Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Ideas con segundo uso

Si el presente es base de nuestro futuro, no olvidemos diseñar con una visión de largo plazo.
mié 05 marzo 2008 08:40 AM
Sin Pie de Foto
Este modelo es un ejemplo de diseño sustentable. (Cortesía D

La tecnología de Diseño Asistido por Computadora (cad, por sus siglas en inglés), especialmente en 3D, ha roto paradigmas importantes en el diseño de productos mecánicos. Ha sustituido al trabajo manual extenuante y abierto espacio a proyectos más inteligentes, creativos y funcionales. Las últimas versiones de sistemas de cad son tan avanzadas que realmente ayudan a producir productos superiores de forma más rápida, gracias a la reutilización de archivos y componentes de diseños anteriores, así como a interfases intuitivas para el usuario. Este salto de calidad en las mesas de dibujo electrónicas ha traído consigo un reto: El diseño sustentable.

Pero, ¿qué es el diseño sustentable? Un método global y completo para la creación de productos y sistemas no perjudiciales para el ambiente, socialmente equitativos y económicamente viables. En términos ecológicos, significa que el diseño debe ofrecer beneficios obvios y cuantificables; socialmente, un diseño que cubre las necesidades de todas las personas implicadas en su producción, uso, desecho o reutilización; y económicamente, que debe ser competitivo en términos de mercado.

SUSTENTABILIDAD

En los últimos 20 años, un número creciente de países, empresas e individuos viene concentrándose alrededor del tema de la sustentabilidad, que se traduce básicamente en la preocupación por el futuro de nuestro planeta.
 
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (onu), la sustentabilidad es la capacidad de utilizar los recursos naturales de la Tierra sin comprometer el futuro de las próximas generaciones.
Publicidad
 
Según el Instituto Akatu  —una organización no gubernamental para educar y movilizar a la sociedad hacia el consumo consciente— la humanidad va camino a un callejón sin salida. De continuar el actual ritmo de explotación del planeta, en un siglo no habrá fuentes de agua ni de energía, reservas de aire puro ni tierras para la agricultura en cantidad suficiente para la preservación de la vida.
 
Hoy, aún con la mitad de la humanidad situada por debajo del umbral de pobreza, ya se consume 20% más de lo que la Tierra consigue renovar. Si la población del mundo consumiera como los estadounidenses, se necesitarían otros tres planetas iguales a éste para garantizar productos y servicios básicos como agua, energía y alimentos. Como es imposible disponer de otros tres planetas como la Tierra, la única salida es que todos adoptemos patrones de producción y consumo sustentables.

DISEÑAR EL FUTURO

Este es el reto lanzado a cada ingeniero o diseñador. Además de crear productos superiores desde el punto de vista del diseño, funcinalidad y economía, se necesita pensar en la sustentabilidad del planeta, en cómo economizar en términos de recursos naturales, cuáles son los impactos en el ambiente, los residuos sólidos que generan, los desechos y su descomposición. Únicamente con la ayuda de la tecnología es posible seguir produciendo al mismo tiempo que preservamos el futuro. No se trata de una ideología verde neo hippie, sino de dar continuidad a la vida y, consecuentemente, a los negocios.

Por ejemplo, existen herramientas tecnológicas como COSMOS, que permite el análisis de modelos sólidos desde el primer momento  en que comienza un proyecto; de esta forma, al contar con esta información, las empresas pueden ahorrar en materiales o saber si pueden reemplazar unos por otros sin afectar la calidad del producto y dándose la oportunidad de encontrar opciones que, además de económicas pueden ser amigables con el ambiente.

Pensando en la sustentabilidad, se puede ser innovador tanto en el uso de materiales como en el diseño mismo, al crear un producto con partes removibles que puedan ser reemplazadas con partes más modernas cuando éstas se dañen o envejezcan y, como resultado, la empresa o el consumidor no tendrán que desechar el producto completo.
 
El estadounidense Andrew Savitz, socio de la firma de auditoría PriceWaterhouse Coopers y una de las mayores autoridades en el campo de la gestión empresarial, alerta: “En los años 50 bastaba sólo con ganar dinero; hoy el foco es la responsabilidad socioambiental”.

Savitz señaló las diferencias entre el modo de hacer negocios hoy y en el pasado: “Antes, se esperaba que las empresas ganaran dinero y practicaran la filantropía. En los años 70, empezaron a incorporarse las ideas de protección al ambiente y a asumirse una mayor responsabilidad sobre los productos. Hoy, a las empresas se les exige que promuevan la diversidad, ayuden a recuperar el ambiente, combatan el trabajo infantil, monitoreen la cadena de suministros, promuevan la salud pública, generen empleos y lleven desarrollo a las comunidades en las que actúan. Y, por supuesto, necesitan continuar ganando dinero”.

