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Un buen líder sabe decir adiós

Toda empresa, sin importar el tamaño, debe estar lista para dejar ir a su personal estratégico; la sucesión debe planearse con anticipación y buscar el relevo en la misma empresa, dicen expertos.
mar 13 septiembre 2011 06:00 AM
La primera opción en el relevo de un directivo se debe buscar en la propia empresa. (Foto: Photos to Go)
CEO relevo (Foto: Photos to Go)

De Steve Jobs puede decirse que fue más que un directivo. El empresario, además de transformar los hábitos de consumo en tecnología, se convirtió en uno de los activos de Apple, al grado de que su nombre brilla y pesa tanto como la misma marca. Su caso lleva a preguntarse cómo se debe orquestar la sucesión en una empresa.

La primera regla es que el sustituto debe estar muy cerca del líder y conocer su forma de gestionar, sugiere Lili Domínguez Ortiz, profesora de la licenciatura en Administración y Recursos Humanos de la Universidad Panamericana (UP).

Así sucedió con Tim Cook, quien reemplazó a Jobs varias veces por ausencia médica. El nuevo CEO de Apple tiene una visión estratégica, porque sabe a dónde va la compañía; lo cual es resultado de haber tenido un "entrenamiento en vivo", añade la académica.

Los directivos como Jobs traen grandes ventajas a las organizaciones, pero también fuertes desafíos: son personas con tal carisma, que a la firma -o a sus consumidores- se les dificulta desprenderse de la imagen generada por ese líder. El resultado es descuidar la sucesión, menciona un artículo publicado por la escuela de negocios Wharton School, de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos.

Las empresas, sin importar su dimensión, tarde o temprano deberán buscar reemplazos para un puesto vital, como es la dirección. En ese momento, el relevo elegido debe continuar con la visión establecida por quien fuera la ‘cabeza' del grupo.

En opinión de la académica de la UP, las dificultades surgen cuando el sucesor asume la actitud de "ya no quiero saber nada del jefe (anterior). Lo pasado es pasado, y ahora voy a imponer un estilo personal".

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Ese tipo de acciones no ayudan a disminuir el impacto de una transición, advierte la especialista. Lo que se debe hacer es "sacar todo el provecho de lo construido con anterioridad", y establecer una estrategia de cómo se seguirá con los éxitos.

En el caso de Apple, dice Domínguez, Steve Jobs permanecerá en el Consejo de Administración, lo que de alguna manera significa que continuará con ciertas aportaciones a la organización.

En tanto, la firma de la manzana tendrá el reto de operar bajo un liderazgo transaccional, el mismo que distingue a Cook, "una persona más orientada a tareas, a cumplir objetivos, a la parte de suministro", expresa Domínguez Ortiz, también doctora en filosofía.

Los especialistas en gestión consideran que la primera opción en el relevo de un directivo se debe buscar en la propia empresa. Domínguez coincide, pero reconoce que a veces los CEO "piensan que nunca dejarán el puesto", lo que dificulta planificar la sucesión con antelación.

El proceso para organizar esos cambios varía según la industria y la compañía. Lo recomendable es empezar al menos dos o tres años antes de la salida oficial del líder, puntualiza la académica.

Apple ya tiene en el ‘timón' a Cook. Para las empresas que se encuentran en fase de sucesión, Domínguez aconseja hacer un análisis detallado de los talentos en la compañía y, si la situación lo amerita, hacer una lista de candidatos externos.

La entrevistada detalla que el grupo debe valorar, en ese momento, factores internos como la complejidad del puesto y sus responsabilidades. También hay que evaluar las características de personalidad y de experiencia requerida por esa dirección, y hacer un match de esos factores. 

Tener un balance entre los talentos disponibles y lo se requiere por cuestión de proyectos y retos para la compañía -y hasta tendencias de mercado- permite hacer una mejor selección de quién ocupará el puesto, explica Domínguez Ortiz.

Una vez hecha la elección, añade, el director que sale debe dar un entrenamiento específico al sucesor y después dejarlo que emprenda proyectos por su propia cuenta.

Para la directora, una situación con la que se debe trabajar en las sucesiones es no caer en la tentación de las comparaciones. "Siempre las hay y van a ser terribles", dice.

Tim Cook no tiene el carisma de Jobs, pero puede lograrse una buena 'amalgama' entre las aportaciones y legado de éste y las cualidades del nuevo CEO.

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