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Ten cuidado con un empleado enojado

Mantener a un trabajador descontento puede derivar en serios problemas, como espionaje corporativo; el robo de información produce pérdidas hasta por 500 millones de dólares anuales.
mar 17 mayo 2011 06:00 AM
Actualmente, pocas empresas reflexionan sobre las consecuencias de dejar que un empleado se vaya enojado. (Foto: Photos to go)
enojo empleado (Foto: Photos to go)

Tener a un trabajador descontento no sólo se traduce en problemas laborales y baja de productividad. Esa situación puede terminar en espionaje corporativo, problema que ha aumentado 230% en México en cinco años, y produce pérdidas de hasta 500 millones de dólares anuales. El robo de información empresarial clave -como planes de investigación y desarrollo, estudios de mercado, ideas de extensiones de línea, relanzamientos y el know how empresarial- se cotizan en el mercado negro con precios que van de 0.85 a 1,360 dólares, revela un estudio de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial.

A la fecha, pocas empresas reflexionan sobre las consecuencias de dejar que un empleado se vaya 'enojado'. Aunque, en teoría, el colaborador es quien pierde, la organización puede verse perjudicada con situaciones como el robo de datos que después se utilizan en un nuevo trabajo, o que la persona se dedique a "hacer mala fama" a la empresa donde laboró, señala Leticia Pérez, psicóloga industrial adscrita a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Hace cinco años, la compra de información se limitaba a números de tarjetas de crédito, claves de acceso a cuentas bancarias y de identidad. Ahora también interesan los números de seguridad social y otros datos de la empresa, comenta el presidente de GMSI, Alejandro Desfassiaux.

El espionaje industrial, menciona el informe, ha ido en aumento porque en el terreno corporativo han incrementado ciertas preocupaciones para las organizaciones, como la amenaza de nuevos competidores, aumento del nivel de participación de los clientes; riesgo de que se presenten en el mercado productos y servicios sustitutivos; así como el interés por aumentar el poder de negociación de los proveedores. La intención es "estar un paso adelante de los competidores", detalla Desfassiaux.

En México, en este acto delictivo está involucrado personal de la propia compañía en el 80% de los casos. El 15% corresponde a la alta gerencia, 31% a nivel gerencial, y 54% a personal operativo, menciona el análisis de la firma de seguridad.

"Aunque es menor el número de casos de deslealtad que involucran a la alta gerencia, al tener ésta mayor acceso a información clasificada, es peor el daño económico que propician al revelarla, al grado de representar hasta el 51% de las pérdidas asociadas a este delito", puntualiza el directivo de GMSI.

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Una causante del espionaje corporativo puede ser el despido, explica Margarita Chico, directora general de Trabajando.com México. Rescindir de los servicios de un empleado es una decisión -sobre todo si se trata de directivos- que debe manejarse con cautela. Si es posible, es recomendable esperar unos días antes de la salida de la persona, para no generar suspicacias entre el equipo, por ejemplo.

En los casos de espionaje industrial detectados por GMSI en empresas del sector farmacéutico, de consumo, retail y de servicios, las actividades se centran en cuatro puntos:

1. La empresa espía busca posicionarse sobre sus competidores, porque así será más difícil y costoso para otras organizaciones sobresalir en el mismo rubro.

2. Además, se buscan datos relacionados con los proveedores (por ejemplo, cómo mejorar el vinculo con ellos) pues la calidad de los productos y sus entregas depende, en buena medida, de una buena relación entre ambas partes.

3. Otro aspecto importante son los clientes, tener información detallada sobre el mercado permite analizar el grado de dependencia que ha desarrollado un consumidor con cierta marca y por qué.

4. Todo documento que arroje datos sobre sustitutos que vayan a ser lanzados en el mercado, puede ser de utilidad para anticiparse a la iniciativa o producto que lance la competencia. 

El informe de GMSI señala que, aunque en México están documentados casos de espionaje telefónico, hay modalidades que escapan de la regulación jurídica por aparecer como 'actos inofensivos', entre éstos: fotogrametría (técnicas para determinar características geométricas de un objeto); compra de los servicios de la competencia para analizarlos; realización de visitas anónimas a la competencia y estudio de publicidad.

Otras formas de ‘robo corporativo' no regulado son: infiltración en las empresas competidoras (estrategia del virus o del 'caballo de Troya'); realización de entrevistas de empleo falsas en la competencia; estímulo a clientes importantes para proveerse de información, y contratación de personal de la competencia para que proporcione datos valiosos.

Existen prácticas de espionaje que disminuyen hasta en 35% los activos empresariales, como es la transferencia de clientes, copia de fórmulas de producción o estándares de envase y embalaje que propician la clonación, detalla Desfassiaux.

A decir de Margarita Chico, es importante tener medidas para monitorear los movimientos de un colaborador  que pudiera estar molesto y/o a quien se le despedirá. Así, se puede estar atento a cualquier petición de información irregular.

Para evitar el espionaje industrial, es necesario que una empresa haga un análisis de riesgos de información y detecte las áreas claves de fuga de datos. Esa investigación también debe incluir un estudio de confidencialidad al personal de la compañía, sin importar su jerarquía en el organigrama ni antigüedad, dice GMSI.

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