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Nunca más sin electricidad

Pese a que la industria ocupa 18% de la electricidad del país, está expuesta a apagones constantes; incluso, las empresas pueden perder hasta 2 mdp por este motivo. ¿Qué pueden hacer para protegerse?
jue 08 octubre 2009 01:07 PM
Más de 90% de las empresas manufactureras están expuestas a cortes de electricidad.  (Foto: AP)
electricidad (Foto: AP)

Imagine que tiene una planta de autopartes en Ciudad Juárez, Chih., y no puede parar la producción porque a las siete de la noche habrá un camión listo para salir con producto a Estados Unidos (EU), donde la matriz lo espera para distribuirlo en ese país. De pronto, antes de terminar de fabricar el volumen requerido de mercancía, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) corta el suministro de energía eléctrica. La causa: comunidades campesinas cercanas a la localidad adeudan 800 mdp a la paraestatal y las autoridades meten presión llevando a cabo cortes de luz.
La anterior no se trata de una historia inventada. Le sucedió a la compañía Autopartes y Arneses de México hace algunos meses. Esta empresa, al igual que muchas otras maquiladoras, sufrió pérdidas que ellas mismas catalogan como ‘millonarias' por este hecho.
En este caso, la falta de abastecimiento fue originada por terceros, pero es común ver que en el Sur del país, por ejemplo, la industria de Yucatán se vea afectada por los cortes de energía provocados por huracanes -en 2007, Grupo IGSA puso a disposición de empresas afectadas por el huracán Dean 300 plantas generadoras de energía para resarcir la falta de suministro eléctrico-, mientras que en el Norte es recurrente que factores atmosféricos provoquen problemas en las redes privadas de electricidad. En el Centro del país lo que suele pasar, en cambio, es que la alta demanda genera picos en la distribución de energía que causan alteraciones en los equipos de producción.
Por si fuera poco, la industria demanda 18% de la electricidad que se produce en el país y, de acuerdo con datos de la Secretaría de Energía (Sener), el número de usuarios del sector manufacturero, en 2008, creció 2.7% y para este año lo hará en 3.5%, aproximadamente.
Esto significa que mientras hay una tendencia de demanda creciente de energía por parte de la industria, el abasto es insuficiente y, en ese sentido, los problemas de suministro pueden incrementarse aún más en los próximos años, lo cual estaría impactando negativamente en la operación de las empresas.
Sólo como un dato adicional, Mexis, empresa especializada en la integración de servicios, asegura que hasta 2 mdp llegan a perder algunas compañías por interrupciones de luz y que 90% de las empresas ven mermada su productividad por los constantes apagones.
"Lo que la industria debe saber -dice Francisco Haro, directo general de Ottomotores-es que cuentan con un aliado en las plantas de energía eléctrica, las cuales han evolucionado de manera impresionante en los últimos 15 años".
Con ello concuerda José Luis Callejas Reyes, gerente del área de Energía Eléctrica de Selmec Equipos Industriales, para quien antes la tecnología en estos equipos ofrecía muy poco a los usuarios. "Trabajaban con relevadores térmicos. Hoy en día básicamente los controladores son a base de microprocesadores que dan mayor versatilidad". Esto, lo que quiere decir, es que pueden hacer más cosas, desde entregar información sobre sus tiempos de ejecución, hasta ser gestionados y monitoreados de manera remota, por ejemplo.

