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PANORAMA: Anclados al desarollo

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lun 01 enero 2007 12:00 AM

Las grandes firmas trasnacionales que se instalan en México, si bien buscan hacer crecer su negocio, se convierten en el motor del país al propiciar el desarrollo de una óptima política industrial y un estímulo fiscal gracias a la integración que realizan con pequeñas y medianas industrias nacionales en procesos globales de manufactura.

Gustavo Aztiazarán, socio líder de KPMG, señala que estas empresas ancla o tractoras como también se les conoce, son el gancho que jala al resto de los eslabones de la cadena productiva, de hecho, sostiene que tienen las puertas abiertas en todo el mundo para invertir debido a que previamente definen regiones estratégicas para su negocio y de esa manera es como empieza el desfile de gobiernos de países, estados y ciudades: “Es como en un certamen de belleza, se selecciona al que mejor se muestre”.

Por su parte Rodrigo Alpizar, vicepresidente nacional de sectores de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), señala que muchas empresas tractoras instaladas en territorio nacional importan más de 70% de sus materias primas; pues algunas de ellas se traen de China e India; sin embargo, enfrentan el problema de tiempos de entrega, distancia y en ocasiones de logística por la escasa cantidad de material que solicitan”.

Por ello, dichas compañías no dependen únicamente de las facilidades que el Estado les proporcione, éstas deben tener y adquirir a los mejores proveedores de la zona, aquellos que sean capaces de satisfacer sus necesidades sin olvidar que éstos tienen que conocer al fabricante, ser conscientes de lo que les pueden ofrecer, qué cantidades y con qué características, todo con la intención de poder participar de manera permanente.

Si se toma en cuenta que las trasnacionales utilizan sistemas de producción justo a tiempo, los sistemas de manufactura del proveedor tienen que estar en línea con la planta del fabricante, por ello muchas pequeñas y medianas empresas (PyMEs) en México no han tenido éxito pues no han podido o no han querido hacer la inversión para documentar sus procesos y certificar sus sistemas de información.

“Para alcanzar la consolidación del sector no sólo se necesita el asentamiento de grandes compañías, también se requiere de la participación de proveedores calificados que cuenten con el certificado de la Organización Internacional para la Estandarización (ISO, por sus siglas en inglés) e infraestructura”, enfatizó Astiazarán.

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En territorio nacional el sector que demuestra mayor posicionamiento de empresas ancla es el automotriz seguido del aeroespacial (que poco a poco se ve fortalecido) no obstante; la industria electrónica, dejó de ser un nicho importante de captación de capital extranjero a causa de los bajos costos de la mano de obra china —desde el año 2000— para la fabricación de artículos electrónicos, celulares, radios, videojuegos, electrodomésticos no muy voluminosos, etcétera.

Por ello, la industria automotriz es un nicho en el que el país puede competir fuerte a nivel mundial pues según datos de la Secretaría de Economía (SE), se estima que para el año 2010 se producirán tres millones de vehículos gracias a empresas como Nissan, que tienen un programa de desarrollo de proveedores en el cual se otorga financiamiento y capacitación a sus distribuidores, lo que origina alianzas permanentes.

Luis Lobo, project manager de Eaton Automotive, mencionó que la búsqueda de proveedores en México es difícil a pesar de la ayuda que obtienen de instituciones como el Banco de Comercio Exterior (Bancomext) pues hasta el momento no conocen PyMEs que puedan darles el producto maquinado: “Estamos buscamos formadores en frío para hacer una de nuestras partes, gente que pueda hacer tratamientos térmicos, maquinado y estampado”.

Generalmente, si un microempresario desea trabajar con firmas ancla, debe realizar un convenio en el que se le provea de un financiamiento que le ayude  a generar productos o bien, para que le facilite la adquisición de maquinaria no sin antes contar con una infraestructura básica, personal capacitado y estable en términos financieros.

“No debemos olvidar la falta de una política nacional en materia fiscal donde se incentive a aquellos fabricantes que tengan programas para el desarrollo de proveedores mexicanos, pues habría muchísimo interés por parte de los fabricantes así como de las PyMEs”, concluyó Aztiazarán.

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