UNAM abre laboratorio para la industria
El nuevo Laboratorio Universitario de Ingeniería y Diseño de Manufactura Avanzada (Luidima) fue concebido para brindar servicio a las firmas manufactureras, al ofrecer tecnología y equipo que les resultaría costoso adquirir y que tan sólo emplearían esporádicamente.
El laboratorio está situado en el Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (Ccadet) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en Ciudad Universitaria, y su vocación va más allá de las aulas, dice el director del Ccadet, José Manuel Saniger Blesa.
Está diseñado para ser autosustentable y atender las necesidades de la industria automotriz, aeroespacial y médica, entre otras, a costos competitivos y con la capacidad de diseño e ingeniería de personal académico y alumnos de diferentes áreas del conocimiento, asegura.
Por ahora, ya hay dos firmas automotrices interesadas en utilizar las instalaciones y tecnologías del laboratorio para hacer investigación en partes interiores, diseño y ergonomía, adelanta el directivo.
"La idea es tener una serie de capacidades avanzadas para manufactura como son estas máquinas de manufactura aditiva, y vamos a comprar tornos, un sistema para hacer pequeñas producciones de circuitos impresos; la ventaja competitiva que tenemos es la capacidad de ingeniería y diseño", señala Saniger Blesa.
La inversión inicial fue de 16 mdp para la adquisición de la maquinaria capaz de realizar prototipos desde un tablero automotriz, una pieza aeroespacial, hasta un órgano humano o un feto.
El Luidima se basa en la tecnología de modelado por deposición fundida (FDM), dos máquinas Fortus 900 (la única que hay, incluso, en la academia e industria de América Latina) y una Fortus 400 de la tecnología estadounidense Stratasys.
Armadoras automotrices que invierten en ingeniería y diseño en México las tienen, pero una inversión de este tipo requiere personal especializado y mantenimiento constante a las máquinas que pueden incrementar los costos en los presupuestos de estas compañías.
"Para una empresa puede ser costoso tener una máquina de éstas si no le está dando un uso intensivo y necesita equipo especializado para utilizar estas máquinas. Atenderemos esas necesidades", detalla.
Otra meta del laboratorio es crear un vínculo entre los alumnos avanzados de la universidad y la industria. El Luidima también ofrecerá otros servicios que van más allá de la manufactura aditiva como micromecánica y mecatrónica.
"Tenemos grupos especializados en ingeniería de precisión y de proceso, electrónica, óptica, micromecánica y desarrollo de prototipos. Están capacitados para trabajar en mejora y diseño de nuevos materiales, ellos estarán a disposición de las empresas y la idea es que puedan colocarse en alguna", explica.
Los prototipos se hacen mediante extrusión de un pequeño hilo termoplástico que pasa a través de la máquina caliente en 3D y se vierte en capas de hilos delgados de 0.12 mm lo que puede generar cualquier geometría. Las máquinas pueden trabajar con materiales como el policarbonato y el polibicarbonato.
Se puede reproducir cualquier pieza que esté capturada en un archivo digital y el personal especializado del laboratorio tiene la capacidad de realizar los diseños e, incluso, armar los proyectos.
El laboratorio cuenta además con una máquina cortadora por chorro de agua de cinco ejes que puede hacer cortes en cualquier tipo de material como titanio y granito y fue adquirida como parte de la inversión inicial para el Luidima.
"Nos gustaría tener una máquina para maquinados finos, micromaquinados. La idea es que el laboratorio vaya creciendo y que las empresas se beneficien y nosotros también, podamos invertir en más tecnologías", asegura Blesa.
