuando dejaron de correr.

El doctor Alfred Bove, quien trabaja para el equipo de la NBA, 76ers de Filadelfia y preside el American College of Cardiology, dijo que en los atletas con corazones agrandados, el dopaje puede ser más peligroso que en las personas normales, pues el consumo de EPO puede hacer más gruesa su sangre aumentando el riesgo de infarto cardiaco o cerebral.

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