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La UNAM ‘pone la mira’ en el espacio

La máxima casa de estudios desarrolla el primer microsatélite mexicano que estará listo en dos años; con ese dispositivo, la institución estudiará la contaminación atmosférica y las áreas forestales.
vie 04 mayo 2012 06:00 AM
Para poner en órbita el microsatélite, la UNAM trabaja con investigadores de Rusia y otros países. (Foto: Thinkstock)
satelite mexico (Foto: Thinkstock)

Investigadores de la UNAM trabajan en perfeccionar un proyecto aeroespacial que permitirá estudiar la contaminación atmosférica y obtener imágenes satelitales para diferentes usos, como el estudio de áreas forestales, la distribución urbana y otras aplicaciones.

Saúl Santillán Gutiérrez, coordinador del Centro de Alta Tecnología de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, campus Juriquilla, Querétaro, comenta que especialistas de esa institución laboran de manera conjunta con el Instituto de Aviación de Moscú para desarrollar plataformas satelitales integradas con instrumentos de investigación que permitan tomar imágenes de la Tierra.

Los profesionistas de la máxima casa de estudios han recibido entrenamiento en Rusia y a partir de esta iniciativa se formó un grupo tecnológico en ingeniería espacial, que actualmente imparte clases en la Facultad de Ingeniería.

Santillán explica que uno de los proyectos desarrollados con los rusos fue Cóndor, éste consiste en operar sistemas de percepción remota, es decir, obtener fotografías del territorio nacional y verificar teorías sobre el monitoreo de la ionósfera y sus posibles efectos sobre el clima y las comunicaciones.

La UNAM comparte investigaciones y tecnología para llevar a cabo los estudios, pues cuenta con la Red Universitaria del Espacio, y también colabora con la Agencia Espacial Mexicana.

"No hay que preguntar si tenemos la capacidad de participar en este tema; de hecho, científicos del Instituto de Investigaciones Nucleares ya han trabajado en ello", expresa el científico.

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Santillán Gutiérrez explica que el paradigma para diseñar satélites ha cambiado. Actualmente, hay auténticos laboratorios de cinco o seis toneladas, que orbitan a 600 ó 700 kilómetros de la Tierra, pero son demasiado caros.

La alternativa, dice, es desarrollar constelaciones satelitales integradas por microsatélites (30 a 100 kilogramos de peso) y crear equipos con nanosatelites (de uno a 10 kilogramos de peso, los llamados cube sats), que son más baratos y accesibles.

Un satélite científico de esas características puede financiarse en México , y es un medio para desarrollar tecnología de punta y fomentar alianzas estratégicas internacionales, explica

Santillán, quien también es responsable de la Red Temática de Conacyt en Ciencia y Tecnología del Espacio, que agrupa alrededor de 140 investigadores de 25 instituciones.

Las misiones con proyectos complejos y costosos incluyen satélite, estaciones terrenas para procesamiento de información, control de órbita, telemetría y comando, así como el procesamiento y distribución de la información, eso hace necesario que en los programas de este tipo se busque colaboración internacional.

Entre los objetivos está diseñar un sistema de monitoreo GPS especial para el territorio nacional, para seguir el tráfico de vehículos terrestres o aéreos.

Además, se está trabajando en el proyecto Quetzal MIT UNAM, un satélite para el monitoreo de contaminantes atmosféricos ; se inició con capital semilla del MIT (Massachusetts Institute of Technology) a través de su programa MISTI (MIT International Science and Technology Initiatives), y en éste participan especialistas del MIT, y alumnos y profesores de la Facultad de Ingeniería.

Recientemente, se hizo la entrega de la primera etapa de ese proyecto, que consta de la planeación de la misión: tipo de aparato, tamaño y posible órbita, determinada por estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado.

"Actualmente estamos en la etapa de desarrollar modelos y prototipos de los sistemas del satélite con electrónica y sistemas convencionales, para que una vez que se tengan las pruebas se desarrollen los sistemas que integran electrónica y componentes con calidad espacial, indica Santillán.

Si el proyecto es exitoso, explica el investigador, se puede decir que en dos o tres años se tendrá el primer microsatélite mexicano para monitorear contaminantes atmosféricos. En esta iniciativa se involucrará a alumnos de CU y el campus Juriquilla, tanto de licenciatura como de posgrado, puntualiza Santillán Gutiérrez.

En la UNAM se han realizado otras actividades de colaboración internacional, por ejemplo transferencia tecnológica y de estudios a Vietnam.

 

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