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Juguetes: Quiénes se divierten

En un mercado en evolución, “pelotear” ideas nos ayudará a encontrar la receta del éxito.
mar 29 mayo 2007 04:40 PM
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Más que falta de interés, el problema suele ser la falta de

Si no puedes con el enemigo, únetele", podría ser la frase que los jugueteros mexicanos apliquen para sobrevivir frente al mercado asiático y empezar a ganarse a algunos de los 31.6 millones de niños que existen en el país, y desean un juguete cada vez más sofisticado y tecnificado.

Los empresarios del sector han optado por aprender lo bueno de los asiáticos en cuanto a estrategias y modos de producción. Han adquirido maquinaria de otros países para agilizar sus procesos y ya no van a temerles, sino que van a aliarse con la competencia y hacer productos complementarios, pero diseñados y comercializados en México para, así, reducir costos.

La historia les ha enseñado que una industria fuerte como la asiática no se hizo de la noche a la mañana, incluso, se levantó después de haber estado desecha por la guerra. Y aunque en nuestro país el escenario no ha sido bélico, sí tuvo sensibles bajas con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y casi se extinguió. Según un artículo escrito por Feliciano de Silva, integrante de la Asociación Nacional de Abarroteros Mayoristas (ANAM), "de 400 empresas del ramo existentes antes de la entrada en vigencia del TLCAN, quedan menos de 30; la mayoría cerraron y otras se convirtieron en importadoras de juguetes.

En los últimos dos años, la industria mexicana ha registrado un crecimiento de entre 7 y 8% en los últimos dos años, de acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria del Juguete (Amiju). No obstante, hoy, su reto es mayor.

Los empresarios nacionales están concientes de sus principales debilidades: Carencia de maquinaria de alta tecnología y de personal especializado para su manejo, pocos estímulos económicos por parte de las autoridades gubernamentales, altos precios de la materia prima y de mano de obra, el robo de sus mercancías durante el traslado y hasta desinterés de los pequeños empresarios por subirse al tren de la modernidad.

No obstante, le apuestan al ingenio nacional y a las mentes jóvenes universitarias para diseñar y desarrollar juguetes didácticos que más que divertir al niño, lo hagan pensar e interactuar con su familia y el entorno.

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APRENDER EN CABEZA AJENA
El ejemplo para estos empresarios es la transformación de la industria japonesa, que después de la Segunda Guerra Mundial quedó en una situación desoladora, pero se repuso y se convirtió en una potencia mundial. De acuerdo con el texto "La industria de los juguetes. Funcionamiento y estructura", del boletín # 11 del Observatorio de Corporaciones Internacionales (organismo español), en ese entonces, los productos japoneses no tenían la calidad para competir mundialmente porque sus medios de producción no eran los adecuados.

"Japón, un país de bajos salarios, comenzó a abastecer a estos mercados con juguetes de plástico con gran contenido de mano de obra. En los años 60, cuando los costos se elevaron, tanto los productores estadounidenses como los japoneses establecieron sucursales en Hong Kong, Taiwán y Corea. De la misma forma, a fines de la década de los 70, la producción comenzó a deslocalizarse en China, Malasia, Indonesia y Tailandia", marca el texto.

Estados Unidos (EU) les transfirió su maquila y los japoneses comenzaron a diseñar sus propios productos hasta convertirse en jugueteros. Estos repitieron la operación y pasaron su maquila a los tigres asiáticos que hoy son los grandes maquiladores.

El inicio de la debacle juguetera mexicana se registró en 1986 cuando el país ingresó al Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT). En 1994, la firma del TLCAN abrió las puertas a los productos chinos y se generó una crisis en el mercado interno al grado de que hoy abarcan entre 60 y 70% del mercado nacional con productos más baratos.

Además, en los últimos 10 años, cerca de 200 empresas nacionales tuvieron que bajar la cortina, según Miguel Ángel Martín González, presidente de la Amiju, quien asegura que el sexenio pasado 75% de la industria cerró sus puertas quedando algunas compañías medianas y grandes.

