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Phelps: el precio de ser una celebridad

Tras su triunfo en el agua, el nadador de EU está desbordado por la agenda que le espera en tie recibió 5,000 mensajes, una llamada de George Bush y varias propuestas de negocios internaciona
mar 19 agosto 2008 10:48 AM
Michael Phelps apareció en revistas deportivas imitando la f

Michael Phelps se mueve por el agua como un delfín, pero cuando vuelve a pisar tierra firme, es como si estuviera en una pecera.

Al ganar una cifra récord de ocho medallas de oro en los Juegos Pekín, el superastro estadounidense de la natación se convirtió en forma instantánea en uno de los deportistas más reconocibles del mundo, y su vida ya no volverá a ser la misma.

El nadador terminó casi exhausto los nueve días de competencia en los que nadó 17 carreras, pero ahora necesitará aún más estamina para atravesar las próximas semanas.

El "fenómeno" ya se ha visto desbordado por llamados telefónicos, mensajes, entrevistas de prensa, compromisos con patrocinadores y una agenda de viajes agotadora, en una muestra rápida del elevado costo de la fama.

Atendió una llamada del presidente estadounidense, George W. Bush, quien le pidió que se asegurara de abrazar a su madre, y recibió entre 4,000 y 5,000 mensajes en su "Blackberry."

El nadador de 23 años pudo celebrar sus éxitos en una cena tranquila con su madre y sus hermanas, aunque no fue precisamente una fiesta salvaje.

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Phelps pidió una hamburguesa con queso y no tomó una gota de champaña ni de otro tipo de bebida alcohólica.

"Eso era todo lo que quería hacer, estar con mi mamá y mis hermanas y ver a algunos de mis amigos que vinieron a darme aliento," dijo.

"Simplemente quería relajarme, divertirme, sentarme por ahí y no hacer nada," agregó.

Al día siguiente, Phelps regresó directamente a la acción, no en la piscina sino siendo arrastrado de un lado a otro de la capital china por sus acompañantes.

Pasó una hora hablando con periodistas en una conferencia de prensa organizada por uno de sus principales auspiciantes, Visa, y luego otra hora brindando entrevistas exclusivas con selectos medios en un palacio chino de 120 años.

"No sé a dónde estoy yendo o lo que estoy haciendo. Simplemente voy a donde me llevan," declaró el deportista

Agenda cargada

Pese a que sería el candidato obvio a llevar la bandera estadounidense en la ceremonia de cierre del próximo domingo, Phelps reveló que abandonará Pekín temprano para viajar a Londres, ciudad anfitriona de los próximos Juegos en 2012, para asistir al pase oficial de sede olímpica.

Durante el mes próximo se cerrarán muchos negocios internacionales en torno al astro de la natación, pero el mayor cúmulo de ocupaciones vendrá cuando regrese a Estados Unidos.

Seguramente hará visitas relámpago a todos los programas televisivos más importantes, y la mayor recepción se espera que sea en su ciudad natal de Baltimore.

El equipo de fútbol americano Baltimore Ravens quiere homenajearlo con una fiesta en su estadio de la NFL y la escuela en donde su madre enseña le ha pedido que la visite para conversar con sus alumnos.

"Creo que va de la mano con mis objetivos de elevar los estándares de la natación," sostuvo Phelps al respecto.

El nadador embolsó un premio extra de un millón de dólares del patrocinador Speedo por quebrar el récord de su compatriota y colega Mark Spitz, quien había obtenido siete oros en los Juegos de Múnich en 1972.

Sin embargo, manifestó que no tiene intenciones de derrochar dinero en ningún regalo fastuoso para sí mismo.

Asegura que la fama y la fortuna no lo cambiarán, pese a que hay una cosa en la que sí espera que su alto perfil lo ayude.

"Me gustaría conocer a Michael Jordan. Lo que él ha hecho por el baloncesto es lo que yo intento hacer por la natación. No lo conozco a él ni a (el golfista estrella) Tiger Woods. Me encantaría reunirme con ambos," dijo.

Phelps admitió que en muchas ocasiones quiso dejar la natación y dedicarse a algún deporte con un régimen de entrenamiento menos exigente, pero aseguró que eso ya no le ocurre.

Quiere seguir nadando al menos hasta Londres 2012 y desdeña la tentación de retirarse y disfrutar de la buena vida.

"Me veo a mí mismo como una persona normal y el mismo chico que era hace cuatro años," afirmó.

"He podido lograr tanto y he tenido tantas experiencias que nadie tendrá a los 23 años," reflexionó.

El astro señaló que lo que haya dejado de hacer en su vida por dedicarse al deporte de alto rendimiento no tiene importancia.

"Todo aquello a lo que haya renunciado puedo hacerlo cuando quiera después de dejar la natación, de modo que no tengo problemas en hacer sacrificios," concluyó.

 

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