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¡Alerta!...oficinistas en peligro

Antes las padecían los obreros, pero ahora las lesiones de la mano atacan al que trabaja con un en la industria muy pocos asumen que las labores de escritorio puede causar lesiones.
vie 30 noviembre 2007 10:11 AM
Los movimientos repetitivos pueden causar lesiones. (Dreamst

Algo tan poco emocionante como estar frente a una computadora durante horas está causando lesiones dignas de un deportista.

Es una maldición que adopta nombres extraños: tendonitis, el mal del tenista, bursitis, el síndrome del túnel de Guyón, y el síndrome del túnel del carpo. Lesiones por las que están llegando a los hospitales cada vez más personas que tienen por inocua herramienta de trabajo una PC o laptop.

Taca taca taca. El cuerpo no resiste esas estancias de horas sin interrupción frente al teclado, taca, taca, taca, y la percusión de la barra espaciadora con el pulgar, el codo volando, la muñeca presionada contra el filo de la laptop.

En EU, las lesiones causadas por movimientos repetitivos están tras 60% de las enfermedades laborales, según el Departamento del Trabajo. Y el síndrome del túnel del carpo es el más común. Se trata de una lesión del nervio que da sensibilidad y movilidad a cuatro dedos de la mano. En México, las investigaciones de los últimos 20 años citan un mismo dato: 10% de la población padece este síndrome. En Seguros Monterrey New York Life estiman que lo padece uno de cada 4,500 asegurados. “Antes lo veíamos más en gente de trabajo rudo, en las tejedoras, costureras, y ahora se ha pasado a gente que trabaja con computadoras”, comenta Ignacio Deveza, director de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación, del hospital de Traumatología del IMSS, en Magdalena de las Salinas.

Pero si en la industria hay una cultura de prevención de riesgos muy arraigada, en las empresas muy pocos asumen que el trabajo de escritorio pueda causar lesiones, observa Jaime Alfredo Castellanos, jefe de consulta externa de ese centro que cada día atiende a 1,400 personas.

“Se deciden por el tratamiento del ‘aquí no pasa nada’”, dice. Acuden al médico cuando el dolor se volvió insoportable y la lesión se agravó. Fue el caso de César Ahumada, socio de la productora de comerciales La Fábrica, cuya historia es caso aparte. Su socio, la administradora, un asociado canadiense y él –mayoría en el equipo- han compartido lamentos. A Ahumada, de 40 años, el dolor en la muñeca derecha lo asaltó hace tres años y llegó a ser tan intenso que afectó su sueño por una larga temporada. Al dolor se sumó una súbita torpeza en los dedos y la pérdida de fuerza en la mano. Ahumada cambió de mobiliario para mejorar su postura, y pasó el mouse a la mano izquierda, consejo de su socio Joe Solís, quien antes recibió esas indicaciones de un médico. Y no paró su ritmo de trabajo. Hasta que un día el dolor fue tan intenso que tuvo que resolver tres negociaciones clave para La Fábrica, tecleando los correos electrónicos, enfurecidamente, con la mano izquierda. “Es un dolor que no se te olvida nunca. No para ni de día ni de noche”, cuenta desde Argentina, donde graba un comercial. En esa crisis se acordó de Yves Laniel, un canadiense consultor suyo. En siete años, Laniel no ha dado con un médico que le alivie el dolor en ambos codos, brazos y manos. Él cree que las jornadas de 12 y 15 horas que por años pasó frente a la computadora fueron la causa; todavía hoy, el teclado es el gran disparador.

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“Nadie nos enseña (cómo usar estas herramientas). Y las computadoras son como drogas”, dice este profesional de 50 años que vive en Montreal. “Siempre estás buscando más y más información. Yo podía pasar 10 horas sin pausa cuando debí parar cada hora para hacer estiramientos”. Laniel dejó la computadora por tres años, y volvió a ella el año pasado, pero sólo para enviar un par de correos al día. Ahora resuelve todo por teléfono y en papel.

Samira Narcis, una puertorriqueña de 38 años que administra la filial La Fabrica Films USA en Miami, comenzó hace cuatro meses con una molestia que asoció con una tortícolis que se extendió al codo, al brazo, y que hace unas semanas le entumió dos dedos de la mano derecha. Los fines de semana el dolor se desvanece con pereza, pero en lunes se instala con convicción. “Me acostumbré a vivir con él”, dice Narcis. La rehabilitación ha sido cuesta arriba para los tres.