Recuerda que en 2001 "nos peleábamos mucho con el gobierno y nos echábamos la culpa unos a otros", pero luego pusieron manos a la obra. "Hoy nuestro panorama es halagador. Hemos tenido un crecimiento razonablemente bueno debido, en parte, al entendimiento entre las autoridades y los empresarios del ramo", asegura optimista.

Una de las primeras acciones fue sentarse a la mesa con la subsecretaria de Industria y Comercio de la Secretaría de Economía (SE), Rocío Ruiz, quien mostró disposición para ayudar al sector. Entonces vinieron los apoyos, aunque no económicos, sí arancelarios, para poder importar maquinaria, complementos y materia prima con muy buenas rebajas en los impuestos y a precios de competencia internacional, abatiendo costos de producción y dándole mayor viabilidad a las cadenas productivas. El resultado: Se optó por dedicarse al diseño y la comercialización.

PARA MUESTRA, MARTIN´S TOYS
Una de las empresas que ha aprovechado estas oportunidades ha sido Martin´s Toys, que ofrece soluciones integrales de marketing promocional desde el diseño, producción y hasta la distribución.

Esta compañía ha adquirido máquinas inyectoras de termoplástico de tecnología alemana e italiana, así como erosionadoras con frecuencia electrónica por rayo láser, de origen sueco. Además compró máquinas CNC (asistidas por computadora) para diseñar moldes con las que un solo operador realiza el trabajo de 10 personas y reduce el tiempo de producción de un mes, a una semana.

En ellas fabrican piezas plásticas desde 1 gr hasta 3 kg por ejemplo, que aparecen en promociones de Bimbo y Kellogg´s. En esta empresa, 100% mexicana, se investigan y desarrollan productos desde el bosquejo y la presentación virtual, hasta el prototipo.

"El diseño por computadora tiene mayor precisión, es más rápido el proceso y se garantiza la calidad, lo que nos hace más competitivos, porque se reducen los tiempos de respuesta. Por ejemplo, un molde normal se hacía en 16 semanas, lo que hoy un CNC hace en ocho. El tiempo se reduce en 50%; lo que antes hacían los tornos y las fresadoras, ahora se hace con estas máquinas y nos bajan los tiempos de producción hasta en 60 o 70%", considera Martín González, presidente de la firma.

De igual manera, hacen labor de ensamble, decorado, empaque y mezclado y, por otra parte, tiene una división para almacenar y distribuir, incluso, con entregas bajo el sistema just in time.

Martin´s Toys empezó hace 25 años como un pequeño taller familiar de miniaturas de plástico, con una máquina y cuatro empleados. Hoy tienen 29 máquinas inyectoras, 600 empleados y tres plantas en la Ciudad de México. "La fortaleza más grande de la empresa es todo lo que son miniaturas plásticas de tipo promocional. Es donde somos competitivos, en el diseño y la innovación. Aquí nuestros ocho diseñadores crean 10 juguetes nuevos cada mes. Nosotros invertimos hasta 6% de nuestras ventas en investigación y desarrollo (ID) y nuevos productos", destaca.

Los productos que exportan a Asia, EU y Europa son miniaturas, réplicas de muñecos, autos, aviones, barcos, animales a escala y juguetes promocionales.

La ventaja competitiva que destaca Martín González es "la creatividad de nuestra gente y encontrar la forma de hacer la relación de moldes y maquinaria más efectiva y más rápida: Estándares altos y precios competitivos, así como presentaciones que desarrollan las habilidades psicomotrices de los niños".

Y agrega: "Se trata de lograr la compatibilidad en los procesos: Tener tecnología y maquinaria más rápida con menor uso de energía y usando materiales reciclables como el PET para ser más competitivos y ahorrar en los sistemas de producción.

