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ABC para tener 1 millón de dólares

Pensar de forma creativa sobre cómo ahorrar e invertir puede convertirte en millonario; estos cinco consejos fundamentan el manejo de las finanzas personales en un enfoque de negocios.
lun 14 octubre 2013 06:05 AM
La mayoría de las entidades de préstamos no bancarios manejan tasas elevadas, pues los clientes tienen un mayor nivel de riesgo de impago. (Foto: Photos to Go )
dinero gasto ahorro pago tarjeta finanzas (Foto: Photos to Go)

Seguir cinco reglas cardinales de la gestión empresarial puede dar buenos resultados en tu vida. Descubre cómo un enfoque de negocios hacia tus finanzas personales puede acelerar el tiempo necesario para lograr tu entrada al club de los millonarios. Este artículo explica cómo el hecho de pensar de manera creativa puede llevarte a ser millonario.

Los líderes exitosos saben que el truco para renovar un negocio moribundo no es sólo lograr que los empleados trabajen más duro, sino también que piensen de manera distinta. A veces eso requiere de tácticas motivacionales no convencionales.

Un ejemplo: para impulsar a su personal en Extended Stay America a tomar riesgos, el presidente ejecutivo Jim Donald comenzó a repartir tarjetas con la leyenda SAL DE LA CÁRCEL GRATIS. ¿El objetivo? Convencer a los empleados de que no se meterían en problemas por proponer ideas audaces que terminaran fracasando.

A medida que avanzas en el ahorro y la inversión para conseguir 1 millón de dólares, hay algunos trucos de conducta que tú también tienes bajo la manga.

1. Sé un mejor ahorrador

Haz un compromiso. Anota tus metas de ahorro o compártelas con un amigo o familiar de confianza. En su reciente investigación sobre el comportamiento respecto al ahorro, la economista Jill Luoto de Rand Corp. descubrió que el simple hecho de comprometerse a ser un mejor ahorrador hace que la gente sea mucho mejor en el ahorro.

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"A la gente le gusta ser coherente en sus palabras y sus acciones", dice Luoto. "Si haces un compromiso frente a tus amigos y familiares, la presión social te hará cumplir más con esa conducta".

En el estudio de Luoto, a un grupo de ahorradores se le entregó diversas cantidades de dinero y se le asignó una cuenta de ahorro en la cual depositarlo. A otro grupo se le asignó una cuenta de ahorro similar, pero sus miembros además estaban obligados a visualizar sus metas, anunciar cuánto ahorrarían y redactar una promesa de ser un buen ahorrador. Después de seis meses, el grupo al que se le exigió hacer un compromiso escrito había ahorrado mucho más que aquellos que no lo hicieron.

Una medida simple que puede ayudarte a emular su éxito: utiliza una aplicación de motivación o sitio web como Stickk.com, desarrollado por expertos en comportamiento financiero de Yale.

Puedes crear un contrato, compartirlo con los demás, e incluso diseñar una sanción económica si te quedas corto en tus metas; por ejemplo, autorizar un pago con cargo a la tarjeta de crédito para una organización benéfica. El sitio concluyó que los usuarios que comparten su objetivo con sus seguidores y eligen una sanción tienen éxito casi 80% de las veces, frente a 40% de aquellos que se fijan una meta pero la mantienen privada.

Cierra la caja. Luoto también estudió a un tercer grupo de ahorradores, a quienes se les asignó una cuenta que impedía hacer retiros durante los siguientes seis meses. "Pensamos que el temor a la falta de liquidez alejaría a las personas", dice. En vez de eso, ese grupo ahorró mucho más que los otros dos.

¿La lección? Haz que una parte de tus ahorros sean difíciles de acceder. Aprovecha las cuentas de propósito especial que penalizan los retiros anticipados, como las cuentas de ahorro para el retiro   y las de ahorro para la universidad.

Para un ahorro a más corto plazo, Connie Stone, una planificadora de Chagrin Fall, Ohio, sugiere bonos I, que no pueden ser cobrados hasta dentro de un año y exigen el pago de tres meses de intereses si los vendes antes de  cinco años. Los bonos están garantizados para pagar tanto como la tasa de inflación.

2. Sé un buen inversionista 

No mires atrás. Cuando se gestiona una cartera, lo que funciona es olvidar lo mucho que invertiste. En un estudio de Caltech, los inversores estudiantes a quienes no se les recordó el precio que pagaron por las acciones tuvieron 31% menos probabilidades de cometer errores de transacción que la gente que conocía su base de costos, como vender acciones ganadoras antes de tiempo o mantener acciones perdedoras durante demasiado tiempo.

Otras investigaciones muestran que este deseo común de reconocer las ganancias y ocultarse de las pérdidas -conocido como el "efecto de disposición"- reduce los rendimientos de los inversores en hasta 3.4 puntos porcentuales al año.

El coautor del estudio, Cary Frydman, profesora asistente de la Facultad de Negocios de la USC, sugiere tratar de ahogar la información acerca de los costos pasados con datos sobre lo que está por venir, como estimaciones de analistas del valor real de una acción. Dice que la pregunta clave que debes hacerte es: "¿Seré capaz de vender esta acción a un precio más alto en el futuro?"

Mira hacia adelante. Un truco simple para ayudar a mantener tu enfoque en el futuro: coloca una tabla cerca de tu computadora que muestre los rendimientos de las acciones en los últimos cincuenta y tantos años, y destaca los periodos en los que el mercado pasó una mala racha. Dichas tablas, dice el economista de Harvard John Y. Campbell, ayudan "a recordarte que los mejores momentos para invertir, a menudo vienen después de periodos en los que la gente perdió mucho dinero".

Piensa en los oscuros días posteriores a la caída del mercado de octubre de 1987, cuando las acciones cayeron 30% en sólo cinco días. Si hubieras colocado 100,000 dólares en un fondo indizado del S&P 500 en aquel entonces, tendrías 1.2 millón de dólares muy buenos en la actualidad.

3. No actúes como un CEO corto de miras

La investigación muestra que los jefes arrogantes a menudo hacen malas adquisiciones. Un estudio de 2012 concluyó que los gestores de fondos cuyos informes anuales estaban llenos de optimismo se rezagaron ante el mercado. "Si tienes una debilidad, es mejor que tengas menos confianza en ti mismo y que seas vacilante a que tengas un exceso de confianza", dice el profesor de Finanzas de la NYU Aswath Damodaran.

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