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Menos empleo para ‘gorditos’ y fumadores

Tener sobrepeso o adicción al cigarro son actualmente factores de discriminación laboral en México; las empresas ven esos problemas como un incremento en el monto de sus seguros, advierten analistas.
mié 19 octubre 2011 06:00 AM
La gente con sobrepeso tiene dos veces más posibilidades de ganar un sueldo bajo, según Slimming World. (Foto: ThinkStock)
empleado gordo y flaca (Foto: ThinkStock)

Las personas obesas no sólo sufren las consecuencias físicas de su estado de salud; también deben enfrentar el rechazo en su trabajo, pues el sobrepeso, junto con el tabaquismo, se han convertido en los nuevos factores de discriminación laboral en México , de acuerdo con un análisis de Gobierno de Calidad, asociación civil que da asesoría en programas y políticas públicas. 

La segregación más común en el trabajo solía deberse al sexo, la edad y la orientación sexual, pero paulatinamente se aprecia que el peso es fundamental para obtener un empleo, ascensos, mayores salarios y prestaciones laborales, refiera la consultoría. 

Según la reciente publicación 'Fit not Fat' de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es el segundo país con más población obesa, después de Estados Unidos. Tres de cada 10 mexicanos son obesas según la OCDE, y casi siete de cada 10 tienen sobrepeso.

"Personas con apariencia enfermiza fueron delegadas o despedidas cuando se popularizaron casos de VIH- sida por temor a que infectaran a otros. Ahora quienes tienen sobrepeso son los rechazados en el ámbito laboral por considerar que son más lentos y que su nivel de productividad es menor respecto a los esbeltos", expresa el presidente de Gobierno de Calidad, Jorge Manrique. 

Aquellos con sobrepeso tienen dos veces más posibilidades de ganar un salario bajo, y cuatro veces más de sufrir desprecio, mostró un estudio realizado por la organización británica dedicada a la pérdida de peso Slimming World. El análisis, realizado entre 2,000 profesionistas -de los cuales 227 eran empleadores- encontró que los reclutadores varones son especialmente ‘reacios' a contratar a una persona con kilos de más. Uno de cada cuatro encuestados expresó que rechazaría a un posible candidato por este factor, y uno de cada 10 reconoció haberlo hecho en alguna ocasión.

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En México, la relación de discriminación por apariencia es de tres mujeres por un hombre, siendo el estilo de vida uno de los estereotipos que se han vuelto cruciales para los empleadores, que privilegian la contratación de personas "con aspecto sano y sin adicciones sociales evidentes", menciona Gobierno de Calidad.

"Las compañías gubernamentales y trasnacionales son las que presentan mayores casos de discriminación laboral", subraya Manrique. En las primeras los factores de edad son más comunes : personas muy jóvenes o mayores no tienen oportunidades de empleo. En el segundo tipo de organización imperan, dice, criterios de apariencia de manera "más o menos evidente". 

La consultora especialista en políticas públicas observa que la apariencia es un detonante para conseguir o mantener un empleo porque existe la percepción de que los obesos, o las personas con adicción al tabaco, por ejemplo, demandan mayor número de incapacidades laborales o incremento en el monto de los seguros. También existe la percepción empresarial de que esos estilos de vida limitan la capacidad física para desarrollar algunas tareas. 

"Cuando una persona ha cumplido con todos los requisitos y exámenes para ser contratada , pero recibe alguna señal de que fue rechazada por su apariencia, puede demandar a la empresa por daño moral". El problema es que se trata de una decisión ‘escondida' es decir, "las compañías no van a reconocer que el candidato fue descartado por su peso", menciona la abogada por la UNAM, Claudia Flores. 

Si existe alguna evidencia (por mínima que sea) de discriminación por peso o cualquier otra condición, hay que acudir con un abogado para hacer valer la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación, aprobada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Hay que fomentar que la gente denuncie; de lo contrario son situaciones que seguirán avanzando, como en el caso del bullying, menciona la abogada por la UNAM y especialista en derecho laboral.

Para Fernando Noriega, médico por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, ese tipo de discriminación resulta alarmante si se considera que, en muchos casos, la dinámica de trabajo en la organización es la causante de problemas de salud y ausencias laborales entre los trabajadores. En México, más del 20% de los trabajadores padece síndrome de burnout (o del trabajador quemado), de acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Entre los principales síntomas de esta afección destacan agotamiento, insatisfacción, irritabilidad, agobio, apatía y baja productividad laboral. 

Otra consecuencia de este tipo de rechazo es un incremento del fenómeno de victimización en las empresas mexicanas. Es decir, el trabajador es tratado peor que otros por haber denunciado esta situación o haber testificado por otro compañero, expresa Manrique. La forma más común de efectuar la segregación es al generar desventajas respecto a los compañeros para realizar el mismo tipo de trabajo. 

" La persona llega a asumir la actitud de ‘yo no valgo y no tengo derechos'", señala Claudia Flores, y ese tipo de comportamiento es producto de lo que se vive en el trabajo. Los empleados obesos, incluso, se sienten poco motivados a bajar de peso porque sus colegas hacen comentarios negativos sobre su imagen; eso impacta la autoestima del colaborador y empeora su problema, indica el estudio de la organización Slimming World.

De acuerdo con Gobierno de Calidad, otra forma común de discriminación en el mercado laboral mexicano es la que se ejerce sobre los jóvenes, traducida en ofrecer menores salarios y prestaciones, o aplicándoles periodos de prueba más largos, entre otras acciones. En el caso de los colaboradores de mayor edad, sufren prejuicios como ser considerados menos productivos, lentos, pocos adaptables y de salud frágil.

También se ejercen acciones hostiles en contra de quienes consta o se sospecha que son homosexuales, bisexuales o transexuales. Entre éstas están la violencia verbal, psicológica y física. En las mujeres "la imposibilidad de ocupar puestos de gran responsabilidad evidencia desigualdad y se establece una discriminación sexual automática cuando se segrega al sexo femenino por su condición de madre o solicitar permiso por maternidad", puntualiza Manrique.

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