LOS ALIADOS
No obstante, uno de los obstáculos que los industriales enfrentan es la falta de personal técnicamente capacitado para manipular esta maquinaria. El empresario afirma que hay pocos especialistas que las saben operar y ya que la demanda es alta y la oferta muy baja, los moldes se tienen que hacer en otro país o mandar capacitar al propio personal para poder seguir el proceso.

Aunque se considera que la preparación de técnicos requiere de al menos siete años, los industriales se están apoyando en dos universidades públicas. Con el Instituto Politécnico Nacional (IPN) se tienen intercambios de estudiantes de ingeniería que van a terminar su carrera. Asisten a las plantas productoras para conocer directamente el funcionamiento de las máquinas y, así, poder transmitir su conocimiento a los empleados, e incluso, poder obtener un empleo bien remunerado.

Ignacio Reyes, ingeniero de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas (UPIICSA) del IPN, es el encargado de vincular a los alumnos con los industriales. Los estudiantes hacen sus prácticas profesionales realizando proyectos de manufactura de nuevos modelos con base en su creatividad y el uso de la tecnología. Después hasta pueden establecer un convenio de trabajo.

De este modo, alrededor de 20 egresados de la carrera de ingeniería del IPN han sido contratados por 30 empresas en los últimos 18 meses en las áreas de Producción y Administración de la Producción.

También con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través del Centro de Investigación de Diseño Industrial (CIDI) de la Facultad de Arquitectura y sus alumnos de la carrera de Diseño Industrial, se están diseñando nuevos modelos. Alberto Vega, encargado de la vinculación universidad-empresa, informa que el acercamiento inicia con cursos internos para relacionar a los alumnos con el trabajo de campo y obtener una "lluvia de ideas" para nuevos productos.

En esta etapa, los ganadores —individuales o en equipo— obtienen premios en efectivo o en especie, como computadoras con avanzados programas de diseño, impresoras, cámaras digitales y demás herramientas para mejorar su trabajo estudiantil; en tanto que el empresario compra la autoría del diseño para desarrollarlo por su cuenta.

En una segunda fase, el proyecto del alumno ganador recibe ayuda del industrial para desarrollarlo, e incluso, ya hay un compromiso de pago. Según cálculos del académico, puede durar de dos a cuatro meses, ya sea en los talleres del CIDI y/o en las fábricas que proporcionan la materia prima. La etapa termina con la entrega del prototipo del producto final.

Actualmente dos estudiantes egresados de este centro de la UNAM, que pasaron por dicho proceso, trabajan en empresas asociadas.

Además de las instituciones educativas, los empresarios están aprovechando todo lo nuevo que encuentran en sus visitas a las ferias internacionales del juguete. En Nueva York, Hong Kong, China y Alemania, los mexicanos han visto las tendencias que se están desarrollando en las grandes potencias, tales como la innovación de los colores y empaques, maquinaria y nueva tecnología en general.

ARTESANOS DE TEMPORADAS
La Amiju tiene 78 empresas afiliadas. Su presidente indica que de ese total, sólo dos son grandes: Hasbro y Mattel (2.5%). Le siguen 26 medianas (33.3%) y 50 pequeñas (64.10%). Dentro de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), todavía hay quienes se "resisten" a dar el salto y prefieren seguir fabricando sus juguetes tradicionales, a decir del líder sectorial: "La pequeña y la mediana industrias están muy pulverizadas en todo el país. Tenemos artesanos sólo por temporadas y, a veces, así como aparecen, desaparecen".

Y es que, según explica el juguetero, tradicional trabaja con herramientas y materiales elementales y en números reducidos, mientras que los de la industria moderna lo hacen con maquinaria más sofisticada y procesos en serie.

La Amiju tiene contabilizados al menos 150 talleres artesanales familiares en todo el país, especialmente en Guadalajara, Oaxaca, Guerrero y Michoacán. Sus productos son trompos, carritos, muñecas, baleros, caballitos de palo, montables, juegos de té y juguetes de madera y trapo.