LA GRAN INNOVACIÓN

Justo en la gestión es donde está la parte medular en cuanto al desarrollo de plantas de energía se refiere, comenta Marco Díaz, asesor de la gerencia de Ventas de Ottomotores. "Estos equipos no están conformados más que por un motor de combustión interna a diesel, un generador eléctrico, metales que le dan rigidez y un sistema de control. Es gracias a las innovaciones en este último componente que las máquinas, de manera automática, pueden iniciar un arranque en cuanto existe un paro de energía y autoprotegerse".
Cabe señalar que la autoprotección que menciona Marco se refiere tanto a cuestiones mecánicas como a las asociadas a parámetros eléctricos, por ejemplo, cortes constantes de energía que pueden ocasionar problemas en el equipo si no hay un mandato de no operar bajo este tipo de circunstancias o hacerlo de manera permanente.
"Lo relevante, dice Callejas, es que se pasó en los últimos años del simple monitoreo a la gestión de la planta. Es decir, más allá de que nos ofrecen datos del estado en que están funcionando, podemos operarlas vía remota, desde cualquier parte del mundo".
El ejecutivo de Selmec explica que además de poder verificar por internet cómo trabajan los equipos de energía, por ejemplo, en una fábrica, los clientes pueden integrar el controlador a la red de cómputo o a la del cuarto de máquinas.
"Una aplicación que es muy común y donde nosotros hemos trabajado mucho, asegura Callejas, es en la parte de telecomunicaciones. Por medio de repetidores de microondas o celdas celulares, sobre todo en lugares remotos con dificultad de acceso, condiciones climáticas cambiantes o inestabilidad en la red comercial, podemos gestionar equipos". Menciona que lo mismo pueden administrarse de un General Packet Radio Service (gprs) que de otro sistema de telecomunicaciones. Voltaje, frecuencia, tiempo de arranque, etcétera, son algunas de las cosas que pueden gestionarse a distancia.
En IGSA, de donde es gerente de Exportación para Centro América Gerardo Tunales Ayala, hasta los celulares sirven para monitorear algunos aspectos de las plantas de energía, no importa si son de 20 ó de 3,000 Kw. Por cierto, un aspecto importante que ha desarrollado esta compañía, es la movilidad de los equipos para poder ser trasladados vía terrestre casi a cualquier región del país.
Pero los desarrollos de esta empresa van aún más allá. Por ejemplo, ha trabajado mucho en la fabricación de plantas de energía continua que requieren un estándar de calidad alto, dado que operan durante varias horas seguidas. No son equipos que funcionen en cuanto falla la electricidad, sino que trabajan en lugares donde ni siquiera hay redes comerciales de abastecimiento o zonas en las que en las horas de mayor demanda aumenta de manera considerable el precio de la energía, logrando, además de ahorros, que las variaciones de corriente y voltaje no dañen los equipos.
Esto último se trata de un aspecto importante, y el gerente de Energía Eléctrica de Selmec cuenta por qué: "Pensemos en una empresa del sector plásticos. Si en pleno proceso de transformación se le va la luz no sólo pierde dinero, sino es muy probable que ese polímero caliente se enfríe dentro de los equipos provocando un verdadero desastre". También pone como ejemplo las empresas de alimentos y procesos químicos, donde es necesario que durante la manufactura de productos haya cierta temperatura y, por lo tanto, un apagón puede acabar con producciones completas.
"De igual forma, comenta Callejas, en plantas donde se produce cable, miles de kilómetros de éste pueden quedar atorados en la máquina, o bien, el reproceso para su recuperación por falta de electricidad en el momento puede significar grandes pérdidas económicas".
En cuanto a las plantas de energía continua, es cada vez más común que cementeras o compañías mineras las utilicen en aserraderos o lugares complicados. La ventaja que tienen, según los directivos de IGSA, es que trabajan con un nivel de voltaje constante durante un tiempo largo, algo que difícilmente podría lograrse con la electricidad que suministran privados en lugares como Mexicali, BC, o Chihuahua.
También han sido adaptadas a las necesidades de la industria. Un ejemplo es la cabina que algunas utilizan. Tiene muchas funciones, pero una de ellas es poder operar en ambientes difíciles, como los que hay en fábricas de químicos, vidrio, pintura, solventes, etcétera.

