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Cómo lidiar con una familia derrochadora

Si tus padres o parientes no pueden manejar su propio dinero, quizás te sientas obligado a ayudar; pero debes fijarte ciertos límites para no terminar afectando tu propia seguridad financiera.
vie 10 julio 2009 06:00 AM
La mitad de los estadounidenses teme no tener suficiente dinero para retirarse cómodamente. (Foto: Jupiter Images)
ahorro-cochinito-dinero-finanzas-JI.jpg (Foto: Jupiter Images)

Muchas personas a las que les va bien, económicamente hablando, tienen padres, hermanos, hermanas u otro tipo de relaciones que luchan con sus finanzas. Casi siempre, a las personas que se encuentran en esa situación les gustaría ayudar o al menos se sienten obligadas a hacerlo hasta cierto punto, pero no saben cuánta ayuda es razonable. Estas personas también padecen un grado de ansiedad subyacente, pues las necesidades de los familiares en apuros pueden poner en riesgo la seguridad financiera de la gente que ha trabajado duro para conseguirla.

No existen reglas establecidas que apliquen cuando las finanzas y los lazos familiares se intersectan. Puedo decir que mientras estas personas no se envuelvan legalmente en las acciones de sus padres o parientes (como hacerse responsable de un préstamo para ellos) no pueden ser responsables por su comportamiento ni están obligados a sacarlos de apuros de ninguna forma. Pero esta recomendación no satisface las obligaciones emocionales o morales que puedan sentir.

Aún así, existen algunas sugerencias que pueden ayudarlos a formular una estrategia razonable para lidiar con este asunto, así que comencemos: primero, a menos que ya lo hayan hecho y no haya tenido resultados, creo que deben contemplar hacer una intervención, de otra forma siempre tendrán la duda persistente sobre si hicieron el esfuerzo suficiente para ayudar.

Hacer una intervención

Sugiero que acudan con sus padres y otros familiares (por separado, claro) y de la forma más diplomática posible, expresen sus preocupaciones por sus finanzas. Como una forma para abordar el tema, pueden emplear el factor de que la economía está en muy malas condiciones y que mucha gente tiene problemas. No es recomendable mencionar sus miedos sobre el percance que sus acciones podrían tener sobre ustedes; es mejor que sólo digan que, como miembro de la familia, naturalmente están preocupados por su bienestar y que están dispuestos a hablar de sus asuntos financieros si ellos así lo quieren.

No me sorprendería que los mandaran a volar junto con sus preocupaciones; es posible que estén teniendo el estilo de vida que desean y no tienen ninguna intención de cambiarlo, o simplemente les tienen algún resentimiento por una actitud que ellos perciben como condescendiente, pues ustedes asumieron que necesitan ayuda. Si ustedes reciben este tipo de reacción, simplemente deben retirarse sabiendo que lo intentaron.

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Pero si se muestran receptivos a hacer algún cambio en su comportamiento, también podrían ayudarlos a hacerlo. Sería irreal esperar una transformación de la noche a la mañana, pero tal vez pueden colocarlos en el camino hacia un cambio significativo a largo plazo al sugerirles que busquen la ayuda de un consejero de deudas y presupuestos, por ejemplo. 

También podrían recomendarles que consideren pasar un par de horas con un planeador financiero que trabaje por hora, quien pueda fijarles un régimen regular de ahorros. También podrían indicarles algunos recursos en línea como la sección Dinero Inteligente y herramientas como nuestras calculadoras para establecer prioridades y lograr hacer presupuestos.

También hay que tener cuidado de no involucrarse en sus asuntos; si van a desarrollar mejores hábitos financieros, el esfuerzo tiene que venir de su parte, no puede ser forzado desde fuera.

Dar con cuidado

Sin importar cuál sea su reacción inicial, probablemente llegará el momento en el que la pregunta más importante que tendrán que responder es hasta qué punto (si es que lo hay) quieren seguir ayudando a sus familiares si en el futuro piden ayuda financiera.

Si son muy despilfarradores, seguramente ya les han pedido ayuda más de una vez, ya sea en dinero para pagar el crédito del auto o la tarjeta de crédito, para solicitar una hipoteca o para hacer pagos de utilidades con ayuda de otros gastos. También es posible que pidan préstamos, aunque ustedes ya deben saber que muchas veces, "préstamo" es un eufemismo de "donativo".

Hay un par de formas para atender estas peticiones; la primera es fijar una política de decir no. Hay que dejar claro que no están dispuestos a repartir dinero o préstamos sin importar cuál sea la situación. Sin embargo, ésta es una política severa y puede complicar el mantenimiento de una relación decente con sus familias.

Un enfoque más flexible podría ser el considerar cada solicitud de forma individual y después tomar una decisión con base en los méritos del caso y su capacidad financiera para ayudarlos. Esta política abre la opción de ayudar si ustedes creen que realmente hay una garantía detrás, pero también les da la opción de abandonar el problema. Lo negativo de esta política es que si dicen que sí con frecuencia, pueden darse a conocer como "muy sensibles", y las solicitudes de ayuda por parte de su familia podrían multiplicarse. Esto no es bueno ni para ellos ni para ustedes.

En realidad, ustedes tendrán que decidir qué enfoque le da mayor sentido a su situación. Bueno, de hecho hay que precisar que tú y tu pareja tendrán que decidir; es esencial que ambos se involucren en el manejo de solicitudes de ayuda financiera por parte de familiares, sin importar de qué lado de la familia vengan. Después de todo, los ahorros y otros activos que ustedes y su pareja puedan acumular durante el matrimonio pertenecen a ambos.

Un comentario final: aunque no haya reglas establecidas sobre cómo lidiar con los familiares que luchan con sus problemas financieros, creo que existen dos principios básicos: el primero es que con o sin lazos familiares, ustedes no están sometidos a ninguna obligación moral de financiar el estilo de vida despilfarrador de nadie.

Hacerlo es un desperdicio de su dinero y realmente no es de ninguna ayuda para los receptores de su bondad. El segundo principio es que su deber principal es mantener la seguridad financiera con su familia inmediata (pareja e hijos, si los hay). Así que, si deciden ayudar a los familiares que creen que merecen la ayuda, probablemente querrán hacerlo de una forma que no ponga en riesgo las finanzas de su familia inmediata.

Dinero Inteligente
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