Al parecer, este mercado, aunque austero, conserva su modo de producción y su éxito y, por lo mismo, sus representantes se muestran más reacios a incorporarse a las nuevas tendencias. Por otro lado, considera que "también hay empresas que de alguna manera ya están cansadas, no se interesan por información actualizada. Tampoco se les ve interés por acercarse a las grandes empresas que bien podrían ser el motor de desarrollo de las pequeñas si éstas decidieran unirse.

Pero no son las únicas. A juicio de Martín González, otras microempresas "más que desinterés, carecen de recursos. Hay que imaginar a un señor de Michoacán que tiene un tallercito, que a lo mejor vende sólo para la manutención de su familia. Pagarse gastos para venir a la Ciudad de México y estar en juntas y exposiciones sería imposible porque viven al día".

IMPORTAR O DESAPARECER
Diferente es el punto de vista de los microempresarios. "Depende de cada uno. Hay mucho juguetero pequeño que se dedica a surtir comercio informal en el mercado de La Merced, en el de Sonora y en la Central de Abasto. Venden chácharas y no están en busca de maquinaria, por eso no suma su negocio, ellos con lo que vendan no tienen para una máquina nueva trabajando todos los días. No es falta de interés, sino que no son lo suficientemente grandes. Se incrementaría mucho su costo", considera Mariano Loustalot, microempresario juguetero.

El también director general de Morgan Toys —fabricante de tiendas de campaña para niños con estampado de marcas como Barbie, Plaza Sésamo y Barnie— plantea un panorama difícil: "Nuestra perspectiva para este año se presenta difícil para seguir fabricando en México: El capital es muy limitado".

Se trata de una microempresa instalada en la delegación Cuajimalpa y con una bodega en la colonia Granjas México, en la delegación Iztacalco. Su planta se limita a ocho personas, incluyendo los directivos y el mensajero. "Nos dedicamos a la costura y a la inyección de plásticos de ciertas piezas; inyectamos las conexiones, tubería de PVC, las costuras y hacemos ensamble de producto", explica.

Cuentan con una máquina que hace automática la inyección de plástico, mientras que su alimentación y recolección es manual; además tienen otras ocho para coser: Cinco rectas y tres over look que se fueron comprando con el tiempo. Es todo.

Desde hace seis años cuando empezaron, ya veían un futuro poco positivo. Ahora ya piensan en tener socios chinos a quienes comprar piezas, para ahorrar. "Como cada vez nos estamos saliendo más del precio, importar componentes es la alternativa que vemos viable. El costo que tiene fabricar esto en México es, comparado con el de importación, alrededor de 15% más caro. Cada vez cuesta más producir aquí que poner un producto importado en el país", confiesa.

Y explica: "El precio en China todavía soporta la cuotas compensatorias, el pago de los distintos impuestos y el flete desde allá, todas las partes para poner el producto en el mercado nacional. Se necesita tener a un socio comercial en China que haga esa parte y se dedique a desarrollar nuevos productos y nosotros importarlos y adaptarlos en cuanto al idioma y los colores, por ejemplo".

La disparidad en la industria juguetera mexicana se nota como en el caso de Arrow Game de México, fabricante del juguete "Bingo", que tuvo una inversión fuerte en 2006, afirma Juana María Ramos, directora de Recursos Humanos, quien prevé un panorama tan positivo que "estamos en planes de expansión y se tiene proyectado un crecimiento de 47%".

Es una pequeña empresa de una planta y 130 trabajadores establecida en Ciudad Juárez, Chih. La diferencia es que depende completamente de capital extranjero, específicamente de Cleveland, Ohio, EU a donde venden por completo sus productos terminados.

"No tenemos contacto con el mercado mexicano, hay una inyección de capital fuerte y entonces no tenemos ningún problema", enfatiza.

