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¿Cómo invertir una gran herencia?

Sí acabas de recibir una alta suma de dinero, debes saber en qué instrumentos invertirla; es aconsejable utilizar una estrategia que se adecue a tus objetivos financieros.
jue 26 marzo 2015 06:04 AM
Es necesario entender las diferencias entre los proveedores de servicios y productos de inversión. (Foto: Getty Images)
inversionista

Acabo de heredar 250,000 dólares que quiero invertir, pero me preocupa que las acciones puedan estar sobrevaloradas y que a los bonos les afecte el aumento en las tasas de interés. ¿Debo invertir este dinero gradualmente para protegerme; y, si es así, ¿por cuánto tiempo debo extenderme? - Mary M., Connecticut

Cuando se trata de invertir dinero caído del cielo -o cualquier suma grande, como un plan de pensión-  los asesores y la prensa financiera a menudo recomiendan promediar el costo en dólares, o invertir el dinero nuevo poco a poco. La razón es que adoptarás menos riesgo al meter poco a poco los pies en el mercado en lugar de sumergirte completamente de una vez.

El consejo estándar es colocar los 250,000 dólares en una cuenta de ahorros o en un fondo de inversión, y a lo largo de un año invertir 20,833 dólares cada mes (250,000 dólares dividido entre 12) en una cartera de acciones y bonos.

Pero al igual que muchas otras supuestas perlas de información, esta no resiste un escrutinio detallado.

De hecho, la estrategia más sensata es permanecer con una mezcla de acciones y bonos que concuerde con tus objetivos financieros y, luego, invertir la suma total con base en esa mezcla.

Si decides en función de tu tolerancia al riesgo y del tiempo que tu dinero permanecerá invertido, que una cartera de 70% en acciones y 30% en bonos es apropiada para ti, entonces debes destinar el 70%, o 175,000 dólares a acciones y el 30%, o 75,000 dólares en bonos.

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Para entender por qué este enfoque tiene más sentido es necesario ver de cerca lo que sucede si inviertes gradualmente, o promedias el costo en dólares, en lugar de invertir los 250,000 dólares 70% en acciones y 30% en bonos.

Con un promedio de costo en dólares, comenzarás con una colocación de activos que es 100% efectiva. Después de tres meses de convertir dinero en acciones y bonos, tendrás 43,750 dólares en acciones, 18,750 dólares en bonos y 187,500 dólares aún en efectivo, o una cartera de 17.5% en acciones, el 7.5% de bonos y 75% en efectivo.

Después de seis meses, tu mezcla será de 35% en acciones, 15% en bonos y 50% en efectivo. Y al cabo de nueve meses, tendrás 52.5% en acciones, 22.5% en bonos y 25% en efectivo.

Sólo al final del año llegarás a tu objetivo de asignación de 70% en acciones y 30% en bonos.  (Para simplificar las cosas, no he considerado las ganancias de la inversión en acciones, bonos o las tenencias de efectivo).

En resumen, pasarás por una serie de mezclas de activos que son más conservadoras que la que decidiste para ti. O, para decirlo de otro modo, durante todo un año tendrás que invertir de manera más conservadora, sobre todo al principio, de lo que deberías en función de tu tolerancia al riesgo, horizonte de tiempo y metas financieras.

Quizá muchos lectores dirán: “Sí, pero si el mercado de valores cae y los precios de los bonos bajan debido al aumento de las tasas de interés durante ese tiempo, recibiré un golpe más grande al ir inmediatamente a mi asignación objetivo que si promediara el costo del dólar a lo largo del tiempo”.

Eso es cierto. Pero también es cierto que no tendrás tan buen rendimiento entrando de forma gradual si las acciones y bonos se desempeñan bien.

La realidad es que nadie sabe cómo se van a desempeñar los precios de las acciones o bonos, especialmente en el corto plazo. Es por eso que los inversores inteligentes dividen sus activos entre acciones y bonos con base en sus objetivos financieros y su apetito por el riesgo en primer lugar.

La asignación de activos es una manera de conseguir cierta protección a corto plazo frente a los contratiempos en el mercado, mientras que al mismo tiempo te permite obtener la rentabilidad que necesitas a largo plazo. Pero al promediar el costo en dólares en tu cartera objetivo en lugar de entrar a ella de inmediato debilitas tu estrategia de inversión o estás posponiendo llegar a ella.

No te obsesiones con cuánto tiempo debes tomar en invertir tu dinero. En vez de eso, enfócate en crear una cartera que sea adecuada para ti. Puedes empezar por completar un cuestionario de tolerancia al riesgo. Entre otras cosas, las respuestas que des te ayudarán a entender cuánto retroceso en el mercado puedes soportar antes de comenzar a retirarte de las acciones. También obtendrás una mezcla recomendada de acciones y bonos que sea apropiada para ti.

Luego, puedes enfocarte en construir tu cartera con fondos específicos de acciones y bonos. No tienes que hacer nada complicado o cargarte de ningún tipo de inversiones extrañas. De hecho, entre más simple mejor. Puedes crear una cartera totalmente diversificada con sólo dos o tres fondos de acciones o bonos ampliamente diversificados; o solo con un fondo con fecha límite, si lo prefieres.

Lo más importante es que te apegues a las opciones de bajo costo, como los fondos indizados o ETFs, ya que, en el transcurso de una larga carrera ahorrar hasta medio punto porcentual al año en comisiones puede aumentar el tamaño final de tus ahorros en 25% o más. Las comisiones más bajas también te permitirán extraer más ingresos de tus inversiones a lo largo de la jubilación.

Una vez que hayas descifrado tu mezcla de acciones y bonos, y en qué invertir, puedes ingresar esa información junto con otros detalles en una calculadora de ingresos para el retiro que estime las probabilidades de que tengas una jubilación segura.Si la probabilidad es incómodamente baja - por ejemplo, menos del 70% u 80%- puedes hacer ajustes -ahorrar más, invertir de manera distinta, jubilarte más tarde- para mejorar tu perspectiva de retiro.

Cualquiera que sea la mezcla de acciones y bonos con la que eventualmente te quedes, apégate a ella con excepción de un reequilibrio ocasional, aunque después de retirarte es posible que desees cambiar más activos a bonos para conservar mejor el capital.

Si descubres que psicológicamente o emocionalmente no puedes convencerte de invertir todo tu dinero a la vez, por lo menos limita el periodo durante el cual invertirás gradualmente. Hazlo a seis meses en lugar de 12. O mejor aún, tres. Pero recuerda, cuanto más tiempo tardes en llegar a la mezcla de acciones y bonos que concuerde con tu tolerancia al riesgo y objetivos financieros, más tiempo pasará antes de que tu dinero se invierta de la manera debida.

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