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Los 6 ingredientes de la competitividad

El origen de esta cualidad está en perfeccionar tus cualidades personales y profesionales; las empresas buscan personas competentes, innovadoras y adaptables al medio en que se desenvuelven.
vie 25 septiembre 2009 06:00 AM
Los trabajadores jóvenes acostumbran expresar claramente sus opiniones en sus centros de trabajo. (Foto: Jupiter Images)
MUJER-joven-empleo-empleada-ejecutiva-ji.jpg (Foto: Jupiter Images)

Cuando los empleadores realizan una entrevista de trabajo, además de fijarse en la formación académica, actualmente se interesan en otras aptitudes, como: la habilidad para comunicar; la voluntad de preguntar (demostrar interés); trabajar en equipo; estar listo para aceptar entrenamientos diferentes, e interesarse en el éxito de la compañía, según un estudio realizado por el Institute for Strategy and Competitiveness de Harvard Business School.

¿La razón? Quieren contratar personas competitivas, con deseo de superarse y no sólo de exhibir sus conocimientos técnicos, coincidieron tanto los resultados del estudio como diversos especialistas.

Los profesionales enfrentan un gran desafío porque ya no hay empresa que les garantice el trabajo de por vida; así que para lograr mantenerse en el mercado y ser elegidos continuamente hay que ser competitivo, advirtió en entrevista el académico del Área de Dirección de Operaciones del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE), Miguel León Garza.

Es un error, agregó, pensar que este término se basa exclusivamente en conocimientos; en realidad su campo de trabajo estás más relacionado con el talento, la innovación y las habilidades personales.

Hay que distinguir, si te piden cumplir con una tarea adecuadamente se aplican conocimientos y habilidades técnicas, pero si debes lograr una meta entran en juego otras variables, como: relaciones interpersonales; sentido de superación y realización; capacidad para visualizar retos y dificultades, y trabajar en equipo por resultados afines, dijo.

Las compañías, explicó, buscan candidatos que, además de trabajar bajo presión, tengan espíritu de colaboración, la inteligencia emocional para comprender las necesidades propias y de los demás, y que sean acertadas en la toma de decisiones.

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En la competitividad hay un elemento fundamental: la superación; sin embargo no hay que confundir esto con una competencia negativa, señaló por su parte Jorge León Pardo, coordinador de la Red Nacional de Aceleradora de Negocios y director empresarial de la carrera de Creación y Desarrollo de Empresas del Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México.

Añadió que cuando se piensa que los demás son el reto a superar, lo único que se logra es rivalizar y desarrollarse con base en las cualidades del otro, ignorando las propias. "Para ser competente primero hay que reconocer la condición de inigualable, es decir, que somos seres únicos y que el objetivo de competir es aprender a reconocer y estimular cualidades propias. Sólo así se ofrece un valor agregado y se cumple con la fórmula ganar-ganar, en la que no sólo se beneficia la persona, sino todos los que la rodean", indicó León Pardo.

Agregó que alguien competitivo no tiene temor a arriesgar, está alerta de lo que sucede a su alrededor y en su lugar de trabajo, y se pone a prueba constantemente para superar lo establecido.

 Fórmula del tres

Serafín Tijerina, consultor organizacional y autor del libro Competitividad, indica que la competitividad encierra tres aspectos: la capacidad de ser emprendedor, el hecho de convertirse en opción y la posibilidad de ser elegido entre varias alternativas.

Ser emprendedor, menciona, implicar partir de iniciativas que son un reto personal, que encierran un riesgo y permitirán encontrar áreas de oportunidad en el sentido laboral y personal. Quien emprende debe tener sentido de compromiso, afán de logro, de querer hacer las cosas y no sólo ser protagonista.

Ser una opción, detalla, está relacionado con las capacidades de la persona (por ejemplo, el dominio de varias áreas de conocimiento) y su habilidad para renovarse en función de los cambios que se vayan presentando.

El tercer ingrediente implica capacidad para satisfacer necesidades con anticipación, y para ello hay que estar sensible a las tendencias sociales, a lo que sucede en la empresa y con sus integrantes, y con base en esa información convencer, crear propuestas innovadoras y demostrar que tú puedes ser elegido entre otras opciones porque sabes lo que ellos necesitan.

Los especialistas entrevistados coinciden en que la competitividad está compuesta por las siguientes habilidades, así que no esperes más, toma nota y trabaja en ellas:

1. Toma de decisiones. La rapidez y complejidad con que se mueve el mundo laboral obliga a los ejecutivos, cada vez más, a usar la información como una herramienta básica para tomar sus decisiones.

Tip: El secreto está en no sólo entender y responder al trabajo diario que te piden; date a la tarea de investigar ejemplos y datos que te ayuden a formular propuestas interesantes.

2. Diferenciación. Para distinguirte debes dar un valor agregado al producto o servicio que ofrecerás en tu trabajo.

Tip: Realiza una especie de benchmarking (marca o punto de referencia), es decir, ten un punto de comparación para medir lo hecho por ti y por los demás. Esto no significa establecer metas según lo que otros hacen, sino tener un ‘termómetro' para evaluar tus puntos débiles y fuertes en lo laboral. Si los desconoces no estarás en condiciones para defenderte u ofrecer un detalle adicional a lo que haces.

3. Adaptabilidad. Se refiere a tu flexibilidad para manejar los cambios.

Tip: la fórmula de encasillarse en una sola disciplina o actividad ya no funciona. Lo mejor es prepararte continuamente, diversificar tu aprendizaje en diferentes áreas que te agraden y sean del perfil de la compañía donde labores.

4. Innovar. Si lo primero que viene a tu mente es crear algo nuevo, en parte es cierto, pero en términos de trabajo este concepto no sólo implicar tener un producto diferente, también puedes dar un plus a las tareas que son parte de tu día a día.

Tip: Para cumplir con esta cualidad hay que estudiar tu entorno y detectar qué estrategias o conocimientos, que funcionan o marcan la diferencia "afuera", puedes acoplar o mejorar en función de lo requerido en tu lugar de trabajo.

5. Aprender de la incertidumbre: El cambio es una constante en nuestra sociedad, como consecuencia aparece este fenómeno, del cual también debes sacar provecho.

Tip: Esta habilidad se maneja a través de la creatividad y de poner en práctica tu feeling observador. Por ejemplo, si sabes que hay recorte laboral presta atención al por qué de esos despidos, cuál es el perfil de quienes se van, y anticípate a los hechos preparando una estrategia que te permita conservar tu puesto.

6. Busca en ti mismo. La consigna de este siglo es contratar a quienes además de cumplir con su trabajo tengan aspiraciones personales, a través de las cuales retroalimenten su desempeño.

Tip: Organízate y ocupa un poco de tu tiempo libre (aunque se ‘lea' maratónico) en sumarte a alguna causa social o tomar un taller mediante el cual mejores cierto talento. Así logras un equilibrio en tu relación trabajo-persona y desarrollas habilidades que, en algún momento, podrías aplicar a tu ejercicio laboral.

 

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