PALABRA MÁGICA: DISEÑO
Las ferias internacionales de juguetes y conferencias han servido a los empresarios nacionales para darse cuenta de la tendencia en la manufactura de juguetes y de la preferencia de los niños, reconoce Miguel Ángel Martín.

"De ahí concluimos que un área de oportunidad en este campo son los juguetes didácticos, interactivos, esos con los que el niño empieza jugando y termina pensando cómo hacer mejor las cosas. Desarrolla habilidades", dice. Se trata de que interactúen unos con otros para lograr la socialización y su integración a la sociedad.

Para Martín González, diseñar, innovar y desarrollar nuevos productos garantiza el crecimiento de esta industria: "El que no tenga innovación está destinado a la muerte o a la desaparición". Y para ello, dice, se necesita estudiar las tendencias actuales y reinventar los productos siguiendo los cambios de la moda.

De acuerdo con reportes de la agencia alemana Deutsche Welle, citada por el portal de internet www.toysfromspain.com, en la más reciente Feria Internacional del Juguete de Nüremberg —la más importante del año— se presentó una amplia oferta que abarcó desde juguetes tradicionales como muñecas, peluches y juguetes de madera, hasta trenes eléctricos, circuitos de carreras de coches eléctricos, modelismo, pasatiempos al aire libre y videojuegos.

El presidente de la Amiju detalla que en países de Europa los jugueteros invierten alrededor de 7% de sus ventas en ID, mientras que en México ese porcentaje se reduce a sólo 2 o 3%, es decir, entre 30 y 40 mdp al año. "Estamos abajo. Necesitaríamos estar como a 6 o 7%". Esta cifra, explica, se debe a que las empresas destinan presupuesto a esta área de acuerdo con sus recursos y éstos son aún limitados.

Una solución sería, dice, que hubiera más apoyo gubernamental del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y de la SE para crear centros de ID.

EL JUEZ MÁS EXIGENTE
La investigación ha sido la plataforma del éxito de Fisher Price, la subsidiaria de Mattel, y líder mundial en juguetes para el segmento infantil de preescolar. Fundado en 1961, el Laboratorio del Juguete es el primer centro de investigación en su tipo. El sitio de Internet de la empresa (www.fisher–price.com) indica que "El Play Laboratory es un centro de investigación propio en el que diseñadores, ingenieros, maestros y hasta los padres de familia pueden observar de cerca la reacción de los niños ante las nuevas ideas de juguetes. En él participan niños de distintas edades, desde recién nacidos hasta niños de 6 años, dos veces a la semana durante ocho semanas, en promedio. Observar cómo juegan, solos o con otros niños, permite aprender cómo piensan, lo que les gusta y lo que no, y qué es importante para ellos".

Más allá de la ID, según la doctora Clotilde Juárez Hernández, coordinadora del Proyecto Red Social de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), "las cualidades que debe tener un juguete es estar diseñado para representar lúdicamente un reto para el niño en el que ponga en juego su curiosidad, imaginación, habilidades, creatividad y potencial".

En su opinión, un juguete no necesariamente debe ser sofisticado y tener los últimos avances tecnológicos; no hay más que observar a los niños que viven en el campo y las zonas rurales quienes encuentran sus juguetes en el mismo entorno natural, agrega.

LICENCIA PARA JUGAR
Otra de las oportunidades de negocio que han visto algunos jugueteros en el mercado mexicano, según el presidente de la Amiju, es la compra de licencias temporales o permanentes de películas de animación para "explotar" a los personajes y aprovechar los planes de mercadotecnia.

En este caso se necesita hacer la planeación de la producción con al menos seis meses de anticipación al estreno de la película. Debe basarse en estudios de mercadotecnia y encuestas para saber exactamente qué y cómo producir.

Mattel es una de las empresas transnacionales con mayor presencia en México que, además de sus exitosos productos, trabaja con la venta de licencias. Fernando González, vocero de la empresa en nuestro país, detalla los requisitos para cualquier juguetera que quiera usar su marca y sus personajes: "Primero que nada, debe tener calidad para que lleve nuestra marca. Debe ser líder en la distribución y estar dispuesta a someterse a pruebas de seguridad, calidad, condiciones de vida para personal y productos. En segundo lugar, se les hace una evaluación económica".

