Los auténticos biodegradables
Ante el boom de lo biodegradable en la industria del envase y el embalaje se ha llegado a clasificar con este concepto materiales que no cumplen con los requerimientos que el perfil exige, creando confusión entre los consumidores e, incluso, entre los propios productores de envases.
“Un material biodegradable –explicó el ingeniero Julio Zepeda Ocampo, director de Negocio de Innova Films– debe degradarse por acción de organismos vivos en conjunto con el dióxido de carbono (CO2), en no más se seis meses en un ambiente controlado de humedad y temperatura, mientras que los compostables se desintegran en casa, siguiendo las indicaciones”.
Dentro de la clasificación de biodegradables se encuentra el ácido poliláctico (PLA) derivado, principalmente, de maíz amarillo y de almidón de papa, y los polihidroxialcanoatos (PHA), generados a partir de bacterias que almacenan compuestos de carbón.
También existen otros materiales, como película de celofán, concebida a partir de la pulpa de los árboles que caen en esta clasificación.
Los materiales desintegrados a base de la oxidación o, por medio de una resina en confinamiento especial, no pueden ser considerados biodegradables, de acuerdo con la opinión de Julio Zepeda.
El material biodegradable dura aproximadamente tres años en almacén y una vez empleado como contenedor, debe proporcionar la misma durabilidad que ofrecen los plásticos comunes.
Por último, el entrevistado afirmó que al emplear cualquier material biodegradable, toda su estructura debe tener la misma cualidad, porque de nada sirve si se le agrega pinturas tóxicas o cualquier otro aditivo común o se le estructure con plástico convencional.