Mal mayor

El síndrome del túnel del carpo (STC) es la más común de las lesiones asociadas a los movimientos repetitivos y a la mala postura. Tres paredes de hueso y un techo de ligamento forman un túnel a la altura de la muñeca, por el cual pasan nueve tendones y el nervio que dan movimiento y sensibilidad a los dedos. La presión sobre el cartílago puede oprimir el nervio; lo mismo la inflamación de los tendones.Esto provoca un hormigueo de los dedos –salvo en el meñique– y la pérdida de fuerza en el brazo y la mano.

“Se puede dar por factores del trabajo, por movimientos repetitivos, por malas posturas, porque la persona no tiene descansos frecuentes o porque hizo un esfuerzo fuera de lo común”, explica Enrique Zepeda, el gerente de servicios de bienestar que ve por la salud de los 20,000 empleados de IBM en América Latina. “Cuando se incorpora a las personas al trabajo no se les capacita sobre cómo deben sentarse frente a una computadora. Creo que es el principal factor de que las lesiones se incrementen”.

El STC es más común en mujeres, y en personas mayores de 40. Ernesto Ramírez Lozano, cirujano del Hospital de Ortopedia Victorio de la Fuente, en el DF, dice que es más común en gente con sobrepeso y en mujeres embarazadas (la muñeca es uno de los puntos más sensibles a una inflamación). Ésta es una lesión que se puede prevenir y curar. “La cura depende de qué tan pronto se atienda”, advierte Castellanos, del IMSS. Si el nervio está sólo inflamado, puede recuperarse con terapia en seis semanas. Un daño leve a la estructura del nervio puede ser controlado en tres meses de ultrasonido y calor profundo. Los pacientes de Castellanos se esfuerzan para recuperar la sensibilidad y reconocer las texturas, introduciendo la mano en frascos con arroz, frijoles y piedras. La cirugía es otro medio utilizado. La operación consiste en liberar de presión al nervio haciendo un corte al cartílago que techa el túnel.

Ernesto Ramírez, del Hospital de Ortopedia, comenta que 70% de aquellos que se atienden la lesión cuando está en su fase moderada se recuperan sin cirugía. Pero si se atienden más tarde, esa relación se invierte. Según este médico, que todos los días practica este tipo de cirugías en el DF, 30% recuperará totalmente la fuerza, la sensibilidad y la destreza tras la operación. 60% estará bien, 5%, regular, y el resto, peor.

A Seguros Monterrey llegan entre 25 y 30 casos al año, de personas que necesitan cirugía o rehabilitación por este mal. La mitad trabaja en oficina, el resto son amas de casa. Francisco Barrientes, gerente médico de la firma, indica que las personas con una lesión menor a los seis meses se recuperan tres meses después de la cirugía; si tarda más de un año, la recuperación es más difícil y el daño puede ser irreversible.

Hombre precavido

Pero no hay por qué ir tan lejos. Esto es algo que se puede prevenir. El médico Jaime Alfredo Castellanos recomienda cambiar la postura frente al escritorio, bajar de peso y corregir ciertas posturas al dormir. “Muchos dormimos como perritos –con las manos flexionadas en un ángulo de 90 grados–, y eso presiona el nervio”, advierte. Las férulas son útiles para lograrlo, dice. También para proteger la muñeca en el contacto con el teclado y el mouse (evita la presión sobre el túnel carpiano).

Y hay mucho por hacer en el escritorio. “Muchas veces las empresas tienen miedo de oír hablar de ergonomía porque piensan que hay que comprar sillas de astronauta, pero con lo que tienes puedes hacer mucho”, dice Zepeda, de IBM. A los nuevos empleados les enseñan la manera correcta de trabajar con la computadora. En las instalaciones de IBM en Guadalajara, un médico y su asistente pasan dos horas al día recorriendo las oficinas para corregir la postura del personal.

La voz de la experiencia tiene otros tips. Hacer pausas, indica César Ahumada, de La Fábrica, que tiene en su escritorio un diagrama de ejercicios. “Ahora hago pausas, necesito restirarme y si no lo hago, me vuelve a doler. Me di cuenta de que estar sentado todo el día destruye tu esqueleto”. Narcis se ha acostumbrado a vivir con el dolor. “Todos trabajan como locos, no se toman tiempos y trabajan de un solo tiro. Pero tengan cuidado”, advierte Yves Lenet.

Lograr esa disciplina en plena vorágine es difícil. Por eso, en IBM están diseñando un programa que estará alojado en todas las computadoras y que hará que un “monito” interrumpa cada dos horas al empleado para que haga 30 segundos de ejercicios de brazos, cuello y manos, para que los músculos se relajen. “Sabemos que prevenir va a salir mucho más barato que aliviar. Es mejor, más productivo para las personas y evitas mucho dolor”, asegura Enrique Zepeda.

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