EL ÉXITO DE MATTEL
Para Mattel "el mercado mexicano es de los más importantes para la industria juguetera. De hecho nuestra subsidiaria mexicana representa el segundo lugar mundial en tamaño y ventas, sólo después de EU", asegura Fernando González, vocero de la compañía en nuestro país.

Pero, ¿cómo sabe qué tipo de juguete le gusta al niño mexicano? Aunque los patrones de juego de los niños son casi universales, Mattel comienza por dar a conocer a sus ejecutivos cada línea de juguetes cuando está en sus etapas iniciales de desarrollo. Después, eligen una cartera de productos que, según su experiencia, consideran que tendrá más éxito con los niños mexicanos.

Por ejemplo, para planeación y diseño de una línea determinada en México y América Latina, la empresa realiza una investigación de mercado y grupos de enfoque para aprender sobre las necesidades que los niños mexicanos expresan para sus patrones de juego. Los resultados se analizan y se llevan a mesas de diseñadores e ingenieros todo el tiempo. Cuando se tiene ya el producto, lo ven las subsidiarias, los ejecutivos van a exposiciones donde se encuentran y ordenan sus producciones.

"En general podemos decir que cualquier producto de Mattel se lleva casi un año de producción y alrededor de tres años más de investigación y diseño de pruebas", afirma Fernando González.

Según el vocero, 80% de la línea que trae a México cambia año con año, ya que, dice: "La industria juguetera es de un gran dinamismo, debido a que nuestro consumidor entra y sale muy rápido de la categoría y, por eso, debemos mantenerlo incentivado con novedades de manera constante".

Detalla que ese dinamismo se debe a que con los niños "tenemos poco tiempo para ser el centro de atención, para que siempre vea novedad. Cada vez más competimos con deportes y videojuegos y por eso tenemos que mantenernos frescos y actuales". Para lograrlo, explica, están obligados a conocer sus gustos, sus atracciones y, al mismo tiempo, innovar.

Por ejemplo en la temporada navideña 2006 la atención se la llevó Barbie. La muñeca sigue siendo la misma, pero esta vez presentó una tecnología infrarroja en un brazalete que la hace imitar los movimientos de su dueña. "No deja de ser una muñeca, pero trae más cosas", explica.

En cuanto a sus filosofías de manufactura, el vocero de la empresa indica que "debido a la alta temporalidad de esta industria, las capacidades para manejo de inventario de Mattel son muy elásticas, y tanto su centro de distribución como el personal que lo opera deben adaptarse con una gran rapidez a las fechas de mayor desplazamiento".

González comenta que para Mattel, 2006 fue un año "excelente pues consolidó su liderazgo absoluto en la categoría y mantuvo a sus principales marcas como las favoritas de los consumidores mexicanos".

APUESTA A LO DIDÁCTICO
Actualmente, dos jugueteras españolas tienen presencia en México: Famosa y Molto. Ésta última prevé que sus ventas en México en 2007 sean de hasta 100 mdp.

En 1997 instaló en territorio nacional una planta de producción en Iztapalapa para abrirse mercado en América. Fabricar moldes para juguetes y tiene 300 productos, entre ellos: Montables, didácticos, y de imitación como cocinas, supermercados, carritos de compra, pupitres y tocadores.

Pero, alguien antes que los españoles enfocó sus baterías en el mercado del juguete didáctico: Mi Alegría, empresa creada en 1961. Ha resistido toda crisis con su oferta de productos que motivan la interacción con el niño, estimulan su imaginación e incentivan su creatividad. Hoy son líderes en ese segmento.

Su gama se extiende a 350 productos, de éstos 10% se exporta a Centro y Sudamérica, y por internet se venden a EU, Japón, Inglaterra e Italia. Según sus estadísticas, cada año crecen a un ritmo de 10%. Incluso, se espera que en 2007 alcance 15%.

Otra empresa que se ha centrado en este mercado es Comercial y Manufacturera S.A. de C.V., cuyo producto más conocido es el Turista Mundial, que comercializa bajo las marcas Birján, Filo y Anáhuac. La empresa comenzó a operar con sólo ocho personas en 1960 como fabricante y distribuidora de juegos de salón y artículos de papelería. Hoy cuentan con 300 empleados que trabajan en una planta de 6,700 m2 de terreno y modernos sistemas de producción y administrativos. Sus productos son exportados a EU y América Central.

Birján también trabaja juegos de memoria y agilidad mental, loterías, dominó, Scrabble, ajedrez y damas, productos para aprender a leer y a decir la hora, basados en el cartón y plástico como materiales. También hace papelería con personajes de películas infantiles, cuya licencia compra a Disney, y a los comercializadores de Los Increíbles y Madagascar, por mencionar un ejemplo.

Por su parte, empresas españolas han descubierto el potencial del mercado de juguetes didácticos en México. A mediados de enero, durante la presentación de la VII Exposición de Juguetes Españoles en México, la consejera comercial de la Embajada de España en nuestro país, Matilde Climent, aseguró que "el juguete español opta por la calidad y el poder didáctico, y que el comprador mexicano valora mucho". Medios periodísticos reprodujeron la declaración de Climent en el sentido de que el mercado mexicano debe realizar modificaciones estructurales para abrirse a la competencia.

La prensa también destacó las palabras del responsable del departamento exterior de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), Pere Martínez, quien señaló que del monto total de las exportaciones a México, por lo menos 30% se negocia en la exposición que realiza en México desde 2002.

De acuerdo con un documento elaborado en 2006, la AEFJ cuenta con un plan sectorial de promoción exterior en el que participan más de 90 empresas, cuyo eje fundamental es la presencia de sus marcas y productos en las ferias de Nürenberg, Hong Kong, EU, México, Dubai, Canadá y Ucrania, principalmente.

Con sede en Alicante, España, la AEFJ indica que las exportaciones del país ibérico al mercado mexicano llegaron a 13,136,083 euros de enero a agosto de 2006. De esta manera, México ocupa el primer lugar en importaciones en América Latina seguido de Venezuela y Chile y el segundo en Europa.

¿QUÉ Y CÓMO?
Si bien México aún no está en condiciones de traspasar sus maquilas como sucedió con Japón, al menos ya hay algunas iniciativas. De acuerdo con el representante de los jugueteros, Miguel Ángel Martín, "hay ejemplos que podemos aprender sin tener que copiar todo el modelo. Podemos aprender el qué y el cómo y hacer el nuestro".

Por ejemplo, menciona a Mattel México, que en términos generales elabora la carrocería de sus juguetes montables en nuestro país. Mientras que las baterías y demás elementos electrónicos los elabora en Asia ya que, en países como China, debido al salario de los obreros es de 1.20 dólares por día, mientras que en México es de 10 o 12.

La diferencia es que los asiáticos están subsidiados y cubiertos por diversos programas sociales, además de que la materia prima es más barata y el sistema tributario es diferente, ventajas que en nuestro país aún no se alcanzan. De esta manera, es mucho más barato elaborar allá las piezas y aquí ensamblar.

No obstante, el presidente de los jugueteros mexicanos defiende la producción nacional: "Un trabajador mexicano tiene más rendimiento que un chino. Casi 20% si se habla de mano de obra intensiva".

Miguel Ángel Martín advierte: "En México lo que tenemos que hacer primero es ponernos de acuerdo en qué queremos, cómo lo vamos a lograr, cuál va a ser la responsabilidad de cada uno (entiéndase empresarios y gobierno) y cuál es el futuro al que aspiramos".

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