EFICIENTES Y SUSTENTABLES
La mayoría de las marcas ubicadas en México exportan plantas de energía a Estados Unidos (EU) y Europa, por lo que se han tenido que alinear a los requerimientos normativos que existen en otros países, incluso, las firmas nacionales que compiten con las italianas, alemanas, inglesas y estadounidenses, que son las de mayor presencia a nivel mundial.
Y es que, como señala Francisco Haro, al final del día muchas de las compañías mexicanas que fabrican plantas de energía consumen componentes de proveedores internacionales que trabajan de manera ardua en la eficiencia de insumos para estos equipos.
En este sentido, hay avances sustanciales en material ambiental de los grupos electrógenos, por ejemplo, si bien es verdad que muchos de éstos aún trabajan con diesel, hay otros que ya incorporaron gas lp dentro de sus procesos. "Claro, aclara Marco Díaz, tiene que ver también con la disponibilidad del combustible que hay en la región. Lo que sí podemos asegurar, es que, en la actualidad, el funcionamiento de las máquinas de diesel es más eficiente que hace unos años y eso colabora con el medio ambiente".
En el caso de IGSA, la empresa vende proyectos llave en mano, lo que significa que el tipo de combustible para echar a andar una planta depende de los requerimientos del cliente, aunque sus ejecutivos concuerdan en que el diesel sigue siendo importante en su funcionamiento y consideran que tardará en haber modificaciones relevantes al respecto.
Como sucede con los autos, también hay plantas de energía que pudieran convivir con más de un combustible. Las máquinas a diesel pueden sufrir leves modificaciones para que funcione también con gas; "aunque es posible que el natural no sea la mejor alternativa en México por cuestión de costos, lo que va en detrimento de la sustentabilidad", argumenta Callejas.
Y añade: "Se están desarrollando biocombustibles que pueden desprenderse de aceites vegetales, pero no están siendo utilizados del todo. Hoy el diesel sigue siendo el combustible más popular. Las mismas fábricas lo utilizan para otros procesos y eso hace que por el momento sea difícil cambiarlo por un energético ‘verde'. Quienes lo hacen tienen que vigilar que se mantengan los niveles necesarios de combustible después de cada arranque para no quedarse sin electricidad".
Díaz, de Ottomotores, añade que las plantas de energía no sólo colaboran con la ecología en lo que tiene que ver con emisión de contaminantes a la atmósfera, sino también con lo referente al ruido, ya que se ha trabajado mucho en su atenuación.
En esto está de acuerdo Callejas, quien explica que hay una normatividad al respecto que se ha tratado de satisfacer por parte de los fabricantes de plantas. "Por ello hay un gran desarrollo en casetas y cuartos acústicos para disminuir los ruidos que este tipo de equipos producen. Al final de cuentas se trata de motores de combustión interna y generadores; su propia naturaleza los hace algo escandalosos".
Un aspecto en el que todos coinciden es que la propia autonomía de los equipos beneficia el medio ambiente, al autorecargarse con combustible e indicar cuando el equipo necesita mantenimiento, pues en la medida de que son más eficientes, los niveles de contaminación disminuyen. "Se evita que existan problemas de condensación de humedad, en fin, una serie de cosas que ayudan que en un ambiente hostil puedan trabajar con un nivel de confiabilidad alto", dice el gerente de Selmec.
Por supuesto que esto tiene un impacto en la seguridad de los operadores, no sólo porque al disminuir el mantenimiento de las plantas de energía intervienen menos de manera directa con el equipo, sino porque los mecanismos se han modificado para que disminuyan los riesgos de accidentes.
"Ahora son más sencillas de instalar y en las propias casetas acústicas están incorporadas, algunas veces, las herramientas necesarias para una fácil operación. Hoy desde el primer día pueden echarse a andar sin problema alguno", indica Francisco Haro, quien concluye diciendo que no puede pasar desapercibido el hecho de que las plantas que intervienen ante un apagón tienen un nivel de arranque que casi se vuelve imperceptible para los operadores de línea.

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