El directivo concluye: “La cuestión es mantener el foco en el llamado triple bottom line, es decir, en los resultados de la empresa en términos económicos, ambientales y de responsabilidad social”.

Con un panorama claro, no hay cómo postergar la adopción del diseño sustentable en las empresas. Afortunadamente, con pequeñas alteraciones en el desarrollo de un diseño de producto, seleccionando cuidadosamente los materiales diseñados para fabricar un producto, haciendo uso mínimo de energía y recursos, se generan grandes efectos de propagación en un ciclo de vida sustentable y se puede obtener la ventaja adicional de mejorar el margen competitivo de una compañía en el mercado global.

Europa, por ejemplo, está abriendo camino para ese cambio en su manera de pensar y recientemente propuso una Política Integrada de Productos (ipp, por sus siglas en inglés) que, además de promover, impulsa el desarrollo sustentable.
 
En un informe reciente, la empresa Cyon Research Corporation analiza esta aproximación: “El principio central de la ipp es que los mayores cambios en términos de impacto ambiental de los productos pueden llevarse a cabo durante la fase de diseño (antes de llegar a fábrica), no sólo por medio de la eficiencia de procesos, producción más limpia o gestión de la contaminación (después de fábrica).
 
La Unión Europea calcula que más de 80% de todos los impactos ambientales relacionados con un producto se determina durante la fase del diseño. Consecuentemente, las empresas que den prioridad al descubrimiento de maneras metódicas y tangibles de reducir los costos de material y mejoren los procesos de producción serán líderes en el mantenimiento de los márgenes de utilidades.

MUNDO IDEAL

Los vehículos con consumo eficiente de combustible, los edificios con calentamiento solar, las plantas de combustión limpia, los embalajes reciclables y la iluminación de baja tensión son ejemplos importantes de productos que permiten equilibrar las necesidades de consumo con cuidados ambientales.
 
De hecho, cualquier producto podría fabricarse teniendo en mente la sustentabilidad del diseño, si los ingenieros quisieran realmente crear productos superiores utilizando materiales y tecnología del diseño que afecten en menor medida al ambiente.

La naturaleza humana considera más fácil dejarlo todo como está, incluso ante argumentos persuasivos, como por ejemplo, el hecho de que las empresas que planifican pensando en el futuro son más rentables que las reactivas.
Aunque existan inconvenientes al analizar por primera vez el diseño sostenible, los beneficios a largo plazo (y necesitamos pensar en ellos) son innegables.
 
Las ventajas e inconvenientes que se puedan presentar se analizan mejor con la ayuda de soluciones precisas para el diseño y el análisis del producto antes de su fabricación, cuyos resultados pueden ser repetidos, compartidos y evaluados por todos los departamentos de una organización, desde la fase de diseño y manufactura hasta la comercialización y el transporte.

Como profesional e individuo, cada uno de nosotros puede empezar hoy mismo a contribuir en la sustentabilidad del planeta.

Ante cada nuevo proyecto de diseño, se deberían hacer las siguientes preguntas: ¿Cuál es el costo de las materias primas? ¿Hasta qué punto el procesamiento y el tratamiento son ambientalmente benignos? ¿Qué energía se necesita para utilizar este material? ¿Existe un material que cueste lo mismo, pero que sea más fácil de reciclar? ¿Existe algún material nuevo que sea resistente hasta el punto de poder utilizar una cantidad menor para producir una pieza con la misma durabilidad?

En cada proyecto de diseño es necesario poner a consideración el uso mínimo y las mejores opciones de material, verificar que sean fáciles de desmontar, así como la reutilización o reciclaje del producto al final de su vida útil, que tenga un consumo mínimo de energía, que se fabrique sin producir residuos peligrosos y con el uso de tecnologías limpias como filosofía principal.
     
Los resultados a mediano y largo plazos serán un menor impacto sobre el ambiente, la reducción en los costos de tratamiento del agua, menor cantidad de residuos en los rellenos sanitarios, prevención de la contaminación del suelo, aire y agua, preservación de los bosques y biodiversidad, y disminución de las alteraciones climáticas, además de los beneficios económicos  y de impacto social.  

*El autor es ingeniero y gerente de Ventas México, Centroamérica y el Caribe de la empresa de soluciones 3D SolidWorks, una división de Dassault Systèmes.

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad