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Mucho amor, poca labor

Establecer una relación sentimental en el trabajo afecta negativamente la productividad laboral el manejo del poder es el principal obstáculo para que el amor llegue a buen término.
jue 14 febrero 2008 01:20 PM
Tener amoríos en tu trabajo puede afectar negativamente tu d

Tener un romance en el trabajo afecta de manera significativa la productividad laboral, ya que al mezclarse las relaciones sentimentales con el manejo de poder se genera una incompatibilidad que frena el desarrollo de la empresa.

“La psicología organizacional establece que si hay un involucramiento afectivo o emocional, se pierde la objetividad de la misión laboral, lo que termina en un conflicto de intereses”, señala en entrevista Hans Olvera, psicólogo e investigador de la Universidad Iberoamericana.

La oficina es el lugar perfecto para desencadenar un romance, ya que cumple con los requisitos para que el amor nazca, como la oportunidad de convivir por tiempos prolongados, tener un espacio en común y propiciar el fortalecimiento de las relaciones humanas.

Esta práctica es más común entre los 20 y 35 años, ya que es cuando se es más susceptible a buscar la compañía del sexo opuesto.

Sin embargo, los amores en el trabajo terminan por ocasionar, en la mayoría de los casos, situaciones tensas que afectan el trabajo en equipo.

“Este tipo de relaciones no siempre son de calidad, es muy difícil llevar una buena relación dentro del contexto que marca el trabajo”, asegura el investigador.

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Este tipo de situaciones impactan no sólo la productividad, sino a la relación humana y a la que se da con los homólogos.

“Cuando sabemos que alguien tiene un romance con su jefe o supervisor y termina mal, decimos popularmente que la persona se quemó o que se dio a conocer, y este señalamiento social deteriora irremediablemente la situación laboral de los implicados”, afirma Hans Olvera.

La tendencia de este fenómeno está encaminada a generar dificultades laborales, sobre todo por el manejo de jerarquías, ya que en la mayoría de los casos se manejan relaciones de poder, pues los romances entre jefe y subordinado son los más frecuentes.

“Muchas ocasiones alguien tiene un esquema de asistente y su pareja es su jefe, entonces más allá de un enamoramiento, comienzan a competir y se deteriora la relación”, apunta Olvera.

¿En tu despacho o en el mío?

Las relaciones que generalmente se descubren, por las condiciones laborales, son las de jefes con subordinados.

Esto se explica porque al realizarse cambios en la estructura, como ascensos que benefician a la pareja, estos movimientos son demasiado evidentes.

El cambio más significativo, sin embargo, es que a diferencia de hace 20 años, cuando los hombres ostentaban el poder en la empresa, ahora son ellas quienes se encuentran arriba en la escala organizacional y, por ende, quienes hacen las propuestas a su subordinados.

La excepción hace la regla

Si las personas involucradas en el romance están en departamentos diferentes, aunque en la misma empresa, esta relación sí puede funcionar.

La razón es sencilla: al trabajar en departamentos diferentes y tener distintas responsabilidades, los conflictos se minimizan y la competencia se acaba.

En estos casos, la productividad puede verse favorecida, pues se dará una colaboración entre áreas más estrecha.

 Y aunque no existe ninguna ley que exprese la prohibición de establecer relaciones de pareja en el trabajo, las restricciones están presentes en las políticas empresariales, ya sea de manera escrita o latente.

Algunas organizaciones prefieren negarle a sus trabajadores la posibilidad de establecer relaciones sentimentales entre colegas, para otras simplemente el tema no es tan relevante y carece de reglamentación.

Si en tu empresa existe Reglamento Interior, bien valdría la pena echarle un vistazo, pues las sanciones pueden ir desde una simple amonestación, hasta la rescisión de la relación laboral sin responsabilidad para el patrón.

Así es que si pensabas enamorarte en el trabajo, lo mejor será que lo pienses dos veces: “Lo mejor es mantener la vida personal fuera de la oficina, si no deseas enfrentar graves consecuencias”, finaliza el